II Día: Beso

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Los pensamientos
nocturnos podían ser la
peor amenaza para la
cordura de una persona.
Ya que estos se tornaban
tan intensos con una
rapidez aterradora que
podía alterar a cualquier
persona generando
miedos y decepciones en
su cabeza.

Sin embargo, para él los
pensamientos mañaneros
compartieron este mismo
significado cuando cada
vez que despertaba en
las mañanas observando
aquel descuidado techo
en su habitación, solo
podía pensar en una cosa:

La vida para él,
definitivamente no era
fácil.

Desde el momento en
el que había tenido
que crecer, estudiar y
trabajar, sabía que nada
sería igual y toda su
existencia se basaría en
puro sufrimiento en su
día a día. El tener que
esforzarse al máximo
en la universidad, en
hacer su trabajo de
manera aceptable para su
exigente jefe, y el tener
casi nulas horas de sueño,
causaba que Junghwan
cuestionara el porqué de
su existencia.

Sabía que la vida adulta
sería de esa manera,
solo bastaba con ver a
su hermano mayor para
saber cómo su felicidad
iba a ser arrebatada
en el momento que
cruzará las puertas de
su hogar en busca de su
independencia.

Independencia a la que
había sido forzado a
llegar por sus padres.

La rutina para él, era
simple; levantarse,
desayunar, trabajar,
estudiar, llegar, hacer
sus deberes, dormir,
levantarse, desayunar,
trabajar....

Ugh.

Definitivamente, su vida
era un asco.

Cuándo Junghwan se
despertaba, lo primero
que podía ver eran
aquellas mullidas cortinas
que impedían el ingreso
de la luz a su habitación.
Siempre se quedaba
observando el techo,
pensando en lo grandiosa
que era su vida antes de
ser quien era ahora.

El no era desagradecido,
siempre estaría
agradecido con sus
padres por haberlo
ayudado y por la vida
que tenía. Sin embargo,
las circunstancias habían
cambiado desde que
su hermano se había
ido de casa, en busca
de su felicidad junto a
la persona que amaba.
Sus padres no lo habían
tomado nada bien, y
terminaron siendo
mucho más estrictos
con él para evitar que
cometiera el mismo error
de su hermano; haberse
enamorado.

A pesar de todo,
Junghwan nunca culpó
a su hermano por todo
aquello. De alguna
manera, sentía que le
había dado el empujón
que necesitaba para darse
cuenta de lo difícil que
era en verdad la vida, y
para librarse de aquellas
cadenas que sus padres
se habían encargado de
poner a su alrededor
antes de que fuera
demasiado tarde.

Junghwan se había
cansado de vivir en
aquella pecera, y termino
siguiendo los pasos de
su hermano. Terminó
yéndose de casa dos años
después que él, en busca
de su independencia.

Independencia que le
estaba costando.

Porqué cuando sintió
en carne propia lo que
en verdad era valerse
por sí mismo, estuvo
un tiempo desesperado
por volver a casa con
sus padres. En verdad
que lo deseaba, aquella
seguridad que tenía en
ellos y su capacidad para
protegerlo del mundo
exterior.

Pero...

Al sentir unas suaves
caricias en su pecho,
desvió su mirada del
techo hacia su lado,
encontrándose con unos
pequeños ojos brillantes,
y una hermosa sonrisa.

Era verdad. Ya había
encontrado la seguridad y
la felicidad.

Junghwan sonrió,
acariciando con
delicadeza la mano que
continuaba en su pecho.
Luego acarició una de
las abultadas mejillas
de su acompañante,
pellizcándola y causando
que un adorable puchero
se formará en su rostro.

𝟑𝟎 𝐃í𝐚𝐬 𝐝𝐞 𝐎𝐓𝐏 ~ 𝐘𝐨𝐬𝐡𝐢𝐡𝐰𝐚𝐧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora