Al haberse marchado repentinamente de la pensión Edén, se encontraban los dos solos, en mitad del aeropuerto en un lugar desconocido para ellos.
Jong woo miró a Seo Moon Jo y luego volviendo la vista al aeropuerto, preguntó: - ¿Y bien…? Dueño de mi mente, ¿qué hacemos ahora? – Seo Moon Jo respondió: - Busquemos alguna pensión… - Empezó a caminar delante de él sin mirarlo, mientras Jong woo se quedaba parado en el sitio mirándolo y preguntó: - ¿Cómo piensas pagarlo? Se perdió todo en el incendio – Seo Moon Jo se detuvo y se dio la vuelta, lanzándole el maletín negro, que siempre llevaba consigo, a Jong woo, preguntándole: - ¿Será suficiente? – Jong woo agarró al vuelo el maletín, antes de que se cayese al suelo, lo sostuvo con una mano y lo abrió, encontrándose con fajos y fajos de billetes dentro. Jong woo se quedó boquiabierto diciendo: - No puede ser, ¿cómo es posible? Se quemó todo… - Seo Moon Jo sonrió, acercándose a él, quitándoselo de las manos y cerrándolo, le dijo: - Cariño, sabes que nunca me separo de mi maletín… ¿vienes? – El chico asintió y se fue corriendo, detrás de él.
Al llegar a su lado, Jong woo le preguntó: - ¿Qué haremos ahora? ¿Cometerás más crímenes, o… harás que yo lo haga por ti? Pregunto… según tú, eres dueño de mí – Seo Moon Jo sonrió y respondió: - Haces muchas preguntas, sólo deja que la vida siga su curso – El chico resopló sin decir nada más. Seo Moon Jo lo abrazó mientras caminaban, pero él se separó, retirando su brazo, alejándose de él, refunfuñando, Seo Moon Jo solo sonrió.
Salieron del aeropuerto, caminando en silencio buscando alguna pensión donde alojarse.
En un instante, Seo Moon Jo se detuvo delante de una pensión, algo confortable pero parecido al Edén.
Jong woo se acercó a él, recordando todo lo que pasó, diciendo: - Yo ahí no entro… – Seo Moon Jo empezó a caminar hacia la puerta y respondió: - Muérete de frío entonces… ¡vamos! – Jong woo tragó saliva y se fue detrás.
El chico mientras entraba por la puerta de la pensión, se agarró del brazo de Seo Moon Jo temeroso, observándolo todo y medio encogido, apretado a él, Seo Moon Jo lo sintió y sonriendo pícaramente, le dijo: - Amor, ¿tienes miedo? – Jong woo respondió, sin dejar de mirar a su alrededor: - No… yo no… ¿por qué? – Seo Moon Jo se detuvo mirándolo y haciéndole un gesto con la mirada, le señaló su brazo, el chico miró y enseguida quitó su brazo, separándose de él, esta vez fue Seo Moon Jo quien lo agarró del brazo, diciendo: - No temas, siempre te he protegido y te he cuidado, conmigo estás a salvo, cariño… - Jong woo asintió.
Seo Moon Jo vio a la casera de la pensión, acercándose con una sonrisa, y éste le susurró en el oído: - Mira, ahí está la señora de la pensión, hay que actuar normales… - Jong woo frunció el ceño, queriéndose separar de él, pero lo agarró más fuerte.
Cuando la señora se acercó a ellos, les saludó diciéndoles: - Buenas tardes, me llamo Kim, soy la casera de este edificio, ¿en qué os puedo ayudar? Supongo que buscaréis habitación ¿no? – Seo Moon Jo sonrió y amablemente respondió: - Hola señora, mi novio y yo buscamos una habitación… - Jong woo lo interrumpió diciendo: - ¿Novio? No soy tu novio ni siquiera tu amigo y exijo mi propia habitación – Kim se quedó mirándolos extrañada, Seo Moon Jo miró para abajo y sonrió, mordiéndose la lengua, dándole un pellizco al chico, y luego mirando a la casera, continuó diciendo: - Disculpa, es que venimos algo cansados, han sido muchas horas de vuelo en avión y, mi pobre chico anda algo trastornado… como le dije… ¿tiene alguna habitación libre? – La chica sonrió sin darle importancia a lo sucedido y asintió diciendo: - Sí, nos queda una habitación, es la única que nos queda. Vengan, se la mostraré – Seo Moon Jo la siguió diciendo: - Excelente… - Jong woo no se movió del sitio, Seo Moon Jo se giró y le hizo una seña para que siguiese para adelante, el chico suspiró y fue detrás.
Llegaron a la habitación, Kim les abrió la puerta mientras Jong woo y Seo Moon Jo entraron inspeccionando la habitación. Moon Jo sacó su fajo de billetes y preguntó: - Perfecto, nos la quedamos ¿cuánto es? – Kim respondió: - ¿400, le parece bien? – Él asintió y empezó a contar los billetes, dándoselo a Kim, luego ella dijo: - Muy bien señor, espero que disfruten de su estancia, la cocina está abajo. Cualquier cosa que necesiten no duden en avisarme. Seo Moon Jo asintió agradeciéndoselo, Jong woo sonrió y la señora de la pensión se alejó de la habitación.
Seo Moon Jo cerró la puerta con llave, se quitó los zapatos y se tumbó boca arriba, dando un suspiro con los ojos cerrados. Jong woo se sentó en una silla de madera, mirándole y luego preguntó: - ¿Por qué una habitación? ¿Por qué una cama? No quiero dormir a tu lado… - Moon Jo lo miró y dijo: - Te tengo que tener vigilado… ¿sabes una cosa? – Se dio media vuelta, poniéndose de lado en la cama, apoyando el codo en la cama y mirándolo, continuó diciendo: - Eres muy lindo cuando te enfadas… me gusta… - Jong woo resopló y dijo: - ¡Cállate, ni soy lindo, ni te pertenezco, no soy tu novio y mucho menos tu amigo! ¡No digas estupideces! – Seo Moon Jo le hizo caso omiso, suspiró estirándose, volviéndose a poner boca arriba, bostezó y dijo: - Cariño, debemos de dormir, ya es tarde, ven a la cama – Jong woo frunció el ceño y respondió: - Paso de dormir contigo… - Seo Moon Jo abrió los ojos y alzando una ceja, le preguntó: - ¿Piensas dormir en esa incómoda silla? – El chico respondió: - Lo prefiero mejor que dormir contigo – Seo Moon Jo hizo una mueca y se dio la vuelta, cerrando los ojos, diciendo: - Tú veras… buenas noches –
Jong woo ni le respondió, resopló y cerró los ojos, intentando dormir en aquella incómoda e inestable silla de madera, que en cualquier momento parecía que se pudiese romper.
Al cabo de dos horas, Seo Moon Jo se despertó por el ruido de Jong woo removiéndose y recolocándose en la silla, aún sin poder conciliar el sueño porque el cuerpo le empezaba a doler por intentar dormir en la silla. Seo Moon Jo suspiró, mirándolo, diciéndole: - Amor, vente a la cama, no puedes estar así, te harás daño… - Jong woo dijo: - ¡No! ¡Déjame! – Seo Moon Jo se frotó los ojos diciendo: -Tienes que descansar, por favor ven a la cama, no quiero que estés incómodo, ven, vamos… - Jong woo se quedó pensando, se levantó de la silla y se acercó lentamente a la cama, metiéndose en ella y se tapó con la manta hasta arriba, lanzando un suspiro de alivio, cerrando los ojos, Seo Moon Jo sonrió mirándolo y preguntó: - ¿Mejor? – El chico asintió, Moon Jo se estaba acercando para abrazarlo, cuando Jong woo sintió sus gestos, y sin abrir los ojos, le dijo: - ¡Ni me toques…! Hasta mañana – Seo Moon Jo sonrió y cerró los ojos, quedándose los dos dormidos al instante.
Al día siguiente, los rayos de sol entraban por la ventana, haciendo remover a Jong woo tapándose la cara con las manos, sin querer abrir los ojos.
Se desperezó y abrazó a Seo Moon Jo, susurrando: - Buenos días Ji Eun mi amor… - Seo Moon Jo sintiendo el abrazo y la voz de Jong woo, sonrió, despertándose y mientras le acariciaba el cabello le dijo: - Seré quien tú quieras con tal de dormir siempre a tu lado, pequeño… - Jong woo abrió los ojos, pegando un brinco haciéndole caer de la cama al suelo, Seo Moon Jo asomó la cabeza, en el borde de la cama, preguntando: - Amor… ¿estás bien? – Jong woo enfadado se levantó del suelo, sacudiéndose la ropa diciendo: - Veo que sigo contigo… creí que lo había soñado… - Seo Moon Jo lo miró y dijo, haciendo caso omiso y mordiéndose el labio: - Pequeño, me estoy enamorando de ti, me vuelves muy loco cuando te haces el duro conmigo, cuando me rechazas… me encantas… - Jong woo frunció el ceño y respondió: - ¿Qué? ¿Esto te gusta? Te odio, te odio muchísimo, ¿lo sabes, no? – Seo Moon Jo respondió: - Ya caerás y cambiarás de opinión… - Jong woo negó con la cabeza diciendo: - Hay que estar jodidamente loco para hacerlo, jodidamente loco para quererte, eres un puto psicópata –
Seo Moon Jo se levantó bruscamente de la cama, riéndose a carcajadas, mientras se acercaba a él.
Cuando lo tuvo enfrente, mirándolo fijamente a los ojos, sus facciones cambiaron, quedándose muy serio y dijo: - Jodidamente loco por ti y un puto psicópata por ti. Yo sólo quería adueñarme de tu mente, hacerte de los míos, hacerte malo, asesino como yo y, a raíz de eso, tú me volviste jodidamente loco… haciendo que me enamore de ti hasta tal punto de obsesionarme, de controlarte, haciendo resaltar mis celos a flor de piel si alguien se acerca, necesito y siento que debo protegerte a toda costa, aunque dependa mi vida en ello, así que, sí soy un puto asesino psicópata jodidamente enamorado de ti… ¡Tú tienes la culpa de todo! ¡Tú me has vuelto jodidamente loco! – Jong woo tragó saliva, retrocediendo hacia atrás hasta dar con la pared y sin poder aguantar la mirada, desvió su mirada al suelo. Seo Moon Jo se acercó a la pared, muy cerca del chico y, enfadado, con furia y rabia, pegó un golpe muy fuerte a la pared y dijo: - ¡Joder! – Cogió el maletín, abrió la puerta y salió, no sin antes decir: - Vamos, hay que hacer cosas… - Jong woo cogió su chaqueta y se fue tras él, sin decir una palabra.
Cuando llegaron a la cocina, no había nadie despierto aún, entre los dos empezaron a rebuscar entre los cajones y los armarios algo para desayunar, y se lo sirvieron, sentándose en la mesa sin mediar palabra alguna entre ellos.
Ya en la mesa, desayunando, Jong woo lo mira y le pregunta: - Moon Jo… ¿puedo hacerte una pregunta? – Seo Moon Jo lo miró y luego volviendo a su desayuno, asintió diciendo: - Ajá… - Jong woo preguntó: - ¿Cómo llegaste a todo esto? ¿Por qué eres así? ¿Qué te impulsó a ello? ¿Cómo te uniste a la señora del Edén y sus gemelos? – Seo Moon Jo frunció el ceño diciendo: - Son muchas preguntas, me estoy sintiendo incómodo… ¿por qué preguntas tanto? – Jong woo miró para abajo y tragando saliva, respondió: - Bueno… no sé… si quiero algo contigo o quieres que seamos algo… tendré que conocerte, saber tu vida, ya sabes… mi amor… - Seo Moon Jo se quedó mirándolo fijamente sin esperarse escuchar eso de él, por un momento se lo creyó todo pero recordó que hace nada él, le había dicho que lo odiaba, hizo una mueca, moviendo la cabeza, Jong woo sintió como si su mirada le acuchillase todo el cuerpo, le daba miedo y tan sólo lo miraba de reojo.
Seo Moon Jo empezó a reírse a carcajadas fuertes, Jong woo lo miró y esbozó una sonrisa temerosa, sin saber qué decir, deseando huir y no haber dicho nada. En ese momento, quería que la tierra se lo tragase.
Seo Moon Jo dejó de reírse y dijo: - No me hagas reír… tú no sientes nada por mí, tú me odias, ¿qué pretendes? ¿Jugármela, y luego matarme? ¡Chico listo! – Jong woo sonrió.
Terminaron de desayunar y salieron de la pensión.
Ya que habían perdido todo en el incendio de la antigua pensión, empezaron a recorrer las calles buscando todo lo necesario para sobrevivir, comprando ropa, accesorios, libros, teléfonos, ordenadores, etc e incluso comprar comida al gusto de ellos, para no tener que estar dependiendo sólo de la comida de la pensión.
Cuando llegaron, ya era hora de almorzar.
Se dirigieron hacia la habitación a dejarlo todo, ordenarlo a su gusto y recogerlo para que la habitación esté más o menos decente.
Una vez ya todo hecho, Seo Moon Jo lo miró y preguntó: - ¿Te parece si salimos a comer fuera y nos despejamos? – Jong woo respondió: - Prefiero ir solo la verdad… - Seo Moon Jo frunció el ceño y preguntó: - ¿Por qué? ¿no quieres que te acompañe? – Jong woo abrió la puerta diciendo: - ¡Pues no, no quiero que me acompañes! ¡Necesito libertad, joder! ¡No puedes retenerme siempre! ¡Quiero vivir! – Seo Moon Jo se cruzó de brazos, apoyado en el marco de la puerta y dijo: - Okey… como quieras – Jong woo salió al pasillo, dirigiéndose hacia la puerta de la pensión, Seo Moon Jo lo miró diciéndole: - No sé cómo vas a pagar, no tienes dinero, y… yo sí tengo… - El chico reaccionó dándose cuenta y se giró acercándose a él, extendiéndole la mano para que le diese el dinero, Seo Moon Jo miró su mano y dijo: - Bonita mano… ¿qué quieres? – Jong woo le gritó: - ¡Que me des dinero, joder! – Seo Moon Jo sonrió y sacó de su bolsillo un fajo de billetes, cogió dos y se lo extendió al chico, Jong woo iba a cogerlo, pero Seo Moon Jo fue más rápido y levantó el brazo con el dinero, preguntando: - ¿Y… yo qué recibo a cambio de esto? – Jong woo refunfuñó, pegó un salto y le arrebató el dinero de la mano, diciendo: - ¡Cállate, no te debo nada! ¡Déjame! – Jong woo se alejó de él de nuevo, yéndose hacia la puerta, Seo Moon Jo se asomó a la puerta de la pensión viendo cómo se alejaba y le gritó: - ¡Que lo pases bien, amor! – Jong woo se giró y le hizo un corte de manga, diciéndole: - ¡Que te den! – Seo Moon Jo empezó a reírse mientras el chico desaparecía de su vista.
Jong woo se adentró solo en el centro de la ciudad, caminando con las manos en los bolsillos, miró para abajo y le empezó a dar golpecitos con el pie, a una piedrecita del camino, jugueteando con ella mientras andaba, entreteniéndose.
Se detuvo en un establecimiento pequeño, donde servían todo tipo de sushi y algunas variedades más de comida.
Entró en el bar y se sentó en una de las mesas, esperando que alguien apareciese para servirle. En unos minutos, una chica camarera rubia, llamada Alexis se le acercó con simpatía a atenderle, él miró la carta unos segundos y enseguida se decidió por lo que quería, diciéndoselo.
En pocos minutos, la chica volvió a aparecer con su comida, dejándosela en la mesa, él sonrió agradeciéndoselo, la chica le devolvió la sonrisa, preguntándole: - ¿Eres nuevo por aquí? Nunca te había visto… - Jong woo asintió diciendo: - Sí, soy nuevo en este barrio y en este lugar, llegué ayer, aún no conozco este sitio así que espero acostumbrarme – Alexis dijo: - Verás que sí, que te acostumbras, esto es muy tranquilo, no te preocupes, se está bien, yo creo que este lugar te puede gustar, bueno… te dejo que disfrutes de la comida, qué aproveches – El chico sonrió y empezó a comer en cuanto la camarera lo dejó solo.
Disfrutó mucho de la comida, llenándose hasta hartarse incluso se quiso pedir de postre un helado.
Cuando terminó, se acercó al mostrador y pagó su cuenta, quedándose a hablar con Alexis. Se despidió de ella y salió, pero al instante recapacitó y volvió a entrar, diciendo: - Oye… Alexis, una pregunta – Alexis se acercó a él y el chico le dijo: - Mira, estoy buscando trabajo, tengo que pagarme las cosas, ¿sabes de alguien? – La chica sonrió y dijo: - Pues aquí mismo… necesitamos camareros, esto no remonta, ya ves que desde que tú entraste no vino nadie más. Aún no tenemos puesto ningún cartel pero si te interesa, el puesto es tuyo, ¿qué sabes hacer? – Jong woo nervioso y feliz, respondió: - Lo que sea, yo hago lo que sea con tal de librarme de… - No quiso terminar la frase, pero la chica preguntó: - ¿Librarte de quién? ¿Estás bien? – Jong woo respondió, intentando desviar el tema: - No, nada, perdón, estaba pensando cosas mías… entonces, ¿cuándo empezaría? – La camarera le dijo: - ¿Mañana? Si te parece bien, claro – Jong woo asintió agradeciéndoselo.
Se pusieron a cuadrar horarios, enseñarle la cocina y todo el bar, los precios, etc. Mañana a primera hora, empezaría a trabajar.
Salió de allí dando saltos de alegría, por fin podía separarse de ese psicópata mientras estuviera afuera trabajando, y lo más importante ya no iba a depender más de su sucio dinero.
Decidió irse a un parque, dio una vuelta y se sentó en uno de los bancos, empezando a disfrutar del paisaje y del sol, observando a las personas, los árboles, las palomas y los pájaros, etc.
Vio a una joven pareja a lo lejos, besándose y enseguida se le vino a la mente Ji Eun y se puso triste suspirando por un momento.
Se fijó en una fuente grande que había enfrente de él, echaba mucha agua y, algunos niños se acercaban a la fuente queriendo tocar el agua siendo interrumpidos por sus padres, que los quitaban de la fuente regañándoles, el chico sonrió.
Al cabo de un rato, se levantó, volviendo a caminar, saliendo del parque, cruzando la calle, se encontró un museo y decidió entrar por entretenerse.
Estuvo conociendo un poco el lugar, paseando de un lado a otro y así, la tarde se le hizo más amena, entretenida y tranquila, hasta que anocheció casi sin darse cuenta, llegando a ser casi las 21.00 de la noche.
Jong woo regresó a la habitación, algo cansado, Seo Moon Jo lo escuchó detrás de la puerta, se levantó y abrió la puerta, con rapidez, preguntando: - ¿Dónde estabas? Dijiste que sólo ibas a almorzar… - Jong woo se tiró en la cama y respondió: - Me entretuve por ahí, no tengo por qué darte explicaciones – Seo Moon Jo asintió y dijo: - Iba a bajar a cenar, ¿vienes? – Jong woo se levantó, suspiró y respondió: - Sí, venga vamos, me tengo que acostar pronto, mañana madrugo – Seo Moon Jo cerró la puerta y le preguntó: - ¿Mañana? No hay que hacer nada – El chico sonrió diciendo: - Tal vez tú no, pero yo sí, encontré un trabajo, así que ya no tienes por qué preocuparte por darme tu dinero, por fin me libraré de ti durante largas horas… - Seo Moon Jo entristeció y dijo, serio: - No me gusta eso… - Jong woo se rio diciendo: - Es lo que hay, vete acostumbrándote a no verme durante unas horas – Seo Moon Jo se enfadó y le pegó un empujón, adelantándose en la cocina para cenar.
Se sirvió su comida y se sentó en otra mesa sin dirigirle la palabra sin siquiera mirarlo. Jong woo se sirvió la comida y se sentó en otra mesa, mientras lo miraba desde lejos, y susurró: - Veo que te jode… sabes que ya no puedes controlarme – El chico sonrió mirándolo.
Al día siguiente, la alarma del móvil de Jong woo empezó a sonar, para ir a trabajar. Seo Moon Jo lo abrazó diciendo: - Amor no te vayas… quiero estar contigo – Jong woo se separó bruscamente diciendo: - ¡Te he dicho mil veces que no me llames amor! ¡Suéltame! Tengo que ir a trabajar o llegaré tarde – El chico se levantó, comenzando a vestirse, peinarse y poniéndose los zapatos, Seo Moon Jo se incorporó en la cama cuando vio que estaba apunto de marcharse, y le preguntó: - Espera, ¿no desayunamos juntos? – El chico abrió la puerta, y lo miró diciéndole: - Desayunaré allí mismo, no quiero llegar tarde y, además me quiero quitar de tu lado… ¡me agobias! – Cerró la puerta y se dirigió al trabajo.
Seo Moon Jo miró su móvil, eran las 7 de la mañana, se volvió a tumbar en la cama, tapándose con recochineo con la manta diciendo: - ¿Y ahora yo qué hago…? – No podía soportar la idea de estar separado del hombre al que amaba y éste tanto le odiaba. Lanzó un fuerte suspiro cerrando los ojos.
Se levantó, se vistió, abrió la puerta y se dirigió a desayunar.
En la cocina había varios inquilinos, intentó hacer plática con ellos por entretenerse, pero como no le conocían le hacían muecas sin saber qué responder o directamente se iban a otra mesa para no ser molestados. Seo Moon Jo al ver sus reacciones, susurró irónicamente: - Se ven muy simpáticos… qué fastidio, qué aburrimiento de pensión… - Terminó de desayunar. Se dirigió hacia donde estaba Kim la casera, y la saludó, intentando entablar conversación con ella, la casera al verlo solo por ahí sin saber qué hacer, le preguntó: - Oye, ¿y tu novio? ¿no está contigo? – Seo Moon Jo suspiró y apoyándose en el mostrador, respondió: - No, no está conmigo, él consiguió un trabajo, ya sabe no puede depender siempre de los demás… así que nada, me quedé aquí solo y estoy aburrido – Kim sonrió y dijo: - Ay qué bueno, que encontró trabajo, me alegro mucho por él, sé que le echarás de menos, pero poco a poco verás como todo va a ir a mejor, ¿estarás contento por él, no? – Seo Moon Jo fingió una sonrisa de felicidad plena y respondió: - Sí, muchísimo… - Kim sonrió diciendo: - Eres su pareja, debes de apoyarlo – Seo Moon Jo asintió no muy convencido. La casera lo miró y le dijo: - Oye, ¿me dijiste que estabas aburrido? Se te ve fuerte, ¿me podrías ayudar con estas cajas, por favor? Necesito llevarlas dentro de mi casa, me harías un gran favor – Seo Moon Jo sonrió, asintiendo, cogió las cajas y fue llevándoselas una a una, al sitio donde le indicaba la señora.
Sólo faltaba una caja, Seo Moon Jo la agarró y vio que estaba un poco abierta, quiso saber que tenía dentro, metió el dedo y separó un poco la solapa de la caja, para ver lo que contenía, entre todas las cosas pequeñas y grandes que había dentro, pudo divisar un arma de fuego, es decir una pistola, Seo Moon Jo abrió aún más los ojos, tragó saliva y miró a la mujer. Cerró la caja cuando vio que la mujer se acercaba, y le volvía a indicar su sitio, Kim le dio las gracias, Seo Moon Jo no dejaba de mirar la sospechosa caja y, preguntó: - Em… ¿no quiere que le ayude a abrir las cajas y colocar sus cosas? Son muchas cajas… - Kim respondió: - Oh no, gracias, no se preocupe, no pasa nada, de eso ya me encargo yo – Seo Moon Jo siguió intentándola convencer, por averiguar qué más cosas había en esa caja y qué oscuro secreto escondía Kim, ¿sería como él? Hasta que consiguió convencerla, empezaron a colocar todas las cosas de las cajas, pero Kim ni siquiera llegó a tocar la sospechosa caja, terminaron con todas menos ésa, Kim dijo: - Ea, pues ya está todo, muchas gracias… - Seo Moon Jo se mordió la lengua y miró la caja sospechosa, preguntando: - ¿Y esa caja? ¿no quiere que le ayude con esa? – Kim respondió: - No, déjalo, ya puedo yo con ella, son cosas más privadas… - Seo Moon Jo rechistando respondió: - Bueno pues nada, si necesita más ayuda, no dude en contar conmigo, para lo que necesite… si tiene algún problema o necesita desquitarse de algo o alguien, no dude en avisarme… - La casera frunció el ceño y preguntó: - ¿Qué? No te entiendo hijo, qué palabras más raras usas… no sé lo que me estás queriendo decir, pero sí, cualquier cosa que necesite yo te aviso, no te preocupes – Seo Moon Jo sonrió de oreja a oreja y dijo: - Sería un honor y un placer… hasta más tarde, señora –
Llegó hasta su habitación, cerrando la puerta con llave, intentando procesar lo que había visto, no dejaba de reírse diciendo: - Estoy salvado, tengo a una de las mías, no me lo puedo creer… Kim, Jong woo y yo veremos el mundo arder, me encanta, es genial, ¡es todo genial, es perfecto! – Al nombrar a Jong woo se acordó de él, recordando que no estaba y se puso triste, necesitaba verlo, no podía más, se levantó y empezó a rebuscar entre sus cosas, debajo del ordenador, una de sus maletas, algo que le diese como pista dónde podría estar trabajando, hasta que en uno de los bolsillos de su pantalón asomaba un papel doblado, lo cogió y vio que era de un bar en el que servían sushi, no sabía a ciencia cierta, si era ahí dónde estaría trabajando pero, lo pensaba averiguar yendo hasta allí.
