|Capítulo 3|

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Los pies de Macy corrieron tan deprisa como se lo permitieron, aunque no pudo contener un grito ahogado en su garganta al encontrar el cadáver de una mujer de cabello rubio a escasos centímetros de la puerta de su habitación

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Los pies de Macy corrieron tan deprisa como se lo permitieron, aunque no pudo contener un grito ahogado en su garganta al encontrar el cadáver de una mujer de cabello rubio a escasos centímetros de la puerta de su habitación. Su cuello había sido mordido hasta la saciedad haciendo que su cuerpo se desangrara, tiñendo la moqueta verde de un color rojo oxido. Siguió por el estrecho pasillo decorado con cuadros viejos y polvorienta moqueta pero se detuvo al escuchar los gritos de Percy.

<<Drake ha sido un capullo – pensó – pero no voy a dejar que su muerte manche mis manos…. Le debo la vida.>>

Retomó el aliento y deslizó sus pasos hacia la habitación, donde el chico forcejeaba desde el suelo con todas sus fuerzas contra el hombre que buscaba su carne.

La joven de cabellos rojos miró hacia los lados de la habitación buscando algo con lo que contusionar al atacante y, una vez que encontró algo con lo que poder defenderse, levantó la silla de la esquina con todas las fuerzas que le permitían sus temblorosas manos para estallarla contra la espalda del hombre que siquiera se inmutó. Siguió retorciéndose mientras buscaba la carne de su amigo que se defendía con las manos.

Stirling sentía la adrenalina corriendo por su cuerpo como si de un videojuego se tratara, pero no era un videojuego. Era la vida real...Tenía que quitar una vida.

Agarró con fuerza una de las astilladas patas de la silla para arrancarla desde la base y golpeó la cabeza del atacante, provocando que centrara su atención en ella misma y solo pudo cerrar los ojos al sentir que la madera rota clavaba en su vientre, haciendo que el cuerpo se retorciera con dolor en el suelo.

Ambos jóvenes escucharon un gemido de angustia y después… el silencio.

— ¿Es-estás bien? — preguntó preocupada.

Tendió su mano al chico para ayudarle a levantarse del suelo, pero la angustia le obligó a revisar sus brazos y su cuello.

— ¿Te ha mordido? — preguntó agitada.

— Estoy bien.

— ¿Estás seguro?

Revisó milímetro a milímetro los brazos del muchacho, pero solo encontró su blanca y musculada piel.

— Ha intentado morderte si eso no te da la pista de que era un puto zombie…

— Los zombies no existen.

— ¡¿Y que coño era eso?! — pregunto enfurecida — ¡Ha intentado comerte vivo!

Ambos muchachos pudieron observar que a pesar de que el cuerpo del hombre estaba sin vida un extraño organismo se movía intentando salir de su boca.

— Hay que irse. Quizás haya mordido a alguien del hotel.

Percy agarró la mano de su amiga con fuerza y corrieron escaleras abajo sin mirar atrás, a pesar de escuchar los gritos de otras personas desde sus habitaciones, y no se detuvieron hasta llegar al coche.

 La Última Luz [TLOU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora