Amante, Amado
¿Puedo ir donde vayas?
¿Podemos siempre estar así de cerca por siempre y para siempre?
Llévame afuera y llévame a casa, eres mi amante.
9 meses después...
El sol lo despertó radiante mientras el suave murmullo de la sala importunó su sueño. Se acurrucó hacia el otro lado tratando de escapar, sin embargo, un peso al lado suyo y unos cuántos besos demasiado dulces y empalagosos para un domingo por la mañana terminaron de despertarle.
- Sé que estas despierto, gatito mimado – se giró hacia la voz abriendo un ojo y devolvió la sonrisa brillante que le estaban ofreciendo – Hey honey.
El apodo resultaba tan delicioso a sus oídos que le encantaba cuando lo llamaba de esa, manera todo el tiempo. Mingyu se acercó y lo besó profundamente para ayudarlo a levantarse completamente y motivarlo a alejarse de la bendita cama, aunque fuera domingo. Mirar a los ojos de su novio era siempre placentero, y más cuando terminaban compartiendo besos entre risas.
El tiempo había pasado y nueve meses y mucho sexo después estaban juntos finalmente. Al principio, Wonwoo pensó que sería como otra noche de las alocadas, sin embargo, cuando despertó a la mañana siguiente, el alto le miraba con una media sonrisa en la cara. No hablaron mucho ese primer día, pero, siempre terminaban el día colados en la cama contraria abrazados como lapas. Las caricias terminaban en horas bajo las sábanas e incluso los más pequeños detalles como el café y las recogidas frecuentes al término de las clases, se volvieron señales nada desapercibidas por las personas a su alrededor. Para Wonwoo fue difícil, quería hablar con él y determinar límites en la extraña relación que tenían, cada vez que Mingyu buscaba sus labios, su cuerpo y su calor sus neuronas se volvían puré y él mandaba las cosas a volar.
Fueron de mejores amigos a amantes.
Poco a poco la mala reputación de Mingyu comenzó a disminuir y los rumores en la universidad de que tenía pareja lo hacían dudar. Con él, Mingyu siempre se había mostrado tal y como era, sin máscaras o apariencias, pero ellos nunca llegaron a hablar de sentimientos, y eso estaba poniéndolo nervioso y se sentía culpable. Sentía que llevaba el mundo en su espalda y la tristeza se apoderaba de él hasta que, Seungcheol literalmente lo golpeó y aconsejó que conversaran. Y justo cuando iba a preguntarle por primera vez que eran, encontró toda una cena romántica con velas aromáticas incluidas.
Mingyu lo recibió con una sonrisa plasmada en su cara y él no pudo evitar no besarle y sonreír con el simple ¿Quieres salir conmigo, gatito?
Aceptó sin lugar a dudas, aunque algunas chicas (perras rastreras) como las llamaba Seungcheol, inventaban siempre rumores de Mingyu que siempre terminaban siendo mentiras. Hasta que un lunes en la mañana, cansado de que las chicas hablasen sin saber, Mingyu lo besó en el medio de la cafetería dejando a más de un par con la boca abierta.
Y luego fueron de amantes a novios. E incluso consiguieron ampliar su círculo de amigos a los cuáles, Wonwoo quería mandar a volar en ese mismo momento.
Mingyu sonrió con la cara enfurruñada de Wonwoo y maldijo en voz baja mientras el pequeño diablillo le contoneaba el trasero provocativo. Negó dándole una sonora nalgada y salió dejándole con las orejas rojas y el trasero posiblemente de igual color. Wonwoo tomó una de las camisetas grandes de su novio y salió siendo recibido por la ceja arqueada de Seungcheol, la risa nada disimulada de Jeonghan y por supuesto, la escandalosa carcajada de Junhui y Minghao en la cocina, destruyéndola probablemente.
Se sentía como en casa, con su pequeña y loca familia armada llena de sus amigos. Se miraron desde sus posiciones y se sonrieron teniendo el mismo pensamiento, después de todo seguían siendo las mismas personas con sentimientos más grandes. La tarde pasó en un parpadeo, y luego de que sus amigos se fueron, subieron a la azotea a disfrutar de la noche estrellada y el aire fresco primaveral.
Con Wonwoo entre sus brazos, y por primera vez en toda su vida, se sentía como en casa. Ni siquiera se arrepentía de haber hablado tarde o de esconder sus sentimientos, después de todo Wonwoo necesitaba alguien en quien apoyarse y que lo comprendiera de la misma manera en la que siempre lo hizo. Seguían siendo los mejores amigos, solo que ahora, también compartían la dicha de haberse enamorado de la persona correcta.
Entender que a veces necesitamos mejorar para dar lo mejor de nosotros mismos, llenó de valor al moreno y ahora se enorgullecía de que su novio siempre tuviera una hermosa sonrisa en el rostro.
La noche los cubría con su manto de estrellas, y mientras el mundo caía dormido, ellos se abrazaban disfrutando de la dulce compañía que eran para el otro.
- La luna esta hermosa hoy, ¿no lo crees? – Mingyu habló en voz baja apretando más el cuerpo de su novio – Casi tan hermosa como tú.
- ¿Sabías que esa frase la usan los japoneses para declararse enamorados? – Wonwoo rodó los ojos y giró un poco el cuello mirándole – Si es así, yo también te amo.
- Menuda manera de arruinar el momento, gatito – beso su frente suavemente – Pero solo hacía una afirmación.
- Oh.
- Pero ya que preguntaste, yo también te amo gatito mimado.
- Yo también te amo, cachorro travieso.
Ahí bajo la noche estrellada, apoyados en el uno y el otro siguieron cantando al viento la felicidad de estar enamorado, de conocer a su persona ideal.
Lo hermoso que se sentía ser amado
Yyyy llegamos al hermoso final todo fluff. Espero de corazón que les haya gustado tanto como a mí y nos veremos en el epílogo. Gracias a todos por leer y disfrutar de esta bonita historia ❤️😌
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Lover (Meanie) [Finished]
RomansaEl amor es algo tan bonito pero muchas veces nos suele volver idiotas... y si no pregunten a Mingyu.