Capítulo 1

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—¿Si soy un buen chico me llevarás a ver a Santa? — preguntó Minki mientras caminaban por el centro comercial lleno de gente.

Ten se detuvo sólo el tiempo suficiente para dispararle de nuevo una mirada irritada, algo que Minki había notado que su hermano hacía con una frecuencia alarmante cada vez que se juntaban.

—Yunho me hizo jurarle que mantendría un ojo en ti y me aseguraría de que te mantuvieras alejado de los problemas. De alguna manera, no creo que sentarte en el regazo de Papá Noel esté en la lista de las actividades aprobadas por nuestro líder —dijo Ten en un tono fresco y cortante.

La mirada de Ten arrasó el interior del centro comercial mientras se agachaba a la altura de su tobillo para cerrar un poco más su abrigo negro. Minki no quería contemplar el armamento que probablemente llevaba su compañero de camada escondido en sus bolsillos. Ten amaba sus cuchillos y armas de fuego, y no iba a ninguna parte sin al menos media docena de sus bebés a su alcance. El tipo probablemente dormía con una Glock debajo de su almohada.

Algunas personas pasaban cautelosamente cuando Ten disparaba, dando una amplia mirada hacia donde estaba. No es que Ten fuera enorme o tuviera grandes músculos. Estaba más delgado que la mayoría de los soldados de la coalición y sólo era un par de centímetros más alto que Minki. Sin embargo, Ten siempre daba una vibración de 'no-me-jodáis', tanto a los seres humanos como a los cambiaformas.

—¿Quién dijo algo acerca de sentarme en las rodillas de Santa? —respondió Minki mientras trataba de asumir su propia pose de tipo duro.

Fracasó miserablemente, probablemente porque llevaba un abrigo rojo y una ajustada camiseta infantil de Lady Gaga. Sin embargo, se ganó un guiño de un hombre que pasaba. No es que tuviera algún interés en ligar de nuevo, ya que estaba locamente enamorado y feliz de su acoplamiento con Minhyun, un infierno de cambiaformas Tigre muy sexy.

—Ni siquiera yo soy lo suficientemente retorcido para tratar de darle a Santa un baile erótico en su regazo — protestó Minki. Antes de Minhyun, le gustaba jugar, pero ahora nadie podía tentarlo a alejarse, ni siquiera un hombre con un traje rojo.

—Si te sientas en el regazo de Santa Claus, te tomaré una foto y la publicaré en vuestra página de Facebook. Se puede utilizar para reemplazar la imagen de perfil en la que estáis vestidos de cuero y haciendo cosas obscenas con un oso de peluche —el tercer miembro de su camada, Minwoo, se burló cuando los alcanzó y se puso al lado de Minki.

—Fue tu compañero, Donghyun, quien me desafió para que pusiera eso en primer lugar —señaló Minki.

Minwoo levantó las manos en el aire. —Él nos desafía a todos para que hagamos cosas estúpidas como esa. Tú eres el único que cae y haces lo que quiere.

Minwoo se bajó la cremallera de su chaqueta de piel marrón para revelar el delicado suéter azul que llevaba debajo. Minki se preguntó, no por primera vez, cómo el miembro más vainilla de su camada terminó acoplado con un cambiaformas Guepardo gótico e IT , que tenía un ego más grande que el río Flint.

—Le doy a Donghyun algo para vivir, además de las computadoras y tú —se defendió Minki.

Minwoo levantó una ceja. —Y yo que pensaba que era porque no podías rechazar un desafío.

—Sí puedo.

Incluso Ten se detuvo lo suficiente para darle a Minwoo una expresión de incredulidad ante esa afirmación.

«Maldita sea, corres desnudo por el lugar una vez y ya quieren pegarte la etiqueta de temerario». Tal vez la falta de disciplina de Minki lo había metido en algunos líos en el pasado, pero eso no quería decir que pudiera cambiar quién era ni nada como eso. No más de lo que Minwoo podría dejar de ser inteligente o Ten dejar de ser tan amenazante.

Serie de los CP 08 - Una Navidad FelinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora