6-.

137 14 1
                                    

Juan se encontraba corriendo para ver a Biyin y verificar lo dicho por Auron. Al llegar con Biyin se encontró con Ari, ella y Juan no habían arreglado sus problemas pasados, la mayoria eran parte de discusiones sin aclaración. Ambos intentaron ser pareja muchas veces pero ambos tenían pensamientos y objetivos distintos y terminaron por falta de comunicación.

-¡Biyin! Ari... Ejem, Biyin te estuve buscando para emm...

-Hola Juan, yo estoy bien gracias.

-Ah sí, buen dia Biyin.

-¿Qué paso?

-Hoy alguien puso un gran cubo que rodeaba mi santuario, la primera persona de la que sospeche fue Auron pero me mencionó que ayer fue a minar contigo.

-¿Quieres saber sí miente?

-Sip

-Ayer yo y Auron estuvimos hasta tarde minando, pero al volver pude ver a alguien haciendote esa broma. Era muy tarde como para ver quien era asi que solo ví una silueta algo borrosa.

-Mmm... Gracias Biyin, seguiré buscando pero muchas gracias por tu ayuda.

-De que Juan, cuidate.

-Adios Biyin, bye Ari.

-Adios Juan suerte.

Juan miro sorprendido a Ari, ambos no se hablaban desde su ruptura, tal vez es un avance. Se alejo de las chicas y siguió preguntandole a las personas de el pueblo verde y muy pocas le dijeron lo mismo que le dijo Biyin.
Finalmente se encontró con alguien que tal vez le daria las pistas que necesitaba.

-¡Mariana!

Mariana reaccionó de una forma inesperada y al oír a Juan se echó a correr.

-¡Te juro que yo no fuí Juan! ¡Me amenazaron!

Al oir ésto Juan cambió su expresión a una muy enojada y empezó a correr detras del Mariana insultando y amenazándolo. Tras un tiempo de persecución ambos terminaron exhaustos.

-Mariana... ¿Qué le... hiciste a mí... santuario?

-Juan... te juro... que yo no hice nada... (a parte si digo algo me matan).

Acercó una espada a la cara de Mariana en busca de respuestas, cuando de pronto apareció alguien destras de Juan poniendole una espada en la espalda.

-¿Tienes algún problema con mi empleado?

Juan al voltear se dio cuenta que se trataba de Spreen, al verlo sus pensamientos concluyeron en que el tenía que ver y quiza hasta sería el culpable. Alejó la espada del chico con anteojos dejandole respirar de nuevo con tranquilidad y se dio la vuelta para ver al oso a sus espaldas para aclarar las cosas.

-Spreen ¿Qué le hiciste a mi santuario?

-Yo lo cubrí, ¿algún problema?

El cinismo en la respuesta de Spreen hizo enojar a Juan, sin embargo bien sabía el hechicero que el no le daría batalla al oso, así que solo se guardo las ganas de golpear al oso y respiro profundo para calmarse y no arriesgarse a nada.

-¿A qué se debe tu estupidez?

-Fue una venganza por lo de mi gata.

-¿Hiciste eso solo por tú mascota? Eres un completo imbecil.

Mariana se alejo en silencio mientras los dos peleaban para ponerse a salvo en caso de que alguno de los dos perdiese el control, ambos se veían muy enfadados y pelearon por mucho tiempo. Por su parte Juan hacía su mayor esfuerzo por no causar un conflicto, mientras Spreen se mantenía lo más tranquilo posible. 

Despues de un rato, los dos ya estaban cansados de pelear, ninguno llegaba a una resolución y solo se insultaban sin más.

-Spreen, yo te explique el porque no puedo revivir a tu mascota, no es posible que yo regrese a la vida a un simple ser vivo.

-Pelusa no es un ser vivo nada más, de verdad que tu no tienes una pizca de empatia, eres un egoista.