Colocó las cosas tal y como estaban, para no levantar sospechas, se vistió y se marchó de la pensión.
Llegó hasta el bar, deteniéndose enfrente, en mitad de la calle observando a través del cristal, pudo divisar la figura de Jong woo atendiendo a los clientes y sonrió, diciendo: - Aquí estás amor, te pillé… -
Entró con decisión, saludando al personal, Jong woo en ese momento entró en la cocina por lo que no pudo verle.
Seo Moon Jo se sentó en una de las mesas y empezó a ojear el menú que venía en la carta, esperando que le atendiesen, mientras miraba de reojo la cocina por si salía el chico. Jong woo salió de la cocina, hizo algo en el mostrador y volvió a entrar en la cocina.
Una de las camareras, justamente Alexis, se acercó a él para atenderle diciéndole, con una sonrisa: - Buenos días, señor, ¿qué se le ofrece? – Seo Moon Jo miró la cocina y miró a la chica, le sonrió y le dijo: - Si no le importa, prefiero que me atienda ese chico tan guapo, que acaba de entrar en cocina… - La chica sonrió y preguntó: - Ah, ¿lo conoce? ¿conoce a Jong woo? – Seo Moon Jo se mordió el labio y dijo: - Sí… es que es mi novio… ese chico tan mono llamado Jong woo es mi novio jeje – Alexis se quedó cortada y respondió sonriendo: - Vale, pues… ahora mismo le aviso… - Él asintió.
La chica se metió en cocina, acercándose a Jong woo diciéndole: - No me dijiste que tenías novio… - Jong woo la miró confundido y respondió: - ¿Qué? ¿Cómo que novio? No, yo estoy soltero, no soy homosexual… ¿por qué lo dices? – Alexis giró los ojos hacia arriba y dijo: - Venga ya, no me mientas, tu novio está aquí, quiere que le atiendas… sabe tu nombre y todo… - Jong woo abrió los ojos, imaginándose ya quién podría ser y soltó: - ¡¿Qué?! ¡Joder, esto es increíble! ¡No me jodas! – La chica frunció el ceño y preguntó: - ¿Qué dices? – Jong woo dijo: - No es contigo, tranquila… ahora voy – Soltó el trapo de la cocina de mala gana y salió de la cocina.
Vio a Seo Moon Jo sentado en una de las mesas, se acercó a él, gritándole: - ¡¿Qué mierdas haces aquí?! ¡¿Me estás siguiendo?! – Seo Moon Jo al verlo, se levantó sonriendo y le dijo: - Hola amor, ¿qué pasa? ¿no te alegras de verme? Solo quería darte una sorpresa, quería verte… - Jong woo le gritó: - ¡Déjame en paz, fuera de aquí! – Alexis se asomó y se acercó diciendo: - Jong woo tranquilo, no formes ruido, molestas a las demás personas, por favor, estás trabajando – Jong woo miró a la chica y le cogió de las manos, para tranquilizarla y le dijo: - Alexis, escúchame él no es mi novio, yo no tengo novio – Alexis se soltó y preguntó: - ¿Ah no? ¿entonces quién es él? ¿por qué te dice amor? – Jong woo tragó saliva, mirando a Seo Moon Jo, que esperaba pacientemente su respuesta, quería saber lo que le respondía, Jong woo dijo: - Él es… un… él es… - Seo Moon Jo se puso serio y levantó las cejas, Alexis miraba al chico esperando respuesta, al ver que no respondía, dio un suspiro y dijo: - Jong woo, no hace falta que disimules, tienes novio y ya está, tranquilo, no vas a perder tu trabajo, ¿vale? – Jong woo respondió: - Pero es en serio, él no es… - La chica le cortó la frase, susurrándole: - De verdad es una pena que tengas novio, me gustabas mucho, creía que podría haber algo entre nosotros… - Seo Moon Jo agudizó el oído, lo que había escuchado, no le había gustado ni lo más mínimo, Jong woo entristeció al ver que la chica se alejaba, sin poderle decir la verdad.
Seo Moon Jo se levantó del asiento y dijo: - Amor, nos vemos en casa, se me quitó el hambre, además tengo cosas qué hacer… ¡Adiós! – Salió de allí rápidamente, Jong woo sospechó algo por su extraña reacción.
Seo Moon Jo uns vez alejado del local, empezó a decir: - Esta pretende robarme a mi chico, tengo que protegerlo… él es mío… creo que es hora de retomar mis quehaceres –
Por el camino, fue haciendo recuento de todos los materiales que necesitaba, era más difícil de lo que pensaba, pues en el edificio Edén ya lo tenía todo e incluso ayudantes, como los gemelos y la señora de la pensión, y además le faltaba lo más importante, su sala de operaciones, su sala de trabajo, su laboratorio… Seo Moon Jo se quejó por todo el trabajo que tenía por delante. Necesitaba ayuda y, solamente contaba con Jong woo, y esa extraña Kim, si lo que vio y pensó era cierto, también podría contar con su ayuda.
Aparte de eso, tenía otro problema, el dinero se le acabaría en cualquier momento, por más que rechazaba esa idea sabía que tenía que encontrar un trabajo como sea, Jong woo no le prestaría ni un centavo de lo mucho que lo odiaba.
Empezó a pensar en lo más básico, antes de meterse en comprar herramientas y demás, primero tendría que buscar un local para él, algún local que no resultase demasiado sospechoso, pero… ¿dónde empezar a buscar?
Seo Moon Jo cogió su móvil y llamó a Jong woo, éste se molestó, pero él hizo caso omiso y le dijo: - Espero que estés preparado, necesito de ti, pequeño, voy a retomar mis obras de arte, ésas que tanto te gustaba a ti escribir sobre ellas… - Jong woo supo a qué se refería y respondió: - ¿Qué? ¿De qué estás hablando? ¡Olvídame, déjame en paz! ¡No te pienso ayudar en nada, psicópata de mierda! – Seo Moon Jo sonrió diciendo: - Lo harás, sé que lo harás, bebé… - Sin darle tiempo al chico de responder, le colgó la llamada. Alexis que estaba por ahí cerca, se acercó sonriéndole y le dijo: - ¿Tu novio te está dando problemas? – Jong woo la miró, resopló y enfadado gritó: - ¡Y dale, que no es mi novio, joder! ¡No es ni mi amigo! – La camarera respondió: - Okey, okey, perdón, no es tu novio tranquilo, no pasa nada… no te pongas así… entonces, ¿podremos quedar algún día para tomar algo, fuera del trabajo? – Jong woo suspiró y se tapó la cara, refregándose los ojos diciendo: - Perdón por haberte gritado, yo no soy así, lo siento, es que ese hombre saca lo peor de mí, perdón… y sí, acepto una salida contigo, cuando tú quieras, me vendría bien despejarme la verdad – Jong woo se quedó mirándola y le guiñó el ojo a la chica, sonriéndole, los dos se rieron, mostrándose Alexis algo tímida y sonrojada.
Seo Moon Jo pensó mejor en no comprar nada hasta encontrar el lugar para su sala de operaciones.
Se fue de regreso a la pensión, metido en sus pensamientos, en ese momento sonrió cuando alzó la vista viendo lo que había justo detrás de la pensión.
Tenía delante de él, una fábrica abandonada, medio en ruinas, no estaba vallada por lo que era perfectamente accesible. Se acercó al lugar preparado para entrar, pero se detuvo al instante, mirando a los lados, se acercaban personas y él acabaría siendo descubierto si lo ven entrando en ese lugar abandonado, así que pensó que sería mejor regresar a la noche e inspeccionarlo todo, de madrugada.
Por la tarde, después de comer, Seo Moon Jo se encontraba tirado en la cama, aburrido mirando al limbo, sin saber qué hacer, cuando escuchó una voz conocida saludando a Kim y, luego unos pasos acercándose a la habitación, Seo Moon Jo sonrió y levantándose, fue a abrir la puerta cuando Jong woo estaba cogiendo sus llaves, lo miró y dijo con ironía: - Qué alegría más grande volver a verte… - Seo Moon Jo sonrió y respondió: - Gracias, yo también te eché de menos… - Jong woo volteó los ojos, ignorándolo, mientras cerraba la puerta y se dirigía a su armario.
Se cambió de ropa y de zapatos, se tiró en la cama, resoplando, cerrando los ojos, diciendo: - Estoy reventado… para ser el primer día, ha