VI

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---¡Estoy devuelta, papá! ---exclamó la niña, entrando a la casa despues de haberse quedado tres días en la cada de Freddie.

---Hola, Lizzy, ¿Como estas? ---preguntó el rizado con una sonrisa, sentado en la mesa del comedor terminando de escribir algo en un cuaderno, cerrando este a los pocos segundos.

---Muy felíz, el tio Deacy también fue a la casa, e hicimos un pastel.

---¿De verdad? ¿Y trajiste pastel?

---No, nos lo comimos todo.

El barbudo soltó un quejido lastimero, a lo cual, su hija reaccionó con una risa. La mirada bicolor se fijó en una rara marca roja en el cuello de su padre.

---¿Que es eso, papá? ---preguntó con curiosidad, acercandose a su padre, el cual dio un paso atras mientras tomaba la libreta.

---Eso es... ---se quedó estatico un segundo ---...una picadura..de mosquito.

---Eso es raro...ten cuidado, papá. Oye, unos niños de la calle del tio Fred me invitaron hoy a jugar, ¿Puedo ir?

---Claro que si, pero ten cuidado, ¿Si, Lizzy?

La menor asintió ---¡NOS VEMOS, PAPÁ! ---y salió de la casa.

El barbudo suspiró un poco, apoyando su cabeza en su mano mientras pensaba un poco. Pasaron unas cuantas horas y se escuchó el timbre en la casa, el rizado fue a abrir, abriendo los ojos con sorpresa, y a los pocos segundos frunció el ceño, mirando a la persona que estaba en la puerta.

---Tú...

...

El rubio estaba sentado en el sofá bajo la atenta y molesta mirada del barbudo, el cual estaba sentado al frente de el, callado.

---Bri, yo-

---Que poca vergüenza tienes al venir después de tantos años ---soltó seriamente el mayor, con el ceño fruncido.

El rubio suspiró, entendiendo que el barbudo estaba molesto, o quizás enojado.

---Bri, mira, entiendo que estés enojado, y está bien sentirse así, pero también quiero y necesito explicarte el porque me fui...

Bri lo miró con el ceño fruncido, esperando a que el contrario explicara.

---Primero que todo quiero que sepas que yo nunca abandonaría a quienes amo solo porque sí. Lo que pasó esa noche...es que Chrissie le avisó a un policía que teníamos la custodia de Liz, y entonces, el policía esa noche vino a la casa dando dos opciones; Irme o que nos quitaran la custodia. Yo sabía que te pondrías triste con ambas opciones, pero te sentaría peor no tener a Liz, asi que preferí irme...no espero que me perdones, o al menos no de la noche a la mañana, pero ese fue el porque de la situación.

---¿Y no te dejó explicarme la situación?

---No, apenas y me dejó armar maletas, tuve que irme en ese mismo momento a otra ciudad, el policía quería verme saliendo de Londres esa misma noche.

Hubo un silencio ni comodo ni incomodo, y el mayor dijo:

---Gracias por explicarme, pero tal como lo dijiste, no esperes a que te perdone de la noche a la mañana, aún no puedo lograr confiar en ti.

El rubio asintió.

---Si quieres me voy para...

---NO...digo...quedate, ¿Si? Hay una habitación que tengo para invitados.

El menor sonrió levemente ---Gracias, no tenía en donde quedarme.

Tan distraído estaba el barbudo que no notó que el rubio traía una pequeña maleta.

---Puerta derecha de la habitación que dice "No entrar. Cuarto de Liz" ---dijo el barbudo.

Taylor rió un poco ---Gracias ---dijo para luego dirigirse a aquel cuarto.

Luego de unas pocas horas ambos estaban tomando algo de té mientras platicaban, el rubio notaba al barbudo algo inexpresivo, cosa que se le hacia algo rara, antes Brian ers muy expresivo incluso cuando tenía días malos.

---Y esta niña que no llega... ---murmuró entre medio de la platica el barbudo.

---¿Liz?

El mayor asintió. El rubio sonrió.

---Le gusta salir, me imagino. Se volvía loca cuando la sacabamos a pasear hace unos años —mencionó el mas palido.

---Saludaba a todas las personas que veía ---el barbudo sonrió vacíamente.

---Te noto raro.

---¿Ah?

---Te veo mas como...sin sentimientos o emociones, ¿Pasa algo?

---No, no, solo lo de ahora...

---¿Seguro?

El mayor asintió. El rubio hizo lo mismo, dudando.

---¿Y Meddows? ---preguntó el mas bajo.

---Murió hace unos meses... ---contestó el ruloso ---pero dejó gatos.

---Oh, lo lamento... ---dijo Roger, arrepintiendose de haber preguntado por el gato naranja.

---No te preocupes, era un gato maldito ---dijo ---Aún así lo quería mucho.

El rubio rió un poco, escuchando como la puerta se abría. Viendo como una niñita de cabello ruloso y algo oscuro y ojos bicolores entraba a la cocina.

---¡La hora a la que llegas, Lizzy! ---exclamó el barbudo.

---Lo siento, papá, me quedé en el parque un rato ---dijo, y luego miró al rubio ---¿Y el quien es?

---Liz...¿O no que querías saber quien es tu madre?

La menor asintió.

---Bueno, realmente tu madre no es una mujer, es un hombre. Liz, el es tu otro padre...

La menor abrió los ojos sorprendida.

Liz [Maylor] 3RA TEMPORADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora