La doble vida

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Un nuevo día de clases iniciaba y Jaebeom no tenía ni la más mínima idea del paradero de JYP. Ni Jaebeom ni nadie en realidad y eso era algo extraño.

Usualmente, JYP 'atacaba' a la ciudad cada tres días, pero habían pasado tres semanas sin que se manifestara y nadie tenía idea de lo bueno o malo que aquello podría ser.

—Ésto es demasiado extraño —comentó Youngjae en los casilleros mientras hablaban del tema.

—No do jé, fuefe jeg -dijo Jaebeom con la boca llena de comida.

—¡Traga la comida antes de hablar, maldito animal! —exclamó Mark dándole un zape en la cabeza a su tonto amigo con ojos de alcancía por haberle escupido las migas del sandwich en la camiseta.

—Fú no me dijez do ka femho fe jajer —reclamó Jaebeom con la boca llena de comida ésta vez a propósito.

Mark y Jaebeom casi se meten en una pelea de machos pecho sin pelo cuando Youngjae se interpone entre ellos y exclama:

—¿Acaso no ven que deberíamos hablar sobre la extraña desaparición de JYP y no porque la bestia humana de Jaebeom tiene diecisiete años y aún come como un bebé? —exclamó Youngjae sólo para ellos, de otro modo, podrían haber tenido una típica escena de película en la cual todos los miraran raro —quizá más raro de lo que ya lo hacían— además de revelar la identidad secreta de Jaebeom —cosa que tal vez hubiera sucedido si Jaebeom tuviera más amigos y no fuera un friki medio nerd— ante toda la población estudiantil.

—¡Yo no como como un bebé! —Jaebeom se defendió.

Youngjae rodó los ojos con hastío, como queriendo tomar un palo y metérselo por el-

—Es cierto —extrañamente convino Mark—. Un bebé come mejor que Jaebeom. Ahora, sobre lo que dijo Jae-

—¡Oye! —se quejó Jaebeom.

—¿Sí te das cuenta de que el héroe aquí eres tú, no?

—¡Uffas! —exclamó cruzándose de brazos, frunciendo el ceño y puchereando como todo un bebé.

Tanto Mark como Youngjae pusieron los ojos en blanco y cuando estaban por insultar a Jaebeom, el timbre de inicio de clases sonó.

—Uff, de la que me salvé —le susurró Jaebeom a la nada.

Ya en el salón de clases —puesto que Youngjae, al ser más chico que Jaebeom y Mark iba al año inferior, mientras que los otros dos se encontraban en la clase de matemática con veinte ejercicios pitagóricos—, Jaebeom se sentía prácticamente en el cielo de tan friki nerd que era, ya que les habían dado una tarea para resolver y corregir en grupo que Jaebeom había terminado en diez minutos. ¿Ser un súper nerd era alguna clase de superpoder? Jaebeom no lo sabía, pero de pronto le entraron ganas de ir al baño y debió mostrarle a su profesora los ejercicios ya resueltos porque de otro modo no lo dejarían salir y terminaría haciéndose pipí encima. Una pena, ¿no es cierto?

Jaebeom salió del aula y corrió a toda prisa al baño de chicos, encerrándose rápidamente en uno de los cubículos porque al parecer también le había tronado el estómago de tal manera que también debía de hacer el dos.

—¡Maldita chimichanga! —exclamó Jaebeom en un susurro. Nunca volvería a dejar que su madre lo llevará a comer comida exótica.

Nevah.

Nevah evah.

Evah gonna let you go.

Oh, esperen, así no iba. ¿O sí?

Jaebeom estaba tan distraído en sus pensamientos y en su esfuerzo por deshacerse de los restos de chimichanga que atormentaban su cuerpo que apenas si escuchó cómo dos chicos entraban al baño entre risitas. Al principio no les hizo caso, pero cuando oyó sonidos húmedos como de besos y de ropa siendo removida se comenzó a preocupar.

¡Iban a hacer cuchi cuchi en el baño de hombres!

El corazón de Jaebeom había comenzado a latir con fuerza, ¡él no quería presenciar cómo se metían las manos y algo más mientras estaba cagando!

Pequeñas risitas llenaron el baño de chicos mientras Jaebeom se aguantaba los pedos para que no notaran su presencia, los sonidos húmedos se hacían cada vez más fuertes y Jaebeom tuvo curiosidad por ver qué hacían. Los sonidos húmedos se detuvieron aunque una voz algo aguda comenzó a soltar gemidos quedos.

—¡Ya cállate, Yugyeom! —susurró una voz conocida.

—No hay nadie aquí a ésta hora —le respondió el otro entre gemidos—. Mmmm estoy listo.

Entonces más sonidos se oyeron de pronto, y la piel chocando con la piel sumado a los gruñidos y gemidos que ambos chicos soltaban le pusieron los pelos de punta.

Jaebeom, más curioso que nunca, comenzó a acercarse a la cerradura de la puerta del baño para espiar y no pudo creer lo que vió. Youngjae, su tierno amigo Youngjae, le estaba dando por el culo a un chico con cabellos negros y corte de honguito.

Y vaya que le estaba dando duro al pobre. Tan duro que había tenido que taparle la boca al otro con su mano.

Entonces, tan concentrado como estaba en su amigo, se le escapó un potente y estridente gas, mientras que en el cubículo contiguo, un feo golpe resonó.

¡Infierno sangriento!

Al parecer no sólo lo habían descubierto a él.

¡Había otro espectador constipado a su lado!

Bueno, tal vez no constipado, pero espectador al fin y al cabo.

—¡Mierda Yugyeom! —exclamó Youngjae muy lejos de frenar sus movimientos. En lugar de ello, se movió aún más rápido haciéndolos llegar a él y a su compañero.

Una vez terminaron su encuentro sexual, se vistieron y acomodaron lo más rápido posible antes de alejarse a toda prisa.

¡Finalmente podía cagar en paz!

—¿Podrías por favor tirarte tus pedos una vez que me haya ido? —le preguntó una voz de ángel desde el cubículo contiguo.

¡Era su crush! ¡Y lo había oído tirándose gases! La suerte y reputación de Jaebeom estaban más hundidas que el Titanic y más muertas que Miss A y Wonder Girls.

Bueno, ustedes creerán que la cosa se puso demasiado turbia y estúpida para ser cierto ¡pero les juro que todo sucedió así!, de otro modo, Jaebeom no le hubiera dicho solamente: —Lo lamento, yo...

A su crush, que a su vez lo interrumpió para decirle: —No pidas perdón, mejor ve a un médico. Una persona normal no hace ese ruido ni desprende ese olor.

Y entonces se fue, dejando a un descompuesto Jaebeom terminando de soltar su chimichanga en paz.

Por su parte, el chico, que había tratado contener la respiración durante todo su camino al pasillo, dió una profunda inhalación al salir del baño, comenzando a toser después. Tal vez el olor del chico descompuesto en el baño era mejor que el olor del instituto.

Jinyoung negó con la cabeza ante tan ridícula afirmación y se alejó de allí en dirección a su salón, maldiciendo a su hermano Yugyeom para sus adentros por enésima vez.

Lo último que le faltaba era ver cómo se la metían a su hermano menor.

Muy por el contrario, lo que Jinyoung necesitaba era poner en marcha su plan maléfico de inmediato, ya había pasado mucho tiempo desde su último fracaso como JYP.

Super Ridículo [JJP] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora