Capítulo 46.

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—A tu "amir" le gustan las cosas de buena calidad, no creo que tu entres en ese rango.

Las voces bajas volvieron a resurgir después del tenso silencio surgido por la tensión del momento. El rostro angelical de la joven omega Cariporsi perdió cualquier rasgo bello cuando sus facciones delicadas se volvieron duras y horribles.

Incluso Hyunjin no pudo soportar la burla de sus labios y sofocó una risa que todos ya habían escuchado. A Soyeon le enojó más ver la diversión en los rostros de sirvientes de La Roja, ser sumida a ese tipo de vergüenza la había desestabilizado por completo y había dado en el núcleo de su egocentrismo.

Pero si había algo que no podía soportar por arriba de todo, eran los ojos indiferentes del omega rubio.

Serim captó rápidamente la furia de su hermana, por lo que se apresuró a sostener su vestido con más fuerza cuando la realización de que no se quedaría callada lo abrumó. Sin embargo, fue empujado hacia un lado de nuevo, y su desesperación aumentó a escalas gigantes cuando vio a Soyeon dar pasos enojados hacia el Hürrem.

—¡Como puede un omega de tu clase decir eso!¡Ni siquiera están casados!—los ojos azules de la mujer se oscurecieron molestos, el olor de su furia estaba empezando a molestar a Felix. Cuando Soyeon estaba a menos de cinco pasos de llegar hasta él, los cuerpos de sus banyalar y los guardaespaldas se tensaron, no sabiendo cómo actuar por la anticipación de un posible ataque directo.

Felix esperaba que lo hiciera, un insulto de ese rango sería justificable para echar a la omega de ahí. El primer día y un pavo real ya estaría fuera.

Lamentablemente no anticipó la intervención de los instintos de protección y entrenamiento de Jabir, por lo que fue suficiente el olor amenazante de la omega a con él para que el tigre se incorporará y gruñera fuertemente hacia la mujer. Los músculos tensos bajo su piel atigrada blanca le hacían ver más bestial que nunca.
Su garra se levantó, e hizo que Soyeon retrocediera.

Un centímetro, o menos, y su cara estaría arruinada de por vida. Un trágico final para los de su género.

La espalda de Soyeon apenas había tocado el piso cuando sus sirvientes y hermano reaccionaron para acercarse a ella.

—¡La mia faccia, mia faccia, controlla la mia faccia![¡Mi cara, mi cara, revisa mi cara!]—gritaba desesperada mientras todos guardaban su aliento en la habitación. Todo había sucedido tan rápido.

Hürrem...—susurra Nayeon nerviosa. Felix hace un gesto en negación.

—Jabir no la alcanzó —dice tranquilo, había visto todo de cerca. Chasquea los dedos hacia el tigre, un gesto para que se tranquilice y se acerque.

El enojo contenido en el felino aún era visible por la forma en que contraía sus bigotes. Felix revisa sus garras rápidamente para asegurarse que no hay sangre en ellos.

Después de hacerlo, hace un gesto a uno de los alfas para que lo lleve fuera de la habitación, mantenerlo aquí sería peligroso para él, no quería meter a Jabir en problemas de este tipo. El alfa lleva dudoso al tigre, con miedo a empujarlo o tocarlo siquiera. Felix puede escuchar el fondo de los lamentos exagerados de la omega molestar sus oídos.

Irene puede ver una ligera mueca de decepción en la comisura de los labios de su hürrem, la cual desaparece tan rápido como llega.

—Giovane Cariporsi, per favore non ti muovere e fammi vedere[Joven Cariporsi, por favor, no se mueva y dejeme verla] —la dama de Soyeon intenta tranquilizarla, su hermano también intenta apartar las manos de su rostro para poder verla, pero los aspavimientos causados por la desesperación de la omega no dejan que puedan examinarla bien.

Mafia Roja- CHANGLIXDonde viven las historias. Descúbrelo ahora