« Una venganza no puede realizarse con el corazón desgastado, cuando el alma se agrieta y luego es sanada... Me refiero a que, mi Vida, necesitas estar completamente seguro de verle de nuevo el rostro a aquella bestia desalmada que lo dejó a usted...
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El ambiente es tenso cuando Roseanne cierra la puerta de la oscura habitación donde dormirá esa noche. JiMin, el muchacho rubio que no dejaba de mirar a su amiga resucitada, ahora dirige sus ojos a JeongGuk, quien parece contrariado mientras escribe algo en su teléfono. Todos están en silencio, expectantes a lo que pueda pasar. Lalisa tiene miedo y está con los músculos tensos, como si quisiera correr en cualquier momento. Tiene el físico para ello, es básicamente una gacela cada vez que hace ejercicio. NamJoon y Jennie parecen pensativos y permanecen junto a Lalisa, mientras que JiSoo y JiMin de hunden en los sitios donde permanecen sentados.
Ahí es cuando JeongGuk alza la mirada hacia el grupo de amigos. Se le nota más cansado de lo habitual, con el rostro hundido, los ojos profundos y el cabello opaco haciendo presencia como nunca antes. Suspira y se sienta en el único sofá que está vacío, mirando sus manos tatuadas con una expresión contrariada.
─── ¿Qué está pasando? ─── susurra NamJoon. Claramente nadie lo sabe a excepción del tatuado, quien cierra sus ojos y hunde la cabeza, como si estuviera avergonzado mientras lo regañan por alguna pavada. La luz del Sol cae por la ventana conforme se alza del horizonte para crear así un ambiente atemorizante, lleno de sombras que atraviesan la pequeña sala de estar donde los amigos esperan una explicación por parte del muchacho, a quién no le llega ni un rayo de Sol.
Pero sabe que no falta mucho para que la luz caiga sobre sus hombros.─── ¿Alguien podría cerrar las cortinas? Por favor. ─── lo dice con un elegante tono que parece ser marcado con su habitual acento duro.
JiMin se levanta para cerrar la puerta que da a la cocina, desde donde entra la luz del Sol. Es ahí cuando el muchacho parece relajar su postura y alza la cabeza con las cejas tensas, dando a lucir así una apariencia de aura oscura. Entonces, cuando el más bajo se sienta nuevamente en el sitio donde estaba, JeongGuk los observa nuevamente. Quiere decir algo y las palabras no le salen. Quiere decirlo todo, develar los misterios que han acechado a una comunidad entera por dos meses, y no es capaz de expresarse. Quiere sacar a la luz todo lo malo, y no puede.
Hasta que suspira. Es ahí cuando adquiere poder y su voz sale como una sombría declaración de sus labios violáceos.
─── No es fácil de entender. Ni siquiera entendiendo mi naturaleza... la gente es capaz de aceptarla del todo, porque resulto ser una amenaza para el que tenga la desgracia de cruzarse conmigo. Les pido paciencia y comprensión.
─── ¿Qué es esto? No te hagas la víctima, por favor. ─── apunta Jennie con afiladas palabras, a pesar de que está igual de lista para correr que su novia, Lalisa.
Pero, a pesar de que todos parecen estar de acuerdo con ella, el silencio que le sigue está lleno de desaprobación. JeongGuk aprieta sus labios con temor cuando desvía la mirada. Luego, sus ojos van directo hacia JiMin, quien parece más pequeño y enjuto de lo habitual. De piel suave y delgada, ojos pequeños con pestañas tupidas, labios estrechos y carnosos. De presencia estúpidamente afable a pesar de lo que está sintiendo, como si a pesar del miedo quisiera ayudar lo máximo posible. Igual que JeongGuk. Igual que siempre.
