Capítulo 11

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Por más que se esforzó en presionar el acelerador y saltarse algunos semáforos en rojo como si su vida dependiera de ello, JeongGuk llegó tarde.

Tocó la puerta de esa casa con insistencia, por un segundo dudó en ir a su camioneta por las llaves de repuesto que aún conservaba, pero se contuvo a medio camino cuando la puerta finalmente se abrió.

Algo en su interior se encendió al ver el aspecto del castaño, sus pestañas húmedas, y ojos rojos, al igual que sus mejillas sonrojadas. —¿Estás bien? ¿Por qué estás llorando? —Expresó limitándose a quedarse de pie ahí. Sin tocarlo.

TaeHyung alzó los hombros con una mueca de despreocupación, aún cuando su corazón estaba latiendo con velocidad y dolor. —¿Quieres pasar?

Se hizo a un lado para dejar al más grande entrar a su casa. Cerró la puerta suavemente, apoyándose en ella durante un corto segundo.

—¿Qué te sucedió, TaeHyung? —Jeon esperó a que llegara a su altura para hablar. Apoyó su cadera en el sofá a sus espaldas mientras se cruzaba de brazos. —¿No irás a la fiesta?

—Ya lo hice. —Escuchar aquello lo confundió. —Volví hace un momento, estaba aburrido.

Su rostro somnoliento y el tono de voz perezoso que estaba utilizando al hablar hicieron al inverso comprender.

—Bebiste, ¿y aún así estabas aburrido?

Admiró el ceño fruncido del más pequeño, TaeHyung se secó las lágrimas con torpeza.
—No bebí. No tanto. —Se corrigió torpemente antes de ver al mayor negando con molestia.

—¿No?

Se observaron a fijamente a los ojos. No era la primera vez que se estancaban así, simplemente escuchando sus propios corazones reaccionar al inverso.

JeongGuk se alarmó cuando el castaño cerró los ojos de forma lenta, pero lo que le quitó la tranquilidad fue la forma en que se dejó caer lentamente, de espaldas.

Casi corrió para sujetarlo y evitar que caiga al suelo. Sujetó su rostro, mirándolo con insistencia y algo de enojo cuando esos ojos color miel se abrieron nuevamente.

—¿Qué mierda estás haciendo? ¿Enloqueciste? —No pudo evitar el tono molesto de su voz.

—Hyung. —TaeHyung tragó saliva. —¿Cuando me vas a pedir que vuelva contigo? ¿No te estás tardando?

Oír algo como eso de forma tan repentina hizo enmudecer al más grande. Decidió ocultar una vez más el incómodo sentimiento en su interior, en su lugar, río flojamente.

—Definitivamente estás borracho. —Apartó y sus manos de la cintura del chico. Pellizcó su mejilla con la única intención de hacerlo molestar.

—JeongGuk. —Insistió el más pequeño. —No estoy bromeando. —Apuntó caminando hasta sentarse en el sofá. Desde allí miró al mayor.

Apoyando una mano en la cadera mientras jugaba con su lengua como fiel acto de descontento. JeongGuk asintió sin borrar su sonrisa. —Creo que es hora de que me vaya.

La voz suave y calmada del chico evitó que diera un paso. —¿No quieres volver conmigo, hyung? —Le preguntó con un ápice de tristeza en sus ojos color miel.

Jeon suspiró mirándolo directamente a los ojos para decir;

—Lo que más quiero es tenerte de vuelta conmigo. Por la mierda que lo quiero, pero no puedo hacerte eso, bonito. —Divisó perfectamente el momento exacto en que esos bonitos ojos se tornaron brillantes debido a las lágrimas.

Oír ese sobrenombre salir de su boca después de tanto tiempo sin hacerlo punzó.

—¿El qué? —Casi se quejó.

Love back ✧ kooktaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora