Snap

94 3 0
                                    

Son las cuatro de la mañana y no puedo
dejar de pensar deseando que estos
recuerdos se desvanezcan


—¿Qué haces aquí?

—¿Esa es manera de hablarle a tu rey, Sara? —Cuestionó el mayor con una ceja alzada mientras se dejaba caer sobre el cuerpo de la pelirroja.

—No deberías estar aquí —alegó la chica con un hilillo de voz.

—¿Por qué no? Tú lo deseas tanto como yo —la afirmación del moreno fue bastante acertada y sonrió al no obtener queja de la chica.

Sara sonrió tristemente, y en un movimiento sensual extiende sus piernas e Izana se rompe al ver la mancha húmeda que adorna sus bragas de encaje negro.

El moreno bajó la cara primero a su coño, levantó las caderas femeninas, permitiéndole a la pelirroja descansar su espalda en la cama con un gemido. Cruzó las piernas ajenas sobre sus hombros y presionó su boca contra el encaje.

—Puedo olerte a través del material, e incluso puedo obtener un toque de sabor a través de él —observó en voz alta el chico.

Su dulce fragancia lo llevó más allá del punto de control y en un movimiento ansioso comenzó a comer el coño femenino cubierto.

—Izana —la pelirroja dio un jadeo cuando la boca masculina se abre de par en par tratando de chuparla.

No quiero nada entre ellos, pero estoaba demasiado fuera de control para detenerse y pensar debido al tiempo que habían pasado lejos.
Los gemidos de Sara llenan sus oídos y cada espacio de la habitación marcando el ritmo de la boca que la consentía.

De repente, el albino sintió sus delicados dedos contra la mejilla, que tiraban del encaje hacia un lado para que él puediese tener todo de ella.
Sin hacerse de rogar, Izana miró hacia abajo a su bonito y brillante coño, mirándolo fijamente. La pequeña salpicadura de cabello, los labios carnosos suplicando ser succionados, y la dura perla húmeda necesitada.

—Joder, Sara. Mira esa pequeña apretada cosita. Maldita sea, es linda —sonrió el moreno.

Sus dedos se enredan en su cabello, y sus caderas se levantan hacia la boca contraria ofreciéndose a él, reconociendo interiormente que era el bastardo egoísta que iba a tomarlo.

—Dilo otra vez.

El chico presionó sus labios contra su vagina —¿Decir qué, bebé? ¿Qué tan apretada y bonita eres?

Ella gime y levanta sus caderas de nuevo, deseando que su boca se mueva sobre ella.

—Mi nombre. Llámame por mi nombre real —pidió no estando acostumbrada a escucharlo de su boca.

—Todo lo que quieras, Sara. En cualquier momento, en cualquier lugar, solo dices la palabra y es tuyo.

El moreno abrió su boca sobre su coño y le dedicó largas lamidas. Su dulzura golpea su lengua, y cierra los ojos, gimiendo por el sabor. Para él, ella olía a canela y sabía a jarabe de arce.
La bebe y se hunde cada vez más en su trampa. Si ella es la araña, con mucho gusto se acostaría en su red y dejaría que lo tuviera. Si esa es la forma en que moría, iría con una sonrisa en su cara.

One-Shot +18 [ Tokyo Revengers x tu ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora