Cap. 20

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El sol no siquiera se hacía presente a la vista, pero pintaba el cielo de colores pastel cálidos y fríos.

Ari guardo lo de siempre en su mochila más una cosa extra: Su traje.
Escuchaba a su madre y a su abuela abajo, preparándose  para comenzar su día. Se repetía una y otra ves en la cabeza lo que les diría al respecto de la hora en la que salía este día.

Bajo las escaleras a paso apresurado, ya lista como todos los días que asistía a clase.

Amelia y su madre escucharon extrañadas aquel ruido se posadas bajando del primer piso.
Ari se hizo presente y se acercó a ellas.

—Que haces despierta tan temprano?— pregunto su madre.

—Hoy tengo que ir antes— dijo tomando una fruta del recipiente que había en el centro de la mesa— Vamos a estudiar el campo magnético de la tierra y quieren que vayamos temprano— evitaba mirarlas a los ojos. Si quiera dirigía su vista a sus rostros.

—Al menos desayuna— de dijo su abuela.

—No puedo Oba. Llegaré tarde. Comeré está manzana de camino— se despidió y salió por la puerta.

—Como es que ahora siempre llega tarde?— dijo su abuela en regaño.

—Talvez su alarma no funciona—Dijo Amelia

—No creo que sea por eso— Dijo su madre— has visto su rostro? Tapa sus ojeras con maquillaje. Algo le impide dormir bien.

—Crees que esté pasando de nuevo?— pregunto Amelia con preocupación en su voz.

—No veo otros motivo. Si se desvelará con sus videojuegos lo escucharía.— Aseguró.

—Pero que puede ser está vez. Ya pasaron varios años, ella más que nadie sabe que tenemos que superarlo.

—Mili— dijo su madre firme— También considera que ahora tiene una nueva vida. Ahora es universitaria!— dijo apuntando hacia la puerta por la que su nieta había salido minutos antes— Considero que la tarea que dejan ya es motivo para no dormir.

—Si...— se sento— Además ahora todos son mucho más mayores que ella...

—Mh-mh— afirmó su madre bajandose de el banquito que usaba para llegar a la mesada.

Su hija suspiro.

—Tranquila Mili— dijo su madre acercándose a ella— El insomnio se cura. Y sabes cuál es una de las maneras de curarlo.

—Con sus pastillas?— pregunto.

Su madre le dió un pequeño golpe en el brazo.

—Ni menciones esas cosas.

Amelia rodó los ojos.

—Necesitas hablar más con ella Mili— dijo su madre— ya no es la pequeña que solia contarte todo. Ya ninguna tiene tiempo para la familia.

—Si lo sé, tienes razón pero...— suspiro— que puedo hacer.

—Pide para salir más temprano esta noche— dijo— podrían pasar la tarde juntas.

—No es tan fácil mamá— dijo levantándose.

—No dije que tenía que ser fácil— dijo— me refiero a que ambas pongan de su parte para estar juntas.

Se dirigió a la cocina nuevamente con su caminata que se asemejaban a unos brinquitos.

Amelia lo penso seriamente. Sostenía una tasa de café entre sus manos, la cual tenía grabada la frase: "La mejor mamá del mundo".
No se sentía la mejor mamá ahora.

°•Amor a nuestra ciencia•° (Hiro hamada x OC)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora