Un trío de amigos. Uno gay, uno bisexual y uno hetero.
O eso pensaba Aaron antes de ese día.
"Cuando era chico juré que jamás iba a hacer eso porque daba mucho asco, y ahora, aquí me encuentro loco por dos chicos a los que me quiero follar hasta que...
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Lunes. 8:13 de la mañana. La rutina de siempre.
Me encuentro de camino al instituto en el bus de siempre a la misma hora de siempre. Me he despertado tarde y no he conseguido llegar al bus anterior, por eso he tenido que esperar al siguiente y ahora voy tarde a clase, se supone que la hora de entrada es a las 8:00.
El trayecto no es muy largo, pero de igual forma me he colocado los cascos y voy metido en mi mundo, intentando relajar la cabeza porque el finde ha sido muy movidito, y por ello me puse la capucha también aparte de los cascos, para que la gente no se quedará mirando ni nada de eso, es incómodo. Aunque sinceramente la resaca es lo que yo llamo karma por actuar sin pensar, justo lo que me está pasando a mí ahora.
Llegó a mi parada y me bajo, por suerte no tengo que caminar mucho porque me deja en la puerta del instituto, así no pierdo más tiempo y tengo más para fumar. Ya llego tarde, no me importa perder más tiempo, total, me van a poner la misma sanción llegue diez minutos antes o diez minutos después.
Encendí mi cigarro con tranquilidad a lado de la puerta exterior del instituto en el cual tendría que haber entrado antes de las 8:00, siendo las 8:36. No podía entrar a clases sin fumar antes.
De mientras, observo a mis compañeros correr a través de las verjas del instituto, los lunes a primera tenemos educación física y por lo que estaba viendo el profesor los había puesto a correr, según mi hipótesis estaban haciendo el test de Cooper. Desde mi posición no conseguía vislumbrar a nadie así que procedí entrar en el instituto e irme a clase a dejar las cosas para luego bajar a hacer educación física con mis compañeros.
Justo cuando estoy llegando a clase oigo como me llaman por atrás y me giro para encontrarme al jefe de estudios, antes de que empezara a hablar ya sabía lo que me iba a decir y la verdad es que no tenía ganas ningunas de escuchar una reprimenda en ese momento.
-¿Se puede saber la razón de tu tardanza? ¿Entras a una hora distinta que los demás? Porque casi siempre llegas a la misma hora.
-He vuelto a perder el bus.
-Siempre lo pierdes, ¿tienes pensado siquiera cambiar tu hábito?
-Sí, por supuesto.
-Pues empieza ya, porque si no lo haces ya, será demasiado tarde.
Y con eso se dio la vuelta y se fue. Tampoco le había puesto mucho empeño a intentar llegar al bus temprano sabiendo que el siguiente me trae de igual forma y aunque llegue un poco tarde más o menos llegó a tiempo a las clases.
Seguí mi recorrido y entré a la clase vacía. Dejé mi mochila en el sitio y salí para entrar al baño, no me ha dado tiempo a mear antes de salir de casa.
Por un momento pensé que mi cabeza me estaba jugando una mala pasada por la resaca. Había escuchado un gemido.
Empecé a avanzar en silencio, sin saber si me lo imaginé o fue real. Y justo cuando me iba a decir que sin duda me lo había imaginado escuché unos jadeos intentando no ser escuchados.
