La verdad nose en cuanto tiempo no he actualizado ningun fanfic, creo que van casi dos meses.
Me disculpo como siempre, pero he estado ocupada, mi liceo es bien activo en movilizaciones y protestas por lo que siempre está en toma, incluso en este momento estoy en toma y a lo largo del año hemos tenido unas cuatro o cinco.
Estoy aprovechando mi tiempo libre, también he tenido un par de problemas personales y de esta forma me distraigo. Estoy en una etapa de mi vida donde me estoy volviendo a sentir sola, pero tambien quiero sanar mis problemas.
Peroo cambien el tema, ahora cambiaremos el dicho "después de la calma viene la tormenta" a "después de la tormenta viene la calma".
Si quieren se pueden pasar por mi perfil y leer, A Model And A Fan, es bastante linda la historia.
Se les quiere un monton.
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Anne ve a su hijo caminando por el pasillo cuando se dirige a la habitación de Louis. Tiene que contener las lágrimas cuando ve lo pálido que está el rostro de Marcel.
"Marcy, cariño, ¿cómo está Ed?"
Marcel mira hacia arriba con los ojos apagados, "Él, todavía está estable y está mejorando ligeramente".
"Eso está bien, amor. ¿Cómo estás?"
"Yo-" Marcel suspira, "No estoy bien, mamá".
Anne frunce el ceño y jala a Marcel sobre unas sillas que están colocadas en los pasillos.
"¿Cómo puedo ayudar, cariño?"
"¿Traer a Edward de vuelta?" Marcel se ríe secamente.
Anne se muerde el labio, "Lo estás haciendo muy bien ayudando a Harry y Louis a mantener la calma, Marcy".
"¿Cómo me mantengo calmado, mamá?"
Ella suspira y lo jala en un abrazo lateral, "No puedes. Es normal enojarse cuando alguien a quien amas está herido".
"No es solo eso, no quiero que Louis lo vea así, ni siquiera quiero que Harry lo haga. Se ve tan sin vida, mamá. Es injusto mantenerlos alejados, pero están tan asustados y eso los pondrán peor. No se quitaran esa imagen de la cabeza".
"Lo sé, amor. Estarán más asustados, pero al menos no te echarán en cara que lo mantuviste alejados en todo esto por si"
"Por si es que muere", Marcel termina la frase de Anne con una voz baja, cierra los ojos y apoya la cabeza en el hombro de su madre.
"Lo siento mucho, bebé. No quise decir eso".
Los ojos de Marcel lagrimean de nuevo, "Por favor, dime que no sucederá, mamá. Dime que no perderé al amor de mi vida".
