Fire

Capítulo 3. La cena.

Apenas concluí las cuatro horas del trabajo con Logan -dónde adelantamos mucho la reconstrucción- él se ofreció en llevarme a casa en su moto, a lo que no me negué, ya que teníamos demasiadas cosas que hablar después de años sin vernos. Desde la última vez que nos vimos cuando teníamos diez años hasta ese día que nos reencontramos, dimos vueltas por todo el pueblo hasta que, sin darme cuenta, ya se hacía de noche.

—Te espero a las once y media en casa —me dijo, asentí antes de bajarme de la moto.

—Nos vemos luego —me despedí de Logan como lo hacíamos en nuestra niñez, chocamos las palmas de nuestra mano derecha y luego la deslizábamos hasta tocar las puntas de los tres dedos del medio mientras cruzábamos las otras dos de los costados. Un saludo que inventamos en nuestros días en el reformatorio, más bien un código.

Después me subí a la vereda dando comienzo a mi caminata hasta llegar a la puerta de casa, ya podía oír los murmullos de Paula cantando. Saque las llaves del bolsillo de la camisa, pero antes de meterla en la cerradura, ella abrió la puerta con su característica sonrisa pícara en su boca. Ya me imaginé que tramaba.

—Por fin llegas, y no sola —enfatizó las últimas dos palabras con entusiasmo, como si se tratase de la llegada de Brad Pitt. A veces me pregunto si ella tiene veintisiete o diez.

—Ajá —ingrese esquivándola y mire el reloj de pared, marcaba las ocho de la noche cuando debía haber llegado a las doce del mediodía. Por suerte Shane no estaba en casa o me atacaría a preguntas— me voy a bañar —dije en cuanto me mire al espejo de la sala de estar, noté las manchas de pintura tanto en la ropa como en los brazos.

—En un rato vienen Shane y Rick —informó, encogí los hombro en plan "no me importa"— ¿ya lo has visto?

—¿A Rick? sí —respondí antes de subir las escaleras directo al baño. La verdad es que no tenía ánimos de atender a las visitas y menos si era el policía que me dejó en esa celda toda una noche, era obvio después de haberlo tratado mal.

Me di una ducha "rápida" que fue de casi una hora, si no fuera por Shane que casi me saca a las patadas me hubiera quedado más tiempo. Prácticamente me quedé la mayor parte del tiempo relajándome bajo la lluvia, pensando y quitándome las manchas de pintura de la piel. Me puse un jean negro, una remera gris algo ajustada y unas Converse blancas, no me decidía que ponerme para salir con Logan ya que no sabía a dónde iríamos. Baje a la cocina y ya podía sentir el aroma a la salsa de tomate que Paula hizo, puse la mesa como lo pidió y luego me acosté en el sofá por unos minutos hasta el timbre sonó.

—¡Yo no voy! —gritó la pareja al unísono desde la cocina, parecían niños. Con pereza salte del cómodo sofá refunfuñando, se suponía que ellos fueran a abrirle, es su amigo. No el mío.

Me acerque a la puerta y tome el pomo de mala gana, al abrirlo me encontré con él, Rick, como siempre con su sonrisa de oreja a oreja, lo miré detalladamente; vestía una camisa blanca y un jean azul oscuro, su pelo alborotado le daba un toque "sexy" junto con sus ojos azules.

—Hola —saludó amigable, una de  las cualidades que detesto. Detesto a la gente amigable y siempre simpática. Moví mis labios formando una mueca de fastidio -si se podría llamar así- dejé la puerta abierta con él parado frente a mí sin devolverle el saludo. Volví a la sala de estar, dejándolo sólo, sentándome en el sofá donde estaba antes. Escuche el ruido seco de la puerta al cerrarse y luego sus pasos fuertes sobre la madera del suelo. Hasta pude sentirlo detrás de mí.

Afortunadamente Shane salió de la cocina junto a su novia, saludándose entre ellos comenzaron una charla que no logre escuchar, estaba pendiente en que decirle para salir en la noche con Logan. Shane no sabía sobre mi amistad con él desde mi niñez, menos me dejará seguir esa amistad ya que, conociendo a Logan, yo no iba a mejorar en cuanto mi conducta y adicciones.