Episodio 3

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Me dio algo de vergüenza por lo que había dicho.

- Es que me has alegra más mi día por tus ojos.

Para cambiar de tema y evitar ponerme rojo pregunte cuantos gatos tenia, así tendríamos más temas para hablar.

- Oye por lo que veo tú también tiene gato.

- Ah si, tengo dos gatos. Sus nombres son Pelusa y Nieve.

- Que bonitos nombres. Tienes fotos de ellos, claro si me los quieres mostrar.

- Por supuesto que si.

Posteriormente saco su celular para buscar las fotos. Me mostro primero de Pelusa, era una gatita de color café con blanco de pelo corto, mientras Nieve era otra gatita de pelo totalmente blanco todo esponjado.

- Estan bonitas.

- ¿Y tú tienes gatos o perros?

- Ah, ah si tengo un gatito llamado Copito.

También le mostré una foto. Seguimos conversando mientras terminaba sus compras, aproveche para comprar algunas cosas que necesitaba.

Después de terminar de comprar me acompaño a mi casa.

- Gracias por acompañarme aunque no era necesario.

- No hay nada que agradecer.

- Ya que estas aquí, ¿no quisieras pasar a tomar algo?

- Mmm...

Se quedo pensando durante bastante tiempo, pero al final acepto la propuesta. Entró a mi casa, tenía algo de miedo por Copito, lo bueno es no se mostro agresivo al contrario parece que se cayeron muy bien.

- ¿Qué te gustaría tomar café o té?

- Té, por favor.

Mientras tomábamos las bebidas seguimos conversando, tan agusto estábamos que no nos dimos cuenta de la hora, si no fuera porque recibió una llamada de su madre reclamándole que ya se había tardado con el mandado que le pidió.

Pues si darnos cuenta ya eran alrededor de las once y media.

- Lo siento, ya me tengo que ir.

- No te preocupes, ve con cuidado.

Se despidió de mí y de Copito, después de que Esteban se fuera me dispuse a hacer lo quehaceres de la casa y alimentar a Copito.

Dando las tres de la tarde comencé a hacer mi comida. Mientras comía recibí una llamada de mi madre.

- Hola ma ¿Cómo has estado?

- He estado muy bien, pero tú mi vida ¿Cómo has estado? ¿te has estado alimentando bien?

- He estado excelente y si ma, cuantas veces tengo que decirte que he estado comiendo bien.

- Es bueno escuchar eso, por cierto el fin de semana que viene te visitaremos. ¿Tienes tiempo libre?

- Por supuesto que sí, para mi padres siempre tendré tiempo.

Seguí hablando un rato con mi madre, pasando un rato me despedí y salí a trabajar.

Tenía un trabajo de medio tiempo, pero pagaban bien. Al principio pensé que era una broma o algo parecido. Más por el tipo de horario.

Al final lo acepte porque andaba necesitado de dinero. Este trabajo era lo mas fácil del mundo, pues consiste en entregar paquete por lo menos seis por día. Mi horario era flexible pues trabajo de Lunes, Miércoles y Viernes de cuatro de la tarde hasta que termine de entregar el último paquete.

Me aliste y salí de casa,llegue a la oficina de correo donde trabajaba. Estaba todo tranquilo, aunque suele estar así siempre.

- Buenas tardes.

- Buenas tardes mi querido Davis.

- Hola Laura.

Él es una RosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora