Un superhéroe torpe y un villano algo bueno

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Cuando Jackson fue mandado a entrenar a Jaebeom por la escuela de entrenadores de superhéroes, jamás creyó encontrar a una dupla de enemigos como JayB y JYP. Seguro y hasta lo despedían por lo irónico de toda la situación desarrollada en la ciudad de Wanbyeoghan, pero aún así, para Jackson no podía existir un mejor superhéroe que JayB... Al menos por momentos.

—¡Miren, allá va JayB! —exclamó un chico perteneciente a un grupo de jóvenes risueños mientras señalaba al gran y asombroso superhéroe JayB, quién sobrevolaba orgullosamente la ciudad... con la capa puesta al revés, los cabellos revueltos y pintados de un extraño color blancuzco y una bolsa de consorcio pegada a su bota izquierda. Lo habitual.

Sin darle demasiada importancia al asunto, el superhéroe continuó volando hasta el callejón en el cuál sus dos mejores amigos y su extraño entrenador lo esperaban. El problema fue que en lugar de maniobrar y girar para caer de pie, de alguna manera, su súper vuelo le dijo adiós y terminó cayendo de cabeza al suelo desde diez metros de altura... bueno, no al suelo sino dentro de un enorme contenedor de basura abierto.

—¡Oh por Dios, Jaebeom! —se quejó Mark tapándose la nariz ante el putrefacto olor que emanaba tanto la basura como su amigo.

Al lado de Mark, Jackson rodó los ojos con hartazgo y Youngjae comenzó a toser con fuerza.

—Lo lamento, chicos —habló Jaebeom poniéndose de pie y dejando ver decenas de envoltorios plásticos y algunas cáscaras de fruta en descomposición sobre su cabello enharinado gracias al extraño pastel explosivo de JYP, que curiosamente él mismo activó con su torpeza, mientras el irritado villano limpiaba el desastre para luego ambos quejarse porque todo les salía mal.

—Ugh. Te ves del asco, Jaebeom —se quejó Jackson mientras lo ayudaba a salir del container.

—También huele como el asco —agregó Youngjae, alejándose a penas mientras rebuscaba en su mochila la ropa de repuesto de Jaebeom.

—Y mejor no hablemos de cómo hace su trabajo —finalizó Mark, burlándose de su mejor amigo por enésima vez—. ¿Nunca pensaste convertirte en el villano y que JYP sea el superhéroe?

Youngjae comenzó a reírse a carcajadas ante la pregunta de Mark mientras Jaebeom bufaba ofuscado y Jackson rodaba los ojos.

—Aunque no es una mala idea —dijo el entrenador de superhéroes—, sería algo contraproducente, porque seguramente sucedería algo similar a lo actual.

Los tres amigos lo miraron con confusión.

—JYP es malo para ser malo, y tú, Jaebeom, eres demasiado torpe para ser un superhéroe, por lo tanto, JYP parece más superhéroe que tú. Y si lo damos vuelta, JYP podría terminar siendo malo para ser un superhéroe y tú... bueno, tú seguirías siendo torpe incluso como villano.

—No entendí —dijo Jaebeom luego de un momento de silencio.

Jackson esperó a que por lo menos sus amigos lo hubieran entendido, pero como tampoco lo hicieron, no le quedó más remedio que obligar a Jaebeom a cambiarse de ropa mientras él se ocupaba de guardar el traje para luego lavarlo. ¿Cómo haría eso? No tenía ni la menor idea.

Así es como los cuatro jóvenes se dirigieron a la casa de Jaebeom y lo obligaron a bañarse antes de que su madre llegase y se diese cuenta del horrible olor que desprendía su hijo, a quién casi no dejaban ingresar al complejo de apartamentos por la misma razón.

Al mismo tiempo que Jaebeom se duchaba, cantando diferentes canciones de Taylor Swift a todo pulmón, Jackson se dirigió al penthouse del edificio —piso que utilizaban como cuartel secreto— para lavar el apestoso traje de superhéroe de Jaebeom y Mark y Youngjae comenzaban a trapear el suelo y a llenar las habitaciones de desodorante de ambientes.

—¡CAUSE WEEEEEE ARE NEVER EVER EVEEEER GETTING BACK TOGETHER!

Jaebeom cantaba —o más bien gritaba— felizmente en la ducha, ignorante de todo lo que hacían sus amigos por él cuando se le cayó el jabón al suelo, y como no se dió cuenta de ello a tiempo, al salir de la ducha, uno de sus pies tropezó con el jabón, lo que lo hizo resbalar, caer y golpearse la cabeza con el sanitario, lastimarse la pierna derecha con el zócalo de la ducha y aplastarse los testículos con el peso de su cuerpo.

Vaya día que estaba teniendo.

Al escuchar el alboroto que había en el baño, Mark y Youngjae no le dieron importancia en un principio, Jaebeom siempre armaba alguna clase de alboroto cuando salía de bañarse, pero cuando pasaron veinte minutos y Jaebeom no había salido a comer aún, se dieron cuenta que había sucedido algo un poco más grave. Sólo que jamás esperaron encontrarlo boca abajo en el suelo del baño, desnudo, y con la cortina de la ducha caída sobre sus piernas, dejándoles ver su cuerpo desnudo hasta los muslos.

—Debo admitir que para ser un friki estás muy bie- —las palabras de Mark fueron inmediatamente calladas por la mano de Youngjae, quién le hizo el gesto de silencio y le señaló una toalla para rodear el cuerpo de su amigo. Mark rodó los ojos y le hizo caso al menor, tomando una de las toallas del mueble mientras Youngjae ayudaba a Jaebeom a pararse.

Una vez que Youngjae hubo logrado su cometido, Mark pasó la toalla alrededor de las caderas de Jaebeom y entre los dos lo llevaron hasta su habitación, dejándolo sentado en el borde de la cama.

—Ahora vengo —dijo Youngjae corriendo a buscar el botiquín de primeros auxilios para curar a su amigo.

—¿Te resbalaste con el jabón de nuevo? —preguntó Mark.

Jaebeom bufó y asintió haciendo un pequeño berrinche de nene chiquito.

Mark rió y luego de observar durante un rato a Jaebeom agregó:

—No sé qué clase de entrenamiento te haya dado Jackson, pero ya no tienes la barriga de dos metros que tenías hace meses sino todo lo contrario. Si no me gustara Bambam incluso saldría contigo.

—¡Qué locuras dices, Mark! —exclamó un escandalizado Youngjae mientras se acercaba a curar la herida en la pierna de su amigo.

—Como si a ti no te pasara lo mismo —se burló Mark del más chico.

—De hecho no —respondió Youngjae, para luego comenzar a desinfectar la herida de su amigo.

—No sé si sentirme halagado u ofendido —rió Jaebeom para luego quejarse del alcohol en su herida.

—Tal vez deberías sentirte adolorido —rió Mark.

—Touché.

Y sin que Jaebeom y sus amigos lo supieran, del otro lado de la ciudad, un berrinchudo chico llamado Jinyoung, se quejaba por enésima vez sobre su plan fallido.

—¡No puedo creerlo! —exclamaba el chico, pateando en diferentes direcciones una pila de cubos Rasti.

—Bueno, amigo —habló un chico de cabellos blancos—, ya vas a lograr apoderarte de la ciudad.

—Como si no fuera dueño de muchas cosas ya —ironizó un chico alto con cabellos negros y corte de hongo desparramado sobre la cama del dueño.

—Yugyeom, cierra el maldito pico —gruñó Jinyoung activando alguna clase de máquina que tomó una de las piernas de Yugyeom y la levantó hasta el suelo, dejando al chico casi en el techo de la habitación patas para arriba y con los brazos colgando.

—Si tan sólo vieras a la ciudad como ves a Yugyeom... —suspiró de cabellos blancos.

—¿A qué te refieres exactamente, Bambam? —inquirió Jinyoung completamente intrigado.

—Hablo de que con la única persona con la que eres un auténtico hijo de puta es con Yugyeom. Sin ofender a ninguno de los dos, claro está.

Park comenzó a pensar detenidamente en las palabras de Bambam y soltó a su hermano menor, quién cayó de cara al suelo antes de irse del cuarto y exclamar:

—¡No me esperen, tengo un nuevo plan!

—¿Tú crees que ésta vez funcione? —le preguntó Yugyeom a su mejor amigo.

—No. ¿Y tú?

—Tampoco, pero vale la pena ver sus berrinches cuando los planes le fallan.

Super Ridículo [JJP] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora