ᴀᴍᴏʀ ᴄᴏɴꜰᴜꜱᴏ • ɢɪʏᴜꜱᴀɴᴇ - [Pausada]

3. Surprise

El amor a veces era sorpresivo, otras veces era predecible.

Pero jamás se esperó que el albino se enamorara de él. Y menos se esperó que él también lo amara.

Vaya sorpresa.

-Capítulo 3: Surprise.

Desde que era pequeño, el amor fue algo fundamental para él. El de sus padres y el de su hermana, pero al perderlos, el amor se convirtió en la peor cosa que el haya sentido.

Siempre que abría su corazón a alguien, este salía herido o en el peor de los casos, muerto.

Amó a sus padres y fallecieron, amó a su hermana y fue asesinada, amó a Sabito y murió.

Por eso tenía miedo de encariñarse con Shinazugawa. No quería ningún tipo de amistad con él, solo serían compañeros y nada más. Sabía que si desarrollaba algún sentimiento relacionado al amor el albino saldría herido.

La primera vez que conectaron miradas, su corazón latió como nunca antes y esto lo asustó. Por eso decidió "intimidar" al cazador para que este se fuera.

Sus encuentros casuales lo empeoraban. Cada vez que sus miradas chocaban, algo sentía en su corazón. Y lo aterró.

Ese día que trató mal al menor, se sintió mal, muy mal. ¿Qué culpa tenía el cazador de que él estuviera de mal humor? Ninguna, pero igualmente lo insultó.

Y se hubiera sentido peor si el joven no hubiera dicho nada, pero por suerte eso no pasó. Le contestó, le hizo frente y se fue con la frente en alto. Tomioka también se había ido, no sin antes mirar una última vez al joven que creyó que después de eso, no volvería a aparecer.

Que equivocado que estaba.

Al poco tiempo tuvieron una misión en conjunto con demás cazadores del rango de él.

Un largo suspiro se escapó de sus labios al verlo parado con los demás cazadores. No quería problemas así que solamente le dedicó una mirada cálida o tranquila, lo que menos quería era causar un escándalo.

La misión transcurrió con normalidad, cada uno fue por su lado.

Lo que menos se esperó era ver que estaba yendo por la misma ruta del albino.

"¿Me estás siguiendo acaso?" se escuchó proveniente del menor.

"No, yo elegí esta ruta." respondió el azabache. No quería pelear.

En todo el camino no dejó de ver al joven cazador. Tanta fue su distracción que perdió el rumbo de su objetivo.

Maldición.

Pequeñas gotas empezaron a caer sobre su cuerpo, levantó su mirada y un color gris oscuro llenaba el cielo. Volvió a mirar al joven notando como este se quejaba y gritaba como un niño pequeño, esto lo divirtió.

Volvió a caminar junto al menor mientras eliminaba algunos demonios de la zona.

Decidió seguir caminando por su cuenta alejándose un poco del albino, debía seguir inspeccionando sus alrededores. De pronto, una figura salto por encima de él en dirección al cazador.

El corazón de Tomioka se detuvo y su cuerpo quedó petrificado.

Su mente ya había imaginado distintos escenarios de la muerte del pequeño cazador.

No. No iba a permitirse el perder a alguien más por su miedo.

Corrió a toda velocidad para salvar al menor, se interpuso entre ellos recibiendo un rasguño del demonio pero eliminándolo al instante. Su brazo izquierdo empujaba al menor hacia atrás, protegiéndolo.