Capítulo 2; Hermana

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-¿¡Izan?! -reaccionó como si no tuviera ni una gota de acohol el su cuerpo

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-¿¡Izan?! -reaccionó como si no tuviera ni una gota de acohol el su cuerpo.

"¿Qué?" Me detení en saco.

-¿¡Eres gay?!

-¿Qué? No, es sol-

-¿Ahora estás sordo? ¿¡Quién coño es Izan?! -me interrumpe y empieza a darme patadas para que me salga de ella, cosa a la que hago caso.

-Calmate qu-

-¡NO! ¿¡Eres imbécil?! ¡Acabas de gemir el nombre de otro mientras me penetrabas y quieres que me calme?! - me interrumpe nuevamente y se levanta bruscamente coge su ropa y se empieza a dirigir a la puerta- ¡No quiero volver a ver tu puto rostro en mi vida! -me grita por ultima vez antes de girarse a verme por ultima vez también, en lo que veo que está llorando y se le ha corrido el rímel, para después salir por la puerta y no volver a entrar jamás. "Mierda".

-¡Espera! -me pongo los bóxer como puedo y el pantalón de chándal que traje y salgo a correr tras ella para intentar alcanzarla- ¡Abby, que vas muy borracha! -demasiado tarde, la vi saliendo por la puerta trasera del club que esta en la zona de las habitaciones.

Volví a mi habitación derrotado, "la he cagado". Al llegar lo primero que hago es agarrar mi móvil para mandarla un mensaje, que espero responda pronto.

Termino de vestirme y me marcho, por la puerta trasera también para evitar miradas. Al estar fuera me prendo un cigarro y miro en el móvil la línea de bus que me lleva a casa de mi primo. Apenas es la una de la tarde de un lunes y ya estoy agotadísimo, la semanita que me espera entonces.

No tuve que esperar mucho por suerte y fui directamente a mi destino, aunque fuera un largo trayecto por estar al otro lado de la ciudad, con la capucha y los cascos puestos como en la mañana, solo que esta vez tenía la cabeza peor. La resaca no se había ido y ahora cargo con un montón de preocupaciones nuevas.

Llamo al telefonillo desde el portal del edificio y me abre sin preguntar quién es siquiera, al subir a su departamento ya me tiene la puerta abierta y todo.

-Muy temprano has llegado tú -me dice desde la sala de estar. Está tumbado en el sofá viendo el fútbol en la televisión.

-He tenido un inconveniente -digo desganado tras cerrar la puerta principal y entrar al pasillo desapareciendo de la sala de estar y de su vista.

-¿Nos suicidamos juntos?

-Dale -le respondo, ya dando por terminada la conversación y entrando al cuarto que me pertenecía de allí, y que tenía para cuando me quedaba con él. Cosa que justo iba a hacer esta semana.

Mis Dos Obsesiones // BL //Donde viven las historias. Descúbrelo ahora