Un trío de amigos. Uno gay, uno bisexual y uno hetero.
O eso pensaba Aaron antes de ese día.
"Cuando era chico juré que jamás iba a hacer eso porque daba mucho asco, y ahora, aquí me encuentro loco por dos chicos a los que me quiero follar hasta que...
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-¡Qué se nos va a pasar la hora de la merienda! -se levantó mientras me pegaba en la pierna- ¡Levántate puto gordo! -se empezó a llevar la sábana y me empezó a entrar el fresquito erizándome los bellos del cuerpo.
-¡Nooo!
-¡Qué te levantes! -intenté agarrar la sábana pero ella fue más rápida y salió corriendo de la habitación arropada con esta.
-¡TUUU! -salí a correr detrás de ella y nos terminamos cayendo por mi culpa, por tirarme encima suya para frenarla.
-Eres un imbécil.
-Ya. Tú elegiste juntarte conmigo -encogí los hombros y ambos reímos, ahí tirados en el frío suelo.
♡︎
Estábamos riendo e intentado no ahogarnos mientras comíamos un tipo de merienda cena, cuando sonó el timbre.
-Yo voy -se levantó dispuesta a ir a abrir.
-No -la agarré con cariño de la mano para detenerla-. Voy yo, que soy el responsable de la casa ahora mismo, no te preocupes -se volvió a sentar riendo y sospechando algo por la cara que puso.
Me levanté y abrí la puerta. Una Ginny muy apresurada entró directamente, como si de su casa se tratase, diciendo algo de forma rápida que no entendí.
-... y por es- -se quedó paralizada al ver a mi acompañante, pestañeó varias veces como si no se lo pudiera creer y se giró para mirarme- ¿¡Te has acostado con Nathalie?! -lo dos abrimos los ojos y Nathalie empezó a reír fuertemente.
-Ya quisiera este -dijo entre carcajadas.
-Ay bueno, pues mejor. Ya pensé que o te habías vuelto más idiota o habías perdido un tornillo después de toda esta semanita.
-¿Cómo? -preguntó Nathalie. Ginny se giró a mirarla.
-¿No se lo has dicho? -se giró a mirarme a mí ahora.
-¿El qué? -ahora me miraban las dos esperando una respuesta.
-No estoy preparando para decírselo a más gente.
Me miraron con expresiones que no pude descifrar. Se formó un silencio incómodo, yo bajé mi mirada.
-¿A qué había venido yo? -preguntó Ginny de pronto. Nathalie empezó a reír y yo sonreí. "Hija de puta, siempre consigue levantar mi ánimo".
-Si no lo sabes tú... -dije divertido encogiéndome de hombros.
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Nos pasamos el resto de la tarde riendo por distintos motivos. Mi primo acababa de llegar hace un rato y yo estaba guardado un juego de mesa que esté tenía, pero no me entraba en su sitio.
Al final tuve que dejarlo para que lo guardara él.
Al entrar en la habitación me encontré con las dos riendo, como el resto de la tarde, solo que Nathalie ya con el abrigo y todo, es decir, preparada para irse porque ya era tarde, serían las casi las diez de la noche.
