GONZALO MONTIEL
— Buen día, mi amor. —apenas abrí los ojos lo vi a Gonza dejando besitos en mis cachetes. Sonreí y lleve mi mano a su espalda para acariciarla.
— Buen día, corazón. —me refregue los ojos y agarré mi celular para ver la hora. Eran las siete y cuarto de la mañana, me sorprendió que esté despierto tan temprano— ¿Qué haces despierto a esta hora?
Se separó de mi cachete, me miró y soltó una risita— Quiero tener una mañana especial, ya falta poco para irnos a Qatar y sabemos que voy a estar ocupado así que se me ocurrió esa idea. —me muero de amor. Ahí mismo lo agarré de la nuca y lo acerque para darle un beso lento y tierno.
— Sos lo más lindo que me paso, Gonzalo, te amo. —volví a besarlo pero esta vez el se me puso arriba mio.
— Te amo mas, amor. —seguíamos besándonos pero ahora no era para nada tierno, era con pasión, un beso caliente. Amaba coger a la mañana.
Se separó de mis labios para sacarme solo la remera, no tenia corpiño. Llevó su boca una de mis tetas y una de sus manos a la otra. Me chupaba y mordía el pezon y con su mano lo pellizcaba. Solté un leve gemido al sentirlo.
No me quedé atrás y puse mi mano en su bulto por abajo de su short deportivo y bóxers. Empecé a acariciarlo lentamente.
— Me estas matando. —se alejó de mis tetas y se hizo a un lado para quitarse el short y bóxer.
Se posicionó de rodillas adelante mio. Puso una de mis piernas encima de su hombro y empezó a lamer mi intimidad lentamente. Llevé mis manos a su pelo y lo tironeaba cada vez que sentía su lengua.
— D-dios, a-amor. —tire mi cabeza hacia atrás y subí un poco mis caderas al sentir su lengua lamer mi clitoris, sentía que me iba a venir pero, el no se movió de donde estaba y esperó a que lo hiciera.
— Hija de puta, estas buenísima. —pasó la lengua por su labio inferior y se acercó a la mesita de luz para sacar un condon del cajón.
Se puso el preservativo y de una estocada se metió en mi haciendo que los dos soltemos jadeos.
Empezó embistiendome lentamente mientras sus manos apretaban mis tetas. La pieza estaba inundada de nuestros gemidos, nos encantaba escucharnos.
Gonza comenzó a embestirme más rápido, estaba tocando tu punto g haciéndote sentir un intenso placer.
Estaban por venirse los dos, dio unas embestidas más y cayeron detonados a la cama.
— Dios, despertame así todos los días. —soltó una risita al escucharme y me dio un picó.
— Lo que pidas, mi amor.
q bueno que esta x dioooos.........
holaaa, muy corto, perdón no se me ocurría nada d nada y tenia un poco d paja pero la deje d lado y escribí esto!!!!
capaz q en el próximo haga trio... CAPAZ digan quienes y gana el q más puntitos tenga no se.
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