Una mañana como cualquier otra yo también empecé a trabajar en mi edificio no se me da mucho las ventas por eso soy el que gurda y transporta la mercancía en los almacenes de la planta alta, de todos modos, paso la mayor parte del tiempo ahí, me pagan con poco dinero y comida. No creo que sea bueno en mi trabajo, pero eso no me importa, lo que me importa es que estos últimos días han sido reconfortantes, una distracción para mis problemas internos.
Recibí una carta de mis padres, estaba muy bien envuelta en un elegante sobre y una estampilla de grandes edificios, detrás la dirección y mi nombre en el destinatario y el de mi madre en el remitente. La carta decía:
Querido hijo mío espero te encuentres bien, me apena y mucho a mi pesar que hemos tenido que dejarte, no te llevamos con nosotros porque es un viaje muy lejano y peligroso esperamos que tengas una vida mejor ahí al cuidado del señor Roger, pero esperamos volver pronto. Quiero que sepas que te amamos y hacemos esto por ti espero puedas personarnos te dejamos un poco de dinero para ti. Te amo.
¿El señor Roger? Claro el que me dio trabajo sin pedirlo, ¿por qué no me dijo nada de mis padres? Estoy tratando de asimilar las cosas, los sentimientos reprimidos, me alegra saber que me quieren, pero aun así me siento molesto y triste de que me abandonaran y su respuesta es enviarme una carta. Pudo ser peor, pero después de tanto tiempo aquí uno espera lo peor, ahora quiero respuestas.
El señor Roger es un hombre no muy alto con barba canosa y cabello negro con grandes canas a los lados que parecen parte de su estilo, pero no se ve viejo, sino que se ve que ha trabajado tanto y luchado sin muchas recompensas, generalmente se le ve con una gran sonrisa, pero cuando hablaba con mi familia tenía un rostro serio y de frustración muy notable. Generalmente salía la conversación de sus problemas ya que siempre estaba luchando con ellos, hablando de cómo sus hermanos y hermanas querían despojarlo de su casa misma que era de su padre y al morir no dejo testamento, sus hermanos y hermanas querían venderla para conseguir dinero y aunque Roger se oponía les ofreció comprar la casa, pero ellos no querían vendérsela a él, el único que lo apoyaba era su hermano menor por 1 año, eran muy cercanos, pero se fue al extranjero y hace poco falleció lo que aumento la tensión en su familia.
Fue a confrontar a Roger cuando termino el turno del día me mostré calmado y tranquilo pero muy nervioso.
—Recibí una carta de mis padres.
—Entonces supongo que lo sabes.
—Solo un poco.
—Bueno pues ahora estamos aquí te cuidare hasta entonces pero no me veas como tu padre sino como tu jefe.
—Si lo comprendo, solo quería saber si sabes a donde se fueron.
―Solo sé que fueron a la ciudad y de ahí esperaban ir al extranjero, al menos tu madre me parece que tu padre no tiene papeles y se quedara a trabajar en la ciudad.―Ya veo bueno... gracias, debo pensar un momento.
Me retiro a mi cuarto en la planta alta, subiendo por las viejas escaleras de madera y los escalones de concreto agrietado hasta mi ventana donde solo me siento y aunque quiero pensar en algo solo siento soledad.
Los días siguientes me la pase más tiempo con mis amigos Alejandro era un tipo tan carismático pese a la situación siempre mantenía una sonrisa, siempre decía cosas bien raras tontas y hasta estúpidas, pero eso daba mucha risa ya que su fuerte era la música y la historia de la música podía decir la historia de cualquier banda sus integrantes sus canciones, para resumir una memoria bastante buena.
Y una persona muy especial Lisandro, ella tiene una perspectiva que yo quiero descifrar sus conocimientos e inteligencia es más de lo que puedo llegar a pensar, mantiene una actitud muy positiva muchas veces se acerca a los demás chicos y los ayuda, también a mí me ayudo ella es muy especial, aunque no estoy mucho con ella siempre la veo y quiero estar con ella su vibra tan feliz y enfocada es lo que necesito para olvidar toda la tristeza.
Últimamente no hay muchas personas en la calle parece que muchos se han ido, faltara poco para que se convierta en un pueblo fantasma.
Últimamente escucho campanas y risas a medianoche, parecen saqueadores que solo pasan por aquí, puedo notar que muchos en el edificio se ponen alerta cuando aparecen, yo no me atrevo a mirar por la ventana porque tengo la sensación de que me descubrirán y no quiero involucrarme mientras no hagan nada supongo está bien. Pero es una seguridad falsa donde me oculto detrás de una pared mientras pienso en la cantidad de formas en la que un pequeño grupo de personas pueden hacer.
Los días tienen la misma rutina, trabajar buscar chatarra y pasar tiempo con mis amigos sigo siendo tímido, pero con ellos puedo liberarme de lo que me ata y ser yo mismo, pero a veces me pregunto si no seré muy infantil o ridículo, mis amigos no parecen darle importancia en especial Alejandro que a pesar de ser muy inmaduro últimamente es más serio supongo por su trabajo.
Lisandro, Armando y Omar los chicos que más conozco muchas veces hablan cosas de cultura historia, mitología y demás temas de los que yo no sé absolutamente nada que pocas veces puedo opinar, me dedico a ser un mero espectador de sus conversaciones que a veces incluía historias acerca de sus viajes fiestas y experiencias, no recuerdo tener alguna historia interesante.
Esta noche me despertó un gran sonido como maquinaria pesada arrastrando algo vehículos grandes y el sonido del escape de humo que estos despedían en gran cantidad. Decidí dormir cerca de la puerta de mantenimiento junto a las escaleras, por un momento las ventanas vibraron tan fuerte que temía se rompieran en cualquier momento.
Las noches siguientes no podía dormir bien, hasta que en una peculiar noche donde el cielo nocturno reflejaba un color morado con intensidad admirable encontré a Lisando y su amigo Armando, estaban en el edificio justo donde yo dormía, mi habitación si podía llamarse así, era el piso de la sala con un con una manta, cobijas y un par de almohadas. Me sorprendió verlos ahí preparados para dormir, acomodándose sin molestias y una seria elegancia, a pesar de aquello estaba muy feliz y mi boca solo pudo pronunciar tres palabras. ―¿Lisandro que haces?
Ella solo me miro, se acerco a mi lentamente y me abrazo diciendo ―Vamos a dormir.
Conociéndola era para consolarme y motivarme, ella tenía una habilidad para hablar y entender a las personas y hacerlas sentir mejor, la verdad no sé porque lo hizo, pero fue tan cálido y acogedor que sentí una paz que ya había olvidado y por una noche fui feliz.
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Un futuro cruel
Narrativa generaleUn sueño que tuve de una realidad totalmente diferente que en mi sueño tenia los elementos necesarios que me hacían sentir que podía volverse realidad en un futuro