Colors

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Solo eres feliz cuando tu pobre cabeza está sobre las drogas
Espero que llegue el  día en el cumplas 28 años

Todos sabemos que Sanzu no es precisamente material de novio y Teresa lo sabía cada vez que se cuestionaba su propia cordura hasta recordar que no tenía mucho de eso tampoco.
Ganarse su confianza no fue nada fácil pero ella ni siquiera lo intentó cuando ya la tenía.
Lo conocía tan bien y se parecían tanto que él ni siquiera pensaba en manipularla, utilizarla o mentirle porque sabía que ella estaría a su lado hasta el final pasase lo que pasase.
Habían tenido una de sus inusuales citas en el campo de tiro cuando volvieron a casa dispuestos a relajarse y él se abrazó a su cintura con suavidad, dispuesto a hablar de su día para mantenerla al tanto de su estado mental.

¬Así que le saqué los órganos al bastardo y acuchillé al otro ¬habló con facilidad ¬. Ya sabes que no es gran cosa, sólo la mierda de siempre.

La castaña acarició los cabellos rosas del tipo mientras le sonreía.

¬Bueno bien, puedes dejar algunos para mí cuando te acompañe algún día.

¬Mikey no te dejaría, oh y yo tampoco. Nena esos días para ti acabaron ¬avisó, su tono no daba opción a réplica a pesar de mostrarse relajado.

¬Oh vamos, puedo patear traseros mejor que tú y Manjiro juntos ¬sonrió la chica con suficiencia riendo cuando el ojiazul comenzó a besar su vientre.

¬¿Quieres ir de fiesta? ¬pregunta trazando círculos con su lengua en la expansión de su abdomen.

¬Uh sí, no hemos salido mucho últimamente ¬corresponde la chica dejándose mimar.

Estás rasgado en los bordes pero eres una obra maestra

Sanzu observaba con una sonrisa perezosa el pequeño cuerpo curvilíneo de la castaña moviéndose con suavidad al ritmo de la música  mientras bebía de su whisky.
La había llevado a una discoteca nueva que Bonten había adquirido.

¬Mierda ¬murmuró Sanzu y Teresa solo se acercó a él al notar el siseo de sus labios ¬. Ven, nena ¬el chico rodeó torpemente su cintura, alcoholizado, la acercó a él hasta que ella pudo sentir su cabello rosa rozar su frente ¬Lo siento, estoy tan jodido ¬suspiró contra el pelo castaño apretando suavemente el hombro femenino ¬. Te juro que lo intento. Lo intento, joder. Te quiero y es jodidamente difícil querer a alguien ¬confesó.

Teresa alzó la cabeza y beso sus cicatrices, acariciando su rostro y mirando a sus ojos.
Ella lo sabía, lo sabía perfectamente y amaba aún más aquellos momentos en los que él se lo confesaba y adoraba su esfuerzo por hacerlo.
El chico solo sonrió y sacó su lengua acariciando los labios de la chica, acercando a su boca una pequeña cápsula azul, poniéndola entre sus dientes esperando compartirla con ella que no tardó en besarlo y tomar su parte.

Todo es azul, sus pastillas, sus dedos, sus jeans

Teresa no era fánatica de las drogas pero no le molestaba hacerlo de vez en cuando y volverse un poco más loca junto al amor de su vida, en secreto claro, porque los miembros de Bonten no se lo permitían.

¬¿A volvernos locos? ¬sonrió la chica.

¬Vamos nena, muéstrame que tienes.

Teresa aceptó el reto.
Se levantó del regazo masculino y se acercó a la barra, subiendo con destreza sobre la barra, parada en sus tacones altos de color negro.
Colors de Halsey comenzó a sonar y Teresa desabotonó los primeros botones de su vestido dejando ver un sugerente escote.

El juego se trataba de ver sin tocar.
Quien pusiera una mano sobre la chica iba a recibir uno que otro disparo del hombre que observaba todo con una sonrisa, su mujer era traviesa.
Al final de la noche, del club sacaron los cadáveres de cuatro personas lo suficientemente imbéciles como para atreverse a osar tocar a la chica después de haber escuchado el primer disparo o visto la sangre correr del primer cuerpo yaciente en el suelo.

One-Shot +18 [ Tokyo Revengers x tu ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora