Chapter 3

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Wilbur no podía moverse. No porque lo estuvieran sujetando, oh no, es totalmente capaz de hacerlo. Es solo porque él no quiere. Debería soltar al hombre con el que está abrazado. Salir de esta cómoda y cálida cama. Buscar su ropa. Poner su vieja gabardina. Y huir de nuevo. Volver a Utah, a su viejo tráiler y a su trabajo de mierda.


Pero oh... Oh! Si no podía encontrar las fuerzas en sí mismo para alejarse de Quackity.


Mirando hacia abajo a el pelinegro acurrucado con él, la cara contra el pecho del más alto. Alas amarillas se extendiendo detrás de su espalda, plumas esparcidas alrededor de la cama. Rostro perfecto, marcas de nacimiento repartidas por toda su piel bronceada, pestañas curvadass besando la parte superior de sus mejillas. Cicatriz en un hermoso tono pálido. Aún había un leve rubor. Los ojos de Wilbur lo traicionaron y se deslizaron hacia abajo, viendo el cuello y los hombros del más bajo, llenos de chupetones y mordiscos. 


Los propios deseos egoístas de Wilbur se tradujeron en acciones físicas.

I feel him, I see him
The sun caught in his raven hair
Is blazing in me out of all control

Like fire
Hellfire
This fire in my skin
This burning desire
Is turning me to sin

Con una lucha interna, Wilbur logró liberarse de sus propias restriciones y soltar al híbrido pato. Obligándose a apartar la mirada y buscar su ropa interior. Cuando la encontró y se la puso, escuchó el sonido de las sábanas frotándose contra sí misma. Con todo su autocontrol, trató de no mirar. Pero cuando un pequeño gemido escapó de los labios del mexicano, todo se fue por el desagüe. Y Wilbur se dio la vuelta.


¿Cómo era posible, un hombre que fácilmente podía pasar por un ángel, despertar los deseos más diabólicos de lo más profundo de su putrefacto corazón?


Allí, sentado en esas sábanas blancas, Quackity estiraba los brazos y la espalda. Revelando aún más marcas en su pecho y vientre. Tentando a Wilbur para que vaya y llene los espacios en blanco, para hacer que lo más bajo lloré y lloriqueé, gima y grité.


It's not my fault
I'm not to blame
It is the mexican boy the witch who sent this flame
It's not my fault
If in God's plan
They made the Devil so much stronger than a man

Wilbur fue sacado de sus ensoñaciones cuando Quackity llamó por su nombre. Era un momento tan raro para ellos. Meses atrás, intentarían ir a por la garganta del otro. Pelearian y discutirian. Solo para caer en una cama, cuerpos ardiendo de ira y odio (?), para que Wilbur escape por lo medio de la noche. ¿Pero ahora?... Ahora caminaba de regreso a la cama, se acostaba y presionaba su rostro contra el pecho del más pequeño.Sintiendo como el mexicano pasaba sus dedos por los rizos de su pello. Era tan... Raro que ellos actuaran así.


"¿Lo decías en serio? ¿Cuando dijiste eso antes?..."


Wilbur se tomó su tiempo para responder, procesando la pregunta. Después de unos segundos, abrazó al más pequeño por la cintura, acercándolo más.


"No te dejaré... No otra vez... Nunca más..."


Eres un tonto. Ciegamente obediente.


Era media tarde, ambos amantes (?) se habían bañado, juntos, pero solo porque sería conveniente

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Era media tarde, ambos amantes (?) se habían bañado, juntos, pero solo porque sería conveniente. No porque Quackity tuviera miedo de que Wilbur se fuera. O porque Wilbur tenía miedo de que todo fuera una alucinación que se desvanecería en el momento en que soltara a Quackity.


Ahora ambos estaban en la cocina, comiendo cereal y conversando. El más bajo había robado la camisa del falso británico y la estaba usando. La camisa blanca de botones cayendo hasta las rodillas. Y Quackity no era estúpido. También había escondido el suéter amarillo de Wilbur y la gabardina marrón.


La vista frente a él hizo temblar a Wilbur. Quackity seguro que era una serpiente. Como la que tentó a Eva a darle un mordisco a el Fruto Prohibido. Quackitu lo estaba tentando cada vez más. Haciéndole más difícil irse. Y él lo sabía. Oh, conocía a Quackity demasiado bien para el bien de ambos. Quackity lo retenía aquí. Quackity al mismo tiempo que era un demonio seduciéndolo. Quackity era el ángel que lo convenciéndolo de la redención.


"Tengo algunas dudas..."


"Si me dijes, tal vez pueda responderlas para ti".


Quackity respondió sin levantar la vista, comiendo su cereal lentamente. Aún le duelen un poco los muslos y el culo.


"¿Por qué mi van todavía está allí? ¡Pensé que la odiabas!"


Quackity se sonrojó un poco y miró directamente a sus pies. Y murmuró, apenas lo suficientemente alto para que Wilbur pudiera escuchar.


"Odio ese montón de basura, pero simplemente... No podía deshacerme de ella... Seria como admitir que nunca volverías..."


Wilbur sonrió con cariño, rodeó a Quackity con un brazo y apoyó la barbilla sobre la cabeza del otro.


"¡Awww me extrañaste!"


"¿No te lo dejé claro antes? ¡Idiota!"


Wilbur soltó una risita, cerró los ojos y murmuró algo en el cabello del híbrido de pato.


"¿Qué estás planeando, pequeña mierda?... ¡No me llamarías y me harías querer quedarme solo para mantenerme dentro de tu casa!"


Quackity se rió de eso. Y movió la cabeza, haciendo que Wilbur lo mirara.


"¿Recuerdas la carta que te envié? ¿La más reciente?"


"¿Eh, sí?"


"¿Qué escribí al final?"


"...Oh."


El híbrido de pato levantó una ceja con una sonrisa astuta adornando sus labios. Oh, cuánto deseaba Wilbur deshacerse de esa sonrisa con sus propios labios...


"Tienes mucho trabajo que hacer, cariño".


Y ahora puede.


Así que Wilbur le robó un beso, uno de tantos que vendrían.Porque Wilbur no se iría. Ya no. Se dejaría quemar en el fuego del infierno. Porque no solo morderá la fruta. Se lo comería todo y desearía más.Mucho más.

Your Obedient ServantDonde viven las historias. Descúbrelo ahora