Tras la perdida... (Luzuplay)

~Capitulo 22~

Holi :).

Qué, se esperaban lo que pasó en el anterior? Lo dudo mucho, pero lo hice aposta. Si el que representa a la Muerte no mata, entonces no es la Muerte.

Aunque se tengan fuertes convinciones morales, hay cosas que no se pueden ocultar...
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Narra Onmi:

Las tres figuras vestidas de negro corrían hacia las afueras del pueblo, en dirección a la casa de Luzu. Vegetta era el más veloz, incluso cargando con el pesado cofre. Luzu había adelantado a Rubius y le seguía de cerca, lanzando continuos vistazos a su espalda. Hacía un rato que no se escuchaba a la policía, gracias a las bombas que Auron había soltado para garantizar su huida.

Sin embargo, Luzu no estaba mirando tanto hacia atrás porque quisiera asegurarse de que ya no los perseguían. En su cabeza no se dejaba de reproducir el momento cuando el compañero de Álex se había abalanzado sobre el. De alguna manera, había logrado liberarse de la brida con la que le habían atado las manos, y de ahí había cortado la de los pies.

No se había dado cuenta de que el policía estaba libre hasta que había escuchado un ruido y, al darse la vuelta, casi se había abalanzado sobre el. El no quería matar a nadie, pero apenas se había dado cuenta de cómo había había cogido la daga y la había clavado en su estómago, para luego subir y rajarle hasta la segunda costilla, abriendo su torso y matándolo en el proceso. No se había dado cuenta de lo que había pasado hasta que el policía ya estaba muerto.

Luzu bajo la mirada hasta su ropa. Antes negra, ahora estaba manchada de rojo. Una parte de el quería quitarse la ropa y tirarla, pues no quería volver a ponerse eso nunca más. Sin embargo, una especie de susurro en lo más hondo de su cabeza le decía que la dejara. Que la muerte necesitaba sangre. Que así había demostrado ser digno de llevar ese título.

- Luzu...

El aludido levanto la cabeza y miro a su amigo. Vegetta se habia quitado el casco y lo estaba mirando con esos ojos morados. Su mirada de las manchas de sangre de su ropa a la daga que llevaba colgada del cinturón.

Sin embargo, eso no era lo que le preocupaba a Luzu. Su principal preocupación era un pelinegro con un mechón de lava que los estaba esperando en la puerta de su guarida secreta y que, al igual que Vegetta, no podía apartar la vista de las diversas manchas.

- Luzu... ¿Qué has hecho, mi niño?- Auron se acercó a Luzu mientras esté empezaba a temblar. Luzu no tenía ni idea de que había echo. Los recuerdos estaban entre vividos y confusos, pero eso no evitaba que su mente insistiera en revivir ese momento.

Detrás de estos, Rubius se quitó la máscara. Tampoco se había esperado que Luzu le clavara la daga al policía, pero había tratado de mantenerse firme y no titubear. Sin embargo, ahora era el primero en abrazar a su amigo.

- Está bien Lucio, está bien. Ahora sabes que eres parte animal, un carnívoro, un depredador. Si te pones nervioso, tu instinto será de atacar y defenderte matando al atacante. No es tu culpa, no lo sabías.

- Alguien ha muerto...

- Mi niño...- Auron cogió la cara de Luzu y le quitó la máscara, dejando ver los ojos y las lágrimas del chico.- No podías saber que eso iba a pasar. A lo mejor, si el tipo no se hubiera liberado, no habría pasado. No es tu culpa.

- Si que lo es... Una parte de mi lo mato...- Murmuró Luzu mientras abrazaba a Auron.

- Luzu...- Vegetta se acercó a su amigo.- Creo que en el fondo querías que fuera son víctimas, pero debes entender una cosa. No puedes empezar una cruzada contra un alcalde sin que haya víctimas. Aunque no lo quieras, alguien iba a morir. Puede que hoy, puede que mañana, puede que alguno de nosotros muriera.