Agosto 10

452 33 10
                                    

— Vamos Lis, levántate — Rosé me levantó de la cama para dejarme en la sala — Espera aquí — se dirigió a su habitación.

Como no había movilizado mi cuerpo durante días, mi masa muscular bajó haciendo mis piernas más delgadas y que se atrofiaran un poco. No soportaron estar haciendo un pequeño esfuerzo por tanto tiempo haciéndome caer, Jisoo venía de compras y me vió tirada en el suelo.

— ¡Dios mío, Lisa! — me levantó y me sentó en un sofá — ¡Rosé! ¿¡Dónde estás!? — gritó Jisoo.
— ¿Qué pasó? — respondió observando mis rodillas rojas.
— La hubieras sentado en la sala ¿No ves sus piernas más delgadas? Sus piernas no soportaron el peso y cayó al suelo.
— Oh, cuánto lo siento Lisa — Rosé me abrazó.
— Bien, haré el desayuno — dijo Jisoo — Quédate con ella.

Rosé asintió y encendió la televisión, no presté atención, solo estaba mirando un punto fijo en la pared pensando en Jennie.

¿Qué será de ella? ¿Estará igual de mal o sólo estará disfrutando su nueva relación? No, no debo pensar eso.

.。. .。.

— Anda Jennie, ven — dijo Joy.

Al igual que Lisa, Jennie se encontraba en las mismas condiciones mentales que ella, solo que a comparación de Lisa aún seguía acudiendo a la universidad pero no comía, ni siquiera dormía.

— No Joy, sal por favor — respondió Jennie acostada en su cama.
— Ven, no dejaré que estés aquí un día sola. Si te dejo hacer lo que quieras, te deprimirías más y no quiero verte así.
— Solo hoy, es fin de semana, ahora vete — Jennie sacó a Joy de su habitación.

Jennie había estado tan ocupada en sus estudios que no se tenía permitido llorar o recordar a Lisa, ya que estaría triste pero no pudo evitar pensar en ella los últimos días. Al cerrar la puerta, comenzó a llorar todo lo que no se había permitido desde que habían terminado.

Mi Lili, perdóname.

.。. .。.

— ¡Ya está el desayuno! — gritó Jisoo.
— Vamos, Lisa — Rosé me levantó de la sala.

Comí un cuarto de mi desayuno, mi estómago ya estaba tomando costumbre de no recibir tanto alimento.

— Lisa, el Lunes debes asistir a clases. Te has perdido una semana y eso te atrasará por los exámenes, nosotras también hemos faltado para cuidarte pero debemos retomar nuestras actividades ¿Si? — dijo Jisoo, yo solo asentí.

Llegó Lunes y tal como habíamos acordado, regresé a clases. El estar ocupando mi mente hizo que me olvidara un poco de Jennie, comencé a comer de nuevo y unas semanas después logré llegar a mi peso ideal.

Cambié de look, pinté mi cabello rubio platinado.

Cuando creía que todo iba bien, una notificación llegó a mi teléfono. Era un artículo de Jennie y Kai. Por lo que decía el artículo, se habían comprometido y se casarían en navidad, leer eso, hizo que mi pequeño mundo volviera a caer.

Al terminar las clases me encerré en mi habitación y lloré, unas cuántas horas después las chicas llegaron de sus clases y entraron a mi habitación.
Les enseñé el artículo y se molestaron demasiado.

— ¡Es una maldita! ¿Cómo puede dejarte atrás tan fácil? ¿Por qué se ve tan feliz en esa foto? — dijo Jisoo molesta.
— ¡Oye! Sabes bien que su padre la obliga, no es su culpa — defendió Rosé.
— Lo sé, pero solo mírala — Rosé vió la foto de Jennie feliz en un jardín — Ahora mira a ésta... — Jisoo me señaló.

Rosé vió mis lágrimas pintadas de negro gracias a que mi maquillaje se había corrido, se echó a reír al verme de esa manera lo que hizo que también soltara una sonrisa.

Un diario para LiliWhere stories live. Discover now