IV Día: Chupón

95 6 0
                                    

Para nadie en el grupo,
era una sorpresa saber lo
posesivo que podía llegar
a ser Junghwan.

Desde que el chico
menor de nacionalidad
coreana llegó a la agencia
siendo un adorable
jovencito, todos habían
podido apreciar en
más de una ocasión
lo extremadamente
cauteloso que podía a
llegar ser esté cuando de
sus cosas se trataba.

Junghwan sabía que
podía llegar a ser un
poco obsesivo con
el control que tenía
sobre cada una de sus
pertenencias, pero ésto
era debido a que pasó
toda su niñez cuidando
sus cosas de sus primos
que siempre tomaban
todo, y nunca devolvían
algo completó o en buen
estado a como estaba.
Y al ser una persona
de poca paciencia, esto
había ocasionado que
creciera con aquel miedo
constante de perder
sus objetos y que estos
terminen totalmente
destruídos.

Si bien sabía que era algo
de su niñez que tenía que
superar, aquello marcó
algo en él que seguía en
la actualidad, y aún que
intentará no demostrarlo,
la posesividad que solía
tener era demasiado
obvia para los demás
y había terminado
demostrando lo necio que
era para compartir.

Jamás le había gustado
esa parte de sí mismo
que era consumida
por el egoísmo, por lo
cual, algunas personas
siempre lo habían
ayudado a demostrar
que no había nada de
malo en compartir
y saber que todo
aquello seguirá intacto.
Gracias a su ayuda,
él pudo dejar aquella
pequeña obsesión que
continuaba siguiéndolo
desde pequeño, y el
sentimiento egoísta iba
desaparecido de su
vida.

Y todo marchaba
perfectamente bien, hasta
que sucedió algo.

O más bien, hasta la
llegada de alguien.

Porque cuando Kanemoto
Yoshinori llegó a la vida
de Junghwan, supo que
superar aquella etapa
de su vida iba a ser más
complicado de lo que era
antes.

Junghwan no sabía,
que podía sentirse tan
posesivo con alguien,
hasta que conoció al
adorable chico de mejillas
regordetas, y pequeños
ojos que desaparecían
al reír. Yoshi se había
convertido en alguien
muy importante para él,
desde el momento que
se presentó ante él la
primera vez que llegó al
edificio de YG Entertainmet.

- !Hola, soy Yoshinori!
Pero tú puedes llamarme
amo y señor de todo el
universo .- fueron las
palabras de Yoshi cuando
se acercó al tímido y
adorable chico coreano
que acababa de llegar a
formar parte de sus vidas.

Cuando Junghwan llegó
por primera vez, estaba
totalmente aterrado. Sin
saber que hacer y tan joven,
y sin nadie en quién
apoyarse, el ser recibido
por Yoshinori, fue una
luz en su vida que no
sabía que necesitaba para
poder existir.

Yoshi lo había apoyado
desde que llegó al lugar,
se había ofrecido a
guiarlo en todo lo que
necesitará, y le había
brindado lo que Junghwan
atesoraría para siempre
en su corazón. Un amigo
dónde apoyarse.

Para él, pasar tiempo con
Yoshinori era lo mejor
que podía pasarle. Yoshi
siempre lo hacía reír, se
encargaba de explicarle
cualquier cosa que no
entendía o se le
complicaba, lucho
por ser su compañero de
habitación para nunca
dejarlo solo y contarle
divertidas historias en
las noches, y dormír
juntos hablando de
cualquier cosa y lo ayudó
a relacionarse con los
demás miembros del
grupo.

Definitivamente, para
Junghwan, Yoshinori es
un pilar necesario en su
vida.

Sin embargó, cuando él
pudo valerse un poco
mejor por sí mismo y
Yoshi vió que ya no lo
necesitaba tanto a su lado
y comenzó a pasar más
tiempo con los demás que
con él... algo comenzó a
doler en el pecho
de Junghwan.

𝟑𝟎 𝐃í𝐚𝐬 𝐝𝐞 𝐎𝐓𝐏 ~ 𝐘𝐨𝐬𝐡𝐢𝐡𝐰𝐚𝐧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora