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— ¿Dónde estabas? Llevas días desaparecida.
Días. Violet maldijo mientras apuraba el paso.
— Atrapada— responde—. Y no podré volver al hotel. Mori sabe. Los pondré en peligro si voy.
Escuchó una blasfemia del otro lado de la línea y la voz de Ryu.
— ¿Nos vamos?
Sí.
— No, sería muy obvio. Primero me encargaré del problema con Fitzgerald. Luego, veremos.
Procedió a contarle todo lo que sabía sobre Guild.
— Veré qué averiguo. ¿Qué harás mientras?
Cortó la llamada sin contestar. Entró a un hotel de eso que se nota que no quieren llamar la atención de la policía, y pasó la noche dando vueltas en la cama, pensando en su siguiente movimiento.
Abandonar la Port Mafia era una sentencia de muerte. Los traidores y, por seguridad, su familias eran ejecutados. Violet no tenía familia hace seis años, ahora tampoco, pero tenía desamparados. Y muy poderosos.
Así que se maldecía una y otra vez por dejar que Mori la viera. Una cosa era un ejecutivo o subordinado, pero si el jefe la vio, nadie dudará de su existencia.
Todo es más fácil cuando estás muerto.
Y tuvo que seguir así. Ahora, no solo debía cuidar su espalda, también proteger a Ryu.
La Port Mafia ni Guild podían llegar él.
❪🧠🗡️❫
Dazai observó a la ejecutiva esperando que despertara, sentía la presencia enojada de Atsushi atrás y, francamente, no estaba de ánimo para eso. Llevaba más de dos semanas con este sentimiento, de que algo se acercaba.
