Gregory en Five Nights in Anime ( Five Nights in Anime x Security Breach)

Vanny ¿hombre?

Se supone que en esta ocasión, Gregory debería estar tranquilamente trabajando en el local de Animes Freddy Convention, a la hora indicada en su horario nocturno. Pero ahora mismo se encontraba en un local completamente distinto, mientras se cruzaba de brazos pensaba en lo fastidioso que puede ser. La única razón para aceptar trabajar en un lugar diferente fue el dinero extra que prometieron pagarle, cualquier suma de dinero para Gregory funcionaria, pues al final de todo.

No era solo la necesidad de ser alguna clase de héroe, ni tampoco la determinación de cumplir con aquella misión que la persona quien rescato a Vanesa le propuso, pues cuando acabara esto, necesitaría dinero para ayudar a su cuidadora. Es extraño, para Gregory la sola idea de cuidar a Vanesa ahora es su prioridad, pues han vivido muchas cosas. Pero acaso algo cambio dentro del.

Aun sigue odiando a los animatronicos, ¿Pero debería hacerlo?

Se planteaba mucho la situación por la que paso, con las animatronicas anime infectadas por Lust-Trap, ellas no querían lastimar a nadie, quizás eran presas de una fuerza aterradora que las obligo hacer cosas horribles, seguro ellas no lo hubieran querido así. Quizás Gregory no debería ser tan exigente con estas maquinas, solo son eso, maquinas inventadas con el propósito de divertir a los mas jóvenes, Gregory solo miraba a los niños divertirse con las animatronicas Anime, aunque a el trataron de matarlo, esas robots no son malvadas con todos, podría darles una oportunidad.

Glamrock Freddy, es su mejor amigo, una de las maquinas que tanto odia le presto su amistad, una fría amistad, Gregory llego a un punto que no sabia si Glamrock Freddy lo continuaba cuidado por que estaba diseñado de esta forma, o porque la seria de código en su interior de esa forma lo ordenaba. El recuerda haber visto unas partes de Glamrock Freddy en una papelera de reciclaje, además los Glamrock no parecían importarle mucho lastimar a Freddy, o eso sentía Gregory pues mientras viajaba por el Pizzaplex, juro que escucho como Mongomery Gator, exclamo que detestaba a Freddy. Un robot tan agresivo como ese lagarto no debería ser un punto para tomar en cuenta, pero Gregory se preguntaba sinceramente, si no hubiera entrado al Pizzaplex, ¿Hubiera cambiado algo? ¿Acaso el hizo la diferencia?

Fue a ese lugar solo sin esperanzas de sobrevivir mucho tiempo por su cuenta, pero volvió con amigos que lo cuidarían pase lo que pase, con ayuda de la princesa dorada pudo salvar a Vanesa. Por eso se concentraba en cumplir por lo que necesitaba este trabajo, dinero para ayudar a su madre Vanesa, una amiga muy querida para el, quien parece sufrir con tanto trabajo, criar a un niño y mantener a un robot es caro. Ya no era un niño, por eso puede ayudarla.

Incluyendo también...

El legado de la princesa dorada, la voluntad de exterminio ardía en el corazón de Gregory quien necesitaba continuar con esa promesa, ¿Pero que debía hacer exactamente? Pese a todo no tenia pistas sobre donde estaba la nueva Vanny. Ni tampoco pruebas de que hizo algo malvado, podría ser que la princesa se equivoco. Existen rumores sobre desapariciones, pero nada que pueda sustentar sus sospechas, la mayoría historias que cuentan en el noticiero de la mañana para atraer televidentes de una manera descarada.

Aunque con todo eso como un objetivo, no sabia si llegaría algún lado, lo que volvía a permitir que lo pensara. Freddy, de verdad era su amigo, lo sentía de esta manera, pero seguro solo lo cuidaba cuando era niño porque así estaba diseñado, pero ya Gregory era un adulto. Imaginar días donde llega a su hogar y no sea recibido por una sonrisa de su amigo robot, de verdad le rompe el corazón en pedazos, no quería abandonarlo, pero ¿de verdad era Freddy capaz de sentir algo real?

Su cariño siempre se sintió real, pero un preocupado adulto ahora tomaba su camisa sin saber exactamente que responder a sus propios pensamientos.

—¡Gracias Freddy! —Dijo un niño.