Posesividad y dulzura que quema
¡Advertencias!
Este capítulo contiene escenas +18 bastante explícito. Se recomienda discreción.
Si en algún momento le hubieran dicho que terminaría con cada uno de sus deseos hechos realidad, se reiría hasta el cansancio y luego, juraría y perjuraría que le estaban mintiendo. Incluso pensaría que formaba parte de una cámara oculta para convertirse luego en la burla del público.
Una mierda si le preguntaras.
Pero él lo sintió desde el momento en que aquella mirada oscura y dilatada logró ponerlo en un estado de combustión instantánea que no pudo evitar. No olvidaba donde estaban, pero, aunque quiso zafarse del agarre para ir a bailar o al menos beber algo más, Mingyu no lo soltó. El joven no sabía que estaba pasando por la cabeza loca contraria, sin embargo, no podía negar que se sentía como en el cielo en aquellos brazos que lo aprisionaban. Su corazón iba a millón, sentía hasta las manos sudorosas por un simple abrazo...
Mingyu enterró la nariz en su cuello y dejó un pequeño beso acompañado de una lenta mordida que lo hizo jadear, y Mingyu aprovechó para atraerlo a un beso profundo que hizo a su mente y a su cuerpo tener un cortocircuito. Mingyu sabía a miel, tequila y limón; tenía una manera demasiado peculiar de mover sus labios y exigir una sumisión que él estaba más que dispuesto a darle. Wonwoo pasó sus manos a su cuello y se pegó más al cuerpo contrario buscando algo que empezaba a necesitar: las manos de Mingyu pasar por todo su cuerpo.
E incluso con todo su cuerpo pegado al suyo, sentía que no podía tener suficiente.
Mordió su labio inferior y sus lenguas se encontraron por primera vez haciendo a ambos suspirar y ponerse calientes al mismo tiempo. Rompieron el beso, y mientras recuperaban el aliento, Mingyu trazó movimientos en su espalda baja hasta que recordó que estaban en el medio de la barra de bebidas dando un buen espectáculo.
- Tiempo de bailar, gatito - Mingyu lo arrastró al medio de la pista y lo pegó, moviéndolos en un suave pero sexy balanceo – Después de todo, creo que tendremos una noche interesante.
- Yo...
- Tranquilo bebé, me aseguraré de que me sientas por lo que queda de semana.
Las luces cambiaron y Wonwoo se puso nervioso. Estaba seguro de que lo había hecho a propósito e incluso cuando la voz de Usher lo hizo girarse y besar a Mingyu, ese nerviosismo no se fue. Quería estar en su cama, con su cuerpo sudado encima del contrario rozando el cielo y el infierno con los dedos. La canción era tan lenta y explícita que, de solo escuchar las mismas palabras susurradas en su oído, gimió de satisfacción. Deseaba tanto ser visto finalmente que olvidó por completo que estaban en una pista de baile, aunque sus compañeros estuvieran haciendo lo mismo.
La mirada de Mingyu era de lujuria pura, su toque se sentía como lava caliente y su aliento le erizaba la piel despertando cada una de sus terminaciones nerviosas. Se miraron al punto de desgastarse, se tocaron como si nunca lo hubieran hecho y se besaron como si fueran el aire que cada uno necesitaba. Wonwoo jaló a Mingyu del suéter, sacándolo de la pista y se dirigieron a la parte trasera sin dejar de mirarse, conscientes de que podían caerse o bien interrumpir a otra pareja.
- ¿Qué pretendes, diablillo? – sexy y profunda, la voz de Mingyu fue directo a su entrepierna – Aunque estoy tentado a hacer de todo contigo, no será en el baño de un club.
- No soy una jodida princesa, Mingyu – rodó los ojos y saltó al recibir una nalgada - ¿Qué fue...?
- Dije que no te follaré en el baño de un club y lo dije en serio – acarició su rostro dejándose llevar por la suavidad – Eres demasiado especial para eso.
- ¿Quieres ir a casa? – el mencionado arqueó una ceja por el apodo y asintió dos veces – Bien, pero me debes dos rondas de sexo duro.
- Te daré las que quieras gatito, ahora camina.
Ellos intentaron no ir directo a la cama. Pero siendo sinceros, era primordial en ese momento llegar al meollo del asunto antes de que uno de los dos colapsara. Mingyu bebió un sorbo de cerveza bien fría tratando de poner sus pensamientos en orden, mientras Wonwoo se desmaquillaba y dejaba su suave rostro descubierto, justo como le gustaba. Todo su cuerpo estaba vibrando de anticipación, su cuello tenía dos largos y rojos chupetones y quedaría peor si seguía demorándose.
Mingyu se quitó la chaqueta y la lanzó al sofá, la remera negra fue levantada desde atrás revelando la piel bronceada; sintió la caricia suave desde la parte baja hasta el cuello regando además besos electrizantes. Ser capaz de tocarle era un sueño, pero la realidad era que mientras más lo tocaba más la tensión podía palparse en el lugar. Mingyu se giró y lo besó otra vez, cada beso más hambriento y caliente que el anterior.
La ropa fue olvidada en el camino a la habitación del menor, la puerta abierta de un tirón y Wonwoo lanzado a la cama de un rebote. Encontró los labios contrarios marcando y besando su piel. Mingyu quería ir suave, así que aprisionó el cuerpo del menor con el suyo agarrando ambas muñecas con una sola encima de su cabeza, mientras él se servía el delicioso postre que le era presentado. Mordió y lamió los pezones de Wonwoo, su ombligo y dejó cardenales rojos por todo su torso; mientras su pequeño solo gemía pidiendo y rogando por más. Wonwoo se arqueó y gimió en voz alta cuando sintió los labios contrarios en su entrepierna, lamerle y chuparle como él hacía con los chupetines. Lento pero constante, los labios contrarios le llevaron al borde y cuando su dedo entró en él, gritó su liberación.
Intentó recuperar el aliento con tres dedos moviéndose en él y la mirada de Mingyu sobre su cuerpo lo puso caliente una vez más. Listo y preparado, Mingyu se colocó un condón y justo en la entrada, besó a Wonwoo una vez más.
- ¿Estás listo? – Mingyu pronunció con voz ronca en sus labios a punto de perder la cordura y adentrarse de una sola vez – Después de esto, no hay vuelta atrás.
- Hazlo – dijo sin aliento mirándole a los ojos, perdido en aquella mirada que se atrevió a dibujar en un cuadro – Hazme tuyo, babe
Mingyu sonrió y empujó adentrándose en el lugar que estaba seguro sería su hogar durante bastante tiempo. Se sentía increíble, como si el cuerpo del pequeño hubiera estado hecho para el suyo desde el primer momento. Se controló por poco tiempo, pues una mirada a su pequeño y dio rienda suelta todos y cada uno de sus deseos. Era la primera vez que ambos se sentían tan completos.
Mingyu habló con su cuerpo, dijo cada una de las cosas que no podía expresar con palabras. Reclamó cada pedazo de piel, los gemidos entrecortados de Wonwoo en su oído y en su boca. Les dio la vuelta, y se deleitó con lo resbaladizo del cuerpo de Wonwoo y disfrutó cada movimiento que hicieron al unísono. Cuando el momento ansiado llegó, Wonwoo se arqueó pintando su estómago al mismo tiempo que un gemido ronco dejó los labios de Mingyu lleno de satisfacción.
Wonwoo intentó controlar su respiración al tiempo que Mingyu los giró y salió de su interior muy a su pesar. Encontró toallas húmedas en el escritorio y los limpió a ambos, siendo especialmente delicado con su pequeño que lo evaluaba desde su posición en la cama. Se deshizo del condón y las toallas, y volvió para acurrucarse por primera vez luego de tener relaciones con alguien.
Se acostaron frente a frente, hasta que acomodó a Wonwoo en sus brazos y suspiró del gusto.
- Quédate a dormir – asintió y lo apretó más contra su pecho, dispuesto a protegerlo incluso de sí mismo – Quiero sentirte mío por una vez.
- Siempre he sido tuyo, pequeño – dejó un suave beso en su coronilla mientras sentía como sonreía contra su piel – Siempre lo he sido.
Bueno veamos. Tenía un poco de miedo de publicar este capítulo porque (+18) Wattpad anda mamón. Pero aquí lo tienen . Disfrútenlo guapuras ❤️
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Lover (Meanie) [Finished]
RomanceEl amor es algo tan bonito pero muchas veces nos suele volver idiotas... y si no pregunten a Mingyu.