¿Que pasaría si un evento cambia tu vida en cuestión de segundos? Si te hace ir a terapia por meses... y parece que no va a dejarte tranquila.
Si fantasmas del pasado vuelven después de mucho por venganza.
Y si te enamoras de quien menos deberias...
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𝐄𝐃𝐄𝐍 𝐌𝐈𝐋𝐋𝐄𝐑.
Cumplir 18 años, ¿Suena a que es algo importante no?
Es aquella edad donde las leyes y las autoridades asumen que tienes la madurez necesaria para tomar responsabilidades y encargarte de tu vida pero al parecer mi madre tenia una opinión distinta sobre esto, ya que ni al estar apunto de cumplirlos me dejaba tomar mis propias decisiones.
Y es que desde que mi padre falleció, no deja de vigilar y controlar cada aspecto de mi vida por estar preocupada por mi, incluso tomamos sesiones de psicologia juntas para que yo pudiera aprender a sobrellevar la repentina y horrible muerte de papá. Aunque esas extensas horas de charla no sirvieron de nada, solo las acepte por ella.
Pasado un año desde su muerte solo yo y mi madre hablamos de lo que le ocurrió, ya que a la gente del pueblo parece importarle poco por qué su muerte fue considerada un suicidio por los oficiales de policia. Pero conocí a mi padre mejor que nadie, y el amaba a su familia y desde luego que no era una persona con problemas tan graves como para acabar con su vida, y aunque mi madre lo sabe, me considera una loca por no aceptar lo que decían las autoridades.
Ahora que mi cumpleaños se acerca al igual que le fecha en que mi padre murió, solo deseo poder salir he investigar yo misma que sucedió con el. Pero mi madre no me deja ni salir a tomar el aire.
Y la entiendo, ella también la pasa mal y cada vez que nota que me doy cuenta solo sonríe para mí y me cuenta algún recuerdo lindo que tuviéramos los tres juntos, como aquel cumpleaños en que me contaron la historia de nuestro pueblo y lo importancia que una vez tuvo nuestra familia en el, esa también fue nuestra última navidad los tres juntos.
Sumergida en mis pensamientos no note que estaban dando golpes a la puerta. Revise el reloj en mi muñeca y aun era temprano para ir al trabajo. Tocaron de nuevo, pero está vez con un ritmo conocido y supe enseguida de quien se trataba.
── Edén, ¿podrías abrir?, ¡Me haré viejo aquí afuera! ── exclamó una voz masculina y ligeramente chillona tras la puerta.
── Noah. ── pronuncie su nombre detenidamente frunciendo el ceño, no sabía que vendría tan temprano.
── El mismo, ¿Oh acaso esperabas a alguien más? ── Dijo y luego sus labios se curvaron en una sonrisa coqueta.
── Espero que si llegaste tan temprano sea por algo bueno y no para molestar. ── Le reproché, cerrando la puerta detrás de mí.
── ¿Qué mejor razón que visitar a mi mejor amiga? te extrañe estás 24 horas que no nos vimos.
El dramático chico tumbado en mi cama finge tristeza haciendo que el color en sus ojos sea aún más intenso. Noah Guzmán sabe cómo manipular fácilmente a cualquiera, conoce de su habilidad y la utiliza muy seguido por ello. No mentiré en decir que su encanto tiene mucho que ver en esto, ya que es un chico atractivo para tener facciones tan normales, como de esos que consigues una noche en cualquier fiesta y quedas tan encantada como para tratar de encontrarlo todo el día siguiente por las redes sociales.
