CONFESSION ── JAYDICK

⠀⠀⠀⠀O12 | ❝ IT'S A SURPRISE, DUMMY ❞

Estoy frente a la casa de Dick, y en mi mente no sé si referirme a él como mi "novio".

¿Es muy apresurado?

Considerando que Dick no tiene mucho tiempo, podría dejar el factor de los días a un lado.

Hace poco más de dos semanas le pedí de una forma algo particular comenzar a salir.

¿Es salir como novios o salir como pre-novios?

Pre-novios, así como cuando te estás conociendo con alguien para saber si funciona y tal, están saliendo pero no son novios.

Pero puedo admitir que ya conozco a Dick, y él ya me conoce a mí también, ya pasamos esa fase, deberíamos avanzar a la otra.

No por el miedo a estancarnos en cómo estamos, porque estamos perfectamente, sólo necesitamos ponerle un nombre a esta relación que tenemos ahora.

Sé que salir con él es hermoso, se siente correcto y su compañía vale más que otras miles de millones.

Creo que él lo merece, creo que yo también lo merezco, ser novios es algo que ambos nos merecemos.

¿Debería pedirle ser mi novio?

Creo que sí.

Al tocar la puerta escuchó sus pasos apresurados, creo escuchar cómo tropieza porque él es muy torpe y no puedo evitar reír, y me recibe con una sonrisa, su cabello está húmedo y sus mejillas rojas, indicando que se había bañado con agua bastante caliente.

—Hola, Jay —dice y mi corazón florece cuando escucho ese apodo.

—Hola, Dick —respondo, me acerco a él para tomar una de sus mejillas y acercar mis labios a los suyos, corresponde el beso en seguida.

Escucho los maullidos de un gato y al separarme bajó la vista hacia Jaydd, quien me mira y maulla fuerte para que le dé atención.

—Hola, Jaydd —lo cargó en brazos para acariciarlo, Dick también le da mimos y comienza a ronronear.

—¿Quieres pasar un rato? —ofrece Dick, quien no tiene ni idea de por qué estoy allí.

—En realidad, vengo para pedirte una cita —digo, sonriendo.

—¿En dónde?

—¿Ya no recuerdas? Lo hablamos ayer... Ir al parque de diversiones.

Su rostro se paraliza un momento, antes de reír y negar.

—No, no... No es necesario —dice.

—Tengo todo planeado —digo—. Vamos para allá en un taxi, pasamos una hora en esos juegos hasta que pueda ganar un peluche para tí y después nos vamos a esa noria, podemos comprar un algodón de azúcar si quieres o esas cosas y al final, te llevo a cenar y te doy una sorpresa, ¿Qué dices?

—¿Qué sorpresa? —pregunta ruborizado.

—Es una sorpresa, idiota, ¿Qué crees? No te la puedo decir.

Dick ríe con algo de vergüenza, hasta que al final asiente.

—Suena como un gran gasto, Jason, llevaré dinero —dice y quiere apartarse para buscar su billetera o ahorros pero tomó su muñeca y niego.

—No es necesario, bebé.

—Jason, no-

—Dick, vamos, que llegamos tarde —insisto, tirando de él hacia la puerta, aunque es bastante fuerte y no puedo moverlo, hasta que él suspira y se deja arrastrar hacia mí, dejo que Jaydd se baje de mis brazos y abrazó a mí ojiazul favorito con una sonrisa.

Los siguientes diez minutos que pasamos en esa casa se pueden resumir en él arreglándose, mientras yo le insisto en que se apure en tono quejoso como si fuera un niño pequeño hasta que finalmente la puerta se cierra a nuestras espaldas y caminamos a la parada de taxi más cercana.

Son unos veinte minutos hasta llegar al parque, en la entrada ya se escucha la música y los gritos de niños, y tomo la mano de Dick antes de ir hacia ella.