Juan solo se quedo callado y miro a un decepcionado Spreen entrando a su polleria con la mirada baja.

-Spreen...

-----------------------------------------------------------------------------------------

-¡Ahg! ¿Por qué me siento tan mal? Es solo un estupido oso cualquiera. Su mascota no es asunto mio.

Juan daba vueltas por todo el santuario mientras se reclamaba a si mismo el porque de su tristeza ante ver al oso decepcionarse así de el, el hechicero estaba acostumbrado a el desprecio de muchas personas, pero esta vez se sentía raro. Cuando el conoció a Spreen le recordo rapidamente a Rubí ya que al igual que su esposo el era un hibrido de oso, sin embargo Juan sabía que el compararlos era ridiculo, ellos eran muy diferentes, Rubí era muy amable y cariñosa con Juan (cuando estaban casados tambien era muy atenta y amorosa) a diferencia de Spreen, quien era muy serio, molesto y se guardaba mucho su afecto con cualquiera. Aún así Juan había llegado a sentir en cierto punto de su vida una atracción al oso, el lo recordaba como una etapa vergonzosa de su vida ya que su único motivo para haberse enamorado del chico era la soledad que sentía con la perdida de Rubí y el haber tratado de remplazarlo con alguien que solo se parecía a el en que ambos eran hibridos y tenían un cabello similar, el superó esto cuando entendió que su esposo no era Spreen, por más que el quisiera el y Rubí no eran lo mismo, costo aceptarlo pero con el tiempo al fin los ve como personas separadas. Por alguna razón Juan sigue guardando un cariño hacía Spreen, no por que le recuerde a Rubí si no que simplemente el tiempo que paso observando a Spreen se acostumbro a él, sus rasgos, su personalidad, todo en el le llamaba la atención. Juan trataba de olvidarse de el ya que pensó que sus sentimientos tenían que ver con su comparación de ambos hibridos en el pasado, aunque por lo visto Juan si los diferenciaba bastante bien.

--------------------------------------------------------------------------------------

Trascurridas unas horas de un Juan melancolico y pensativo, por fín se decidió por buscar algún consejo en los dioses, tal vez ellos le darían una respuesta, se dispuso a ir al lugar donde se comunicaba con los dioses y empezó a meditar y concentrarse en hablar con ellos y volteó a el cielo en busca de una respuesta.

-Dioses de todo, hoy vengo con una petición inusual, hoy no quiero que me ayuden con algo de hechicero supremo, hoy solo quisiera que me den un consejo, quiero que me digan... ¿Está bien que le haga esto a Spreen? Saben... el solo me pidio revivir a su mascota, pero se que no es lo correcto andar reviviendo seres como si nada, yo no soy quien para jugar con la vida y la muerte, más sin embargo me siento un poco mal por él, la mayoria del tiempo solo nos hablamos para saludarnos y no noto ninguna emoción en su rostro, pero esta vez noté una tristeza en él. Es la primera vez que el me pide algo pero se que esto no es lo correcto. Les pido que me den una respuesta por favor dioses del todo.

Juan miro al suelo esperando una respuesta que le ayudase a aclararse, sin embargo al transcurrir un tiempo Juan se dio por vencido y bajo de ahí para volver a su habitación en el santuario y seguir cuestionandose. 

Despues de unas horas se escucho el llamado de Auron, Juan fue a ver que se le ofrecía a su amigo e inmediatamente le abrió la puerta.

-¡Hola Juan! ¿Cómo te encuentras? Espero que hayas podido resolver tu problema.

- Hola Auron, estoy bien gracias. Al final resulto ser que Spreen fue el culpable y obligó a Mariana a ayudarle.

-Si fue Spreen no creo que podamos hacer mucho, nadie se atreve a meterse con el a menos que sea en super secreto.

-Gracias por los animos.

-Perdoname Juan pero es la verdad.

-Auron...

-Dime.

-Necesito tu consejo en algo.



Thank you [spruan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora