Andrés acaba de volver al Tess y yo estaba intentando volver a casa dando un rodeo para que se me pasara la borrachera,pero no funcionaba. Tenía la sensación de que alguien me seguía y así era detrás venía un chico, al que no era capaz de ver por lo oscuro que estaba todo.
Acelero el paso para librarme de el, pero no sirve el también acelera, decido echar a correr, pero por la borrachera no soy capaz ni de dar cuatro pasos y caer al suelo. Una vez en el suelo veo como el viene corriendo hacia mi. Cuando llega apeas logro ver quien es, solo unos tatuajes en el brazo y pelo rubio.
Me intenta levantar, y pienso "Yo corriendo de el y parece buena gente". Una vez estar de pie logro verle la cara, era Justin Bieber, el chico de 2º, ¿Por qué me habrá ayudado? ¿sabrá quién soy?
-¿Estás bien?- Me pregunta preocupado.
-S,si... estoy bien, gracias...
-No puedes llegar así a tu casa, bueno realmente, es que no vas a lograr llegar a tu casa. Si quieres puedes quedarte en mi casa, que estoy solo.
-No se... tengo que... bueno, da igual, llévame a tu casa porque me cuesta mantenerme en pie.- Le digo mientras me tambaleo.
-Vamos.- Me responde mientras me coge de un brazo y lo cruza por su cuello para ayudarme a andar.
-Espera, tengo que llamar a mis padres, se pueden preocupar si no duermo.
Saco el teléfono e intento poner el código, pero no soy capaz.
-Justin.
-Dime Raúl.
Pues parece que me conoce, pienso y me sorprendo bastante, ¿Cómo alguien tan popular me conoce?
-Pon el código y llama a mi padre por favor, el código es 48243.- Le digo mientras le paso el móvil.
-Ya está, toma.
Coge el teléfono, ya estaba llamando y nadie lo cogía, estaba apunto de colgar pero oigo a mi madre.
-¿Qué pasa?
-Mamá, que voy a dormir a casa de Andrés, que se encontraba un poco mal.- Y cuelgo. No se si esto arreglará la bronca de mañana o la empeorará.
-Venga Raúl, vamos ya a mi casa.- Dice mientras va tirando de mi.
Llegamos a su portal me meten en el ascensor y me agarra por la cintura para que no me caiga, vivía en un 4º y su ascensor era demasiado lento, el se cansaba de agarrarme y cambiaba de brazo, llegamos a su piso y abre la puerta casi inmediatamente.
-¿Dónde duermo?- Le pregunto.
-En mi cama, yo dormiré en la de mis padres que es más cómoda.
-No...
-¿No qué?- Dice algo sorprendido.
-Tu no duermes en la de tus padres, tu duermes en tu cama.
-Pero si ahí dormirás tu.
-Lo sé.- Le digo mientras le sonrío.
El me devuelve la sonrisa y me lleva a su cuarto, me tira en la cama y se quita las zapatillas, luego los calcetines y el pantalón, quedándose en unos bóxers blancos de Calvin Klein con los que se veía que tenía una gran polla, no podía evitar no mirar, aunque fuera borracho eso lo vi a la perfección. Luego me quita las zapatillas, los calcetines, los pantalones y la camiseta, quitarme la camiseta se quedó a escasos centímetros de mi cara, no podía desaprovechar la oportunidad y me lancé.
Nos empezamos a besar apasionadamente, supongo que esa forma de besar la adopto cuando voy borracho, al igual que el valor de lanzarme. El se tiró encima mío mientras nos besábamos, los dos estábamos en calzoncillos, y cada vez notaba como estábamos más cachondos, mientras nos besábamos no podía parar de tocarle los brazos, esos brazos tatuados que me volvían locos, el no paraba de tocarme el pecho y los abdominales, cada vez bajaba más hasta que llegó a mi polla, empezó acariciándola con suavidad, pero cada vez lo hacía más brusco y eso me ponía muy cachondo.
Me empezó a besar el cuello, y poco a poco iba bajando por los pechos, donde paró para lamerme el piercing en el pezón derecho, otra cosa que hacía que me pusiera muy cachondo, siguió por mis abdominales y llegó a mis bóxers, me los empezó a besar y a comerme la polla con los calzoncillos puestos, me los empezó a quitar lentamente con la mano izquierda mientras me pajeaba con la derecha, cuando terminó de quitarme los boxers mi polla salió disparada hacia su cara y le golpeó.
-¿Qué tenemos aquí?- Dijo con una sonrisa picaresca mientras me seguía pajeando.
-Una barrita energética, cómela entera.- Le dije mientras le agarraba de su pelo rubio acercándole cada vez más la polla a la cara.
Se la metió entera, no pude evitar gemir, la saco y empezó a darle besos en la punta, y cada vez introducía un poco más en su boca y la lamía. Estaba apunto de correrme y quería que se la meteria entera en la boca.
-Me quiero correr en tu boca.
-y yo quiero quiero que te corras en mi boca.
-Pues métela ya, que me voy a correr.
No tardo ni un segundo metérsela entera, en cuanto se la metió me corrí y vi como le salía mi semen por la boca.
-Ahora te toca a ti.- Le dije mientras le tumbaba boca arriba y me ponía encima de el.
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Peligros de la noche.
RomansaRaúl era un chico de 17 años a quien le cambiara la vida tras una noche de fiesta y borrachera con sus amigos.