Entre Mis Blancas Sábanas - Farfarich

La imaginación es el límite.

[ ⚠️TW: Contenido sexual. se pondra el siguiente emoji "⚠️" cuando suceda]

Ni bien abrió la puerta de su habitación y sus pies tocaron la cerámica fría de esta, tiró su casco a su suerte mientras que con torpeza se sacaba el pesado peto de su torso.

Caminó unos cuantos pasos e hizo que la gravedad haga su trabajo y dejo caer su cuerpo exhausto en la cama. Para su mala puntería, su cabeza recibiría el fuerte choque contra la pared.

—Pero mirá que hay que ser pelotudo, eh... —se reprochó mientras sentía un leve mareo que retumbaba en su cabeza

Se reincorporó y tiró sus botas de Netherite a un costado de la cama, dio un largo suspiro y dejó caer una vez más su cuerpo en su colchón.

Había sido un día largo. Si, su cuerpo amenzaba con desplomarse sin previo aviso, pero él no tenía intensiones de dormir. Su mente aún seguía despierta y con energía restante.

Miró su mano e hizo un rapaso de lo que había hecho hoy; Conter el día anterior le había dicho para juntarse hoy para que lo ayude a trasladar unas cuantas Shulkers a su casa. Luego, decidió pasar por la base de Rich, solo para ver qué tal le iba, hacia meses que no tenían una conversación fluída y eso al farfano le inquietaba.

Sus pensamientos se detuvieron en ese mismo momento. ¿Qué había pasado? Era sabido que el imponente Admin era alguien aplicado y ocupado, pero aún así esa espinita de incomodidad seguía pinchandole por alguna parte de su cuello que sus manos no lograban alcanzar.

Desplomó sin gracia su mano y esta rebotó en el colchón. Su mirada dió un recorrido por su pieza y recordó todas las cosas que había dejado para otro día y hasta el día de hoy no las hizo. Empezando por poner un perchero en su habitación para poner su armadura. O de acomodar la montaña de hojas de proyectos sin terminar y de ideas inconclusas que tenía en su escritorio de madera que se había choreado de la casa de un vecino.

No sentía esa culpa de irresponsabilidad. Sabía lo que tenía qué hacer y no lo haría, ya que no era realmente un apuro para sí mismo esos proyectos, sabría que un día de estos la inspiración de "hacer las cosas a último momento" llegaría cuando tenía que llegar.

Su mirada quedó fija en esas hojas esparcidas por el escritorio de madera sin pintar. Al lado de ello aun estaba encendida esa lámpara con luz amarillenta que había dejado hace tres días así porque Silithur quería de su companía en el bar.

Y fue ahí donde vió como una hoja cayó al suelo delicadamente. Se cagó hasta las patas, pero el Caballero de Netherite no iba a admitir que una simple hoja que se había caído de esa pila irregular de montones de cosas lo asustó. Pero si lo hizo.

Se sentó en su cama con cautela, con su pie derecho arrastró el papel hacia él y lo alcanzó con la punta de sus dedos hasta tenerla en sus manos.

No era una hoja suya, era más bien una hoja mal arrancada de algún tipo de diario o libreta con textura arrugada. La letra en aquel papel era muy legible y elegante. Cursiva, y en tinta negra.

Podías notar qué partes de la oración fueron escritas con rápidez, pero cada trazo dado seguía siendo preciso y con gracia.

—Pero esto no es mío... —pensó en voz alta el de ojos aperlados

En efecto, no era suyo, era de a quien le otorgaba fiel y plena lealtad, de quien él mismo lo hacia llamar su mano derecha, su colega, su amigo.

Habían garabatos tachados en las esquinas de las caras de la hoja, incluso un tridente con algún brillo por encima. Lo que más destacaba de allí era un dibujo de uno de los proyectos del Wither Skeleton, el Permutador Metalúrgico.