SOLEDAD

49 4 1
                                    

Cuando llegamos a la cafetería el pelinegro empujó la puerta de cristal y dejo que pasara antes que el, al entrar observe el lugar con mucha atención, su estilo era de la época de los 80' pero al mismo tiempo era moderno, los asientos eran sofás rojos, las mesas de madera, habia discos colgados en las paredes. Se podía ver a lo lejos una barra de bebidas, luces que caían del techo y musica que tranquiliza el ambiente.

Sentí su mano sobre mi hombro y eso obligo a girarme, sus ojos cruzaron con los mios e hizo una señal con su cabeza para que subamos al piso de arriba, ya arriba nos dirigirnos al ultimo asiento de una fila donde la pared era un cristal gigante. No habia muchas personas eso hacia que sea un lugar más agradable.

Deje mi mochila a un lado del sofá y me senté a su lado, el chico repitió los mismos pasos hasta que estuvo en frente, al instante llego una chica pelirroja, no tan alta, sus ojos esmeraldas que resaltaban su rostro, y en su lado izquierdo de su nariz un aro que parecía un hula hula.

―Buenos días  le damos la bienvenida
a cafetería tus latidos ― hablo con una sonrisa en su rostro y
dejo dos folletos con todo lo que habia en el menú.

Empecé a leer una y otra vez pero no habia nada, nada que me gustará o nada nuevo que quisiera probar, así que opté por mi confiable café, ya decidida deje el menú en la mesa, me saque la chaqueta que traía ya que sentía un calor sofocante, al subir la mirada me tope con unos ojos celestes.

Ladeo un poco la cabeza y quedó pensativo un instante, hasta que decidió hablar.

―Siento como qué... ― se callo y luego de un rato continuo ― ¿te conozco de algún lado?

Apreté mis labios pensando si su rostro se me hacia familiar, y si efectivamente se me hacía familiar mi no recordaba de dónde.

―No, no lo creó ―murmure al no estar tan segura de conocerlo o no.

―Mi amor ―mis ojos se abrieron lo más que pudieron al escuchar una tercera persona.

HAY DIOS.

¿Donde me metí?

Lentamente mi cabeza empezó a girar donde está ella, lo primero que note era su estatura era alta, traía una cola de caballo que le llegaba a la cintura, sus ojos eran esmeraldas, su piel era de un tono palido, al ver que la observaba su mano se dirigió al cabello del chico, al ver su gesto sacó su mano de mala manera y le lanzó una mirada furiosa, dando con obviedad que no le gustaba para nada ese gesto.

―Cariño, ¿por qué me tratas así?

―Thea ―hablo con los dientes apretados, ya con la paciencia perdida.

―Lo siento, ―me miró la chica― no me presente soy Thea su novia y también soy su furura esposa ― me mostró su mano izquierdo y en su dedo anular habia un anillo.

Eso me sorprendió aún más, la cara de disgusto del pelinegro me desconcierto un poco másde lo que ya estaba, a el no le gusta para nada lo que decía la chica, The se sentó al lado de su ¿novio? apoyo los codos en la mesa y con sus manos sujeto su cara.

―Yyy... ¿que van a ordenar esta parejita?

―Lo que sea pero vete ya ―pidió casi suplicando.

La chica se paro sin muchas ganas y se fue hacia donde estaba la barra, el
cerro los ojos y respiro profundo, cuando los abrio se notaba un poco más aliviado.

―Lo siento, yo... emm.

―No está bien, no tienes que dar ninguna explicación.

―No, enserió, siento lo ocurrido.

―No, esta bien ―estire mi mano hasta llegar a la suya, al sentir su piel lo vi a los ojos― enserio esta bien ―sus ojos dejaron de ver a los mios y se dirigieron hacia una punta de la habitación.

―Me disculpas un momento ―asentí con la cabeza.

A los minutos de que se fuera el movil comenzó a vibrar encima de la mesa, lo tome y vi que era una llamada entrante de Hugo, justo en este momento tendria que llámame, luego de todo lo que habia ocurrido el volvía a aparecer. Tarde unos cuantos segundos pero al final decidí apagarlo, solo que no me pude contener, mi garganta ardía, mis ojos se ponía llorosos y era dificil de ocultar.

―Hey, castaña, ¿te encuentras bien?―solo pude escuchar su voz, agache la mirada en tan solo oírla ― ¿estas bien?

Subí poco a poco la mirada, cuando sus ojos esmeraldas vieron mi rostro no los pude ocultar cayeron una tras de la otra sin parar, ella dejó la bandeja en el tablero y se agacho.

―¿Es por lo que dije hace unos momentos? Por que si es por eso el no ds mi novio y mucho menos mi comprometido.

―No... ―es lo único que pude decir ya que mi voz se rompió en ese instante.

Se podía notar grosero pero mi única escapatoria fue huir de allí lo más pronto posible, así que agarre mis cosas, mientras que recogia mis cosas ella se paro a un costado a ver lo que hacía, cargue mi mochila sobre mi hombro y salí casi corriendo de allí, lo único que pude sentir fue algunas miradas.

Luego de caminar unas cuantas manzana pude distinguir algo de color pegado en la puerta de mi casa, al llegar subí las escaleras vi lo que era, era una carta vi la letra de aquella carta y ya pude suponía de quien se trataba.

Paige, hija tu padre y yo tuvimos que salir de urgencia a la empresa, surgieron algunos problemas allí, espero que lo puedas entender.
                                         Besos mamá.

Esta vez mis ojos no se llenaron de lágrimas de tristeza si no de frustración, arranque la hoja con rabia y la arruge con mucha fuerza, rendida apoye la cabeza sobre la puerta, estaba sola, estaba completamente sola.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Nov 11, 2023 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

RIDE (pain and scars) [BORRADOR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora