Una mentira.
Tan solo un par de palabras podían terminar con algo tan bonito en cuestión de segundos. TaeHyung no cree en ello hasta que JeonGguk le abre los ojos del método más cruel.
De la forma más desesperada y descabellada, el castaño desea rec...
Hecho una furia, ChangMin avanzó a pasos imponentes hasta ese castaño.
—¿Está ahí? —Cuestionó Hyuk con voz gruesa. Apuntó a la habitación de la que el peliplateado acababa de salir.
—¿Que crees que haces aquí? —Ignorando por completo sus palabras, el más grande lo hizo a un lado. Justo cuando sujetó la manija de la habitación de JeongGuk lo evitó obstruyendo su camino. —No te atrevas.
Ese par de ojos negros lo miraron directamente, mostrando la desesperación y el enojo contenido allí. —Nadie va a evitar que vea a mi hermano.
—¿Ahora es tu hermano? —Inquirió el menor. Le había provocado gracia oír tal cosa. —No parecía tu hermano cuando lo golpeaste hace rato.
Notó como apretaba la mandíbula. —No te entrometas, ChangMin.
El aludido avanzó un paso más cerca del castaño. Tenía tanta rabia con esa persona que podría llorar en ese momento. —Está ahí por tu culpa, Hyuk. Tú le hiciste esto.
No sintió nada más que coraje cuando Hyuk se relamió los labios y evadió lo que dijo.
—No me iré de aquí hasta que pueda verlo.
Asintió. —Bien. Entonces siéntate y espera porque mientras yo esté aquí no pasarás. —Dio a conocer sin borrar la firmeza de sus palabras. Antes de que el inverso lo contradijera añadió. —Espera a que JeongGuk se quede dormido y entra.
Hyuk asintió luego de soltar un suspiro tembloroso.
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« Ver al azabache allí, luciendo tan a puesto con ese traje negro y esa sonrisa que siempre lo cautivo estaba provocando que su corazón palpite con fuerza contra su caja torácica.
No tenía idea de que era posible que aquello aumente cuando el mayor le mostró esa caja aterciopelada con dos anillos en su interior, el de oro era más grande que el de plata.
—Feliz aniversario, bonito. —Pronunció el mayor.
En efecto. Había pasado un año desde que JeongGuk le pidió que fuera su novio.
Alternó su mirada entre el azabache frente a él y los anillos, sus ojos brillando con ilusión.
—¿E-Esto es mío? —Inquirió ingenuo.
—¿No lo quieres?
—¿Que? No. No es eso. —TaeHyung se apresuró a decir. Dio un pequeño golpe al inverso ocasionando una risa en el mismo.
Admiró como el azabache tomaba su mano, pasando delicadamente la pieza de plata por su dedo anular. Más tarde sonrió al verlo puesto ahí. —¿Entonces?
