2. Confusion

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Nunca pensó en lo que sentía o en lo que sentiría al amar a alguien.
Escuchaba a otras personas hablar sobre el amor y esas cursilerías, alegando que era lo más hermoso del mundo pero podía herir a alguien si se amaba de manera incorrecta.

Sanemi ahora lo confirma, hermoso pero a la vez doloroso.

¿Por qué el amor era tan complicado?

—Capítulo 2: Confusion.

Aquí estamos. En medio del bosque, perdidos o más bien, perdido, y lo peor de todo es que estaba con ESE pilar.

No podía verlo, se le hacía insoportable. ¿Y su actitud? Una mierda.

Tomioka le dio la orden de seguirlo mientras buscaba el punto de encuentro. Sanemi se limitó a gruñir, debía obedecer quisiera o no.

Imbécil.” se escapó de sus labios.

¿Dijiste algo? preguntó el mayor. Sanemi lo miró.

Shinazugawa odiaba su diferencia de altura. Tomioka no era ni muy alto ni muy bajo pero aún lo superaba por unos centímetros. Odiaba tener que levantar la mirada para verlo, se sentía pequeño a su lado y le incomodaba, o más bien, le molestaba.

No, solo sigue mirando al frente.” mordaz. Era el único adjetivo para describir su tono de voz en esa pequeña línea. Giyu volvió a mirar al frente mientras seguía caminando a paso rápido.

Segundos, minutos y quizás horas pasaron desde que se había perdido con el pilar. En el camino se habían encontrado con unos cinco demonios, de los cuales, tres eliminó Tomioka y los últimos dos los mató Sanemi, limpio y rápido.

Debía admitir que al ver a Tomioka acabar con esos demonios había quedado sorprendido. El pilar era veloz, ordenado y flexible cuando se trataba de eliminarlos, y su mirada siempre permanecía igual, fría y dura, sin reflejar ningún tipo de emociones.

Que envidia. Debía de admitir que cada que mataba a esas criaturas un odio se reflejaba en sus grandes ojos amatistas. Esas cosas le habían arrebatado todo lo que el más amaba, su familia, pero no le gusta hablar ni pensar en eso, solo lo distrae.

Aunque era demasiado tarde. Nunca se había percatado de la presencia de otro demonio a sus alrededores.

¡Carajo!

El demonio de aspecto masculino corrió a toda velocidad hacia el con la intención de atacarlo y comérselo, tal vez.

Se congeló. No fue capaz de desenfundar su katana. Solo se quedó ahí, quieto, esperando su posible final.

Ya había cerrado sus ojos cuando, de pronto, otra figura masculina se interpuso entre él y el demonio.

La cabeza de la figura demoníaca cayó limpiamente al suelo en menos de cinco segundos.

Tomioka...

Pudo ver cómo sangre caía de su mejilla mientras retomaba su postura.

¿Te encuentras bien? preguntó fijando su atención al menor.

Sí, lo estoy... se limitó a decir. Tomioka lo había salvado de su muerte segura, se había lastimado para protegerlo.

Su corazón latió fuerte.

“Cazador, nunca más vuelvas a enfundar tu espada en territorio desconocido. ¿De acuerdo?” Sanemi asintió avergonzado.

No siempre estaré a tu lado para protegerte... Tienes que blanquear tu mente en misiones, si no, te costará la vida. el corazón del menor volvió a latir fuertemente al escuchar la primera oración.

ᴀᴍᴏʀ ᴄᴏɴꜰᴜꜱᴏ • ɢɪʏᴜꜱᴀɴᴇ - [Pausada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora