Especial San Valentin

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—¿Se puede saber que carajos te pasa?— le cuestiono a Johan al momento de entrar en su habitación

—Es 14 de febrero hermanito— responde desde el piso, estaba acostado con un gran vaso de plástico que reconocí como de mamá a un costado de él

—¿Y eso que? Bájale a tu música que estoy ocupado y no me dejas concentrarme

—Es el día del amor y la amistad... no tengo con quien pasar este día tan especial, y amigos...

—No tienes

—¡Si tengo!—exclamó al momento que se sentó en el piso— solo que todos están en citas con sus parejas y ninguno quiso llevarme

—Por eso se llaman parejas tarado, son de dos personas

—¿Puedo ir contigo?

—¿Conmigo a donde?—Enarco una ceja

—Escuche que le pedías permiso a mamá para salir hoy

—¿Y se puede saber que haces escuchando conversaciones ajenas?

—Oye no es mi culpa que se pusiera a hablar justo cuando yo estaba presente, tengo oídos y no puedo hacerme el sordo si están hablando junto a mi—se excusa mientras vuelve a recostarse en el suelo

—Estabas con tus audífonos puestos, por esa misma razón hablábamos, se supone que no estabas oyendo—refutó mientras fruzo mis cejas

—Esque justo se detuvo la música

—Si claro, la música se detiene cuando te conviene—cruzo los brazos sobre mi pecho algo molesto—minutos antes de hablar con mamá te estaba hablando para que lavaras los trastes y ahí no se detuvo la música

—No es mi culpa que el Internet falle cuando me hablas para los quehaceres—se encoje de hombros como si nada— en fin...¿me llevas?

—No—me volteo y salgo de su habitación

—¡Asthon! ¡No seas malo!—lo escucho gritar a medida que me alejo

—¡Jódete!

—¡Nadie quiere a Johan!—me detengo al escucharlo fingir llanto—¡Nadie me quiere por guapo!—ruedo los ojos ante su dramatismo, de repente la música de su habitación se escucha aún más fuerte—¡No creo esos versos, y sirvo de ejemplo que el amor no debería de existir!

—¡¿Quieres callarte?! ¡Si vas a sufrir, sufre en silencio!

—¡No hay un febrero que yo este contento
y envidio al que sea feliz!

Cierro la puerta de mi habitación para dejar de escuchar sus chillidos que el llama canto.

—Que idiota

Me siento frente a mi escritorio para terminar lo que estaba haciendo, justo antes de poder proseguir con mi trabajo la puerta de mi habitación se abre, Noha entra cargando una caja ni tan grande ni tan pequeña entre sus manos mientras que con su boca sujeta un sándwich que supongo le hizo mamá

—Aja ejta ju jejido— dice mientras deja la caja sobre mi cama

—¿Qué?— el saca el sándwich de su boca

—Que acá esta tu pedido— muerde su sándwich y procede a abrir la caja, deja el sándwich en mi mesita de luz y me muestra el contenido de la caja—Cinco libros edición limitada recién publicados al papel hace dos días con la firma y dedicatoria de sus respectivos autores

—Es genial Noha, de verdad le agradezco mucho a tu madre— me levanto a observar detalladamente cada libro, veo como junto a la firma esta la dedicatoria

Alai, ella es...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora