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-¿Qué paso?

Auron notó el desanimo en su amigo así que dejo sus bromas de lado y dispuso a escucharle atentamente mientras se encontraban sentados en las escaleras del santuario.

-Hace poco Spreen me visitó y me pidió que le ayudara a revivir a su mascota Pelusa, yo me negué y el decidió vengarse de la forma que supiste. Al hablar con el de nuevo no llegamos a nada y él solo se fué decepcionado. No se que hacer sinceramente. Siento pena por el pero a la vez no puedo hacer lo que me plazca con la vida y la muerte. 

Auron miró a Juan de abajo a arriba , pensó un poco en que decirle y tocó el hombro de Juan mirandole directamente.

-Juan, no soy quien para tomar esta decisión por tí, realmente creo que esto lo debes de decidir tú, no pienses en los dioses ni en Spreen, piensa en que quieres tú ¿Qué es lo que crees tú que es mejor?

-Yo...

Muy pocas veces alguien le dijo a Juan que el podía decidir sobre el y hacer lo que el quisiera, sintió un nudo en la garganta y miro a Auron con unos ojos llorosos.

-Wow ¡Juan! ¿Qué dije? ¿Qué paso?

Juan solo abrazó a Auron y escondió su rostro en el abrazo. En ese momento de verdad apreció todo lo que Auron significó en su vida y el gran cambio que le dió a el. Fue de las primeras personas que lo ayudo y con el que podía contar siempre a pesar de sus bromas y peleas. Juan se separó de Auron y le miró a los ojos.

-Gracias Auron... De hecho hace un tiempo quería decirte que paso el día que nos conocimos...

-¡¿En serio?! Nunca quisiste explicarme nada sobre ello.

-Creo que estamos listos para esto.

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-Juan... 

-Está bien si no me crees, se que es algo muy raro y-

-¿Cómo aguantaste todo eso y nunca me dijiste?

-No es tan importante, al fín y al cabo volví a verlos a todos.

-¡Claro que es importante! Estuviste solo mucho tiempo y jamas dijiste nada, perdiste-

-Mejor no hablemos de eso, creo que hablarlo contigo me quitó un gran peso de encima.

-Está bien...

El chico del mechon naranja miró al hechicero con una mirada triste y con impotencía de no poder ayudarle antes cuando el chico estaba solo y confundido con todos y en ese entonces todos pensaban que era un loco. Tambien se sentía mal por haber perdido esos recuerdos que tuvo alguna vez con Juan. Vio como el hechicero se levanto y se limpió el pantalón para luego extenderle la mano y ayudarle a levantarse. 

-¿Tenías alguna otra cosa con la quisieras que te ayudara?

-No, solo venía a saber que había ocurrido con la broma.

El chico recibió un empujón del más bajo, enfadado por el comentario de su amigo. Ambos se quedaron hablando de más cosas acerca del pueblo y la gente por un tiempo más hasta que se acercó el atardecer y Auron se fue del santuario para no encontrarse con mobs camino a su casa.

El hechicero se quedo un momento sentado en la silla central del santuario, pensando en las palabras de su amigo. Por un lado quería ayudar a el oso, mientras que por el otro se sentía mal por hacerlo. Tras unos minutos se levantó y ya con su decisión tomada, salió de su santurario y se dirigió a la polleria para ayudar a ese chico.

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Mientras se dirigía al lugar tuvo que enfrentarse a varios mobs, terminó algo herido por ello y quedo con unos cuantos rasguños, algunos rompieron su ropa y dañarón su piel. Despues de un rato caminando, finalmente llegó a su destino, tocó la puerta y quedo parado frente a la puerta esperando una respuesta.

-¡¿Quién es a estas horas de la noche?!

El oso se acercó a la puerta para ver quien era y preparando para insultarle por haber interrumpido con la última lista de trabajo que le quedaba por hacer pero al acercarse notó la silueta del hechicero. El oso le abrió y le reclamó por molestarlo.

-¿Qué quieres?

-Quiero disculparme por lo que hice antes, realmente está en contra de mis creencias el jugar con la vida de esa manera, pero, yo de verdad te quiero ayudar.

Al ver su mirada arrepentida y escuchando su tono tan sincero aceptó sus disculpas y le invitó a pasar. Le ofreció una silla para saber si necesitaría algo para revivir a su mascota.

Ambos tuvieron una larga charla en la que se pusieron de acuerdo en lo que harían y en que necitaba para hacer el hechizo y revivir a su gato. Juan estaba listo para irse cuando Spreen se acerco a el y tomó su brazo derecho a lo que Juan le miró extrañado.

-Tienes heridas.

-Ah, esto. No te preocupes no es nada.

-Dejame que te ayude.

-No es necesario.

-De verdad, dejame ayudarte, te debo una despues de todo gafotas.

El oso y Juan forcejearon, el hechicero no quería recibir ayuda de Spreen, el consideraba que no era nada grave, pero el oso veía que sus heridas estaban sangrando así  que lo tomó y lo llevó a un lugar donde había un kit de emergencías para tratarlo.


Thank you [spruan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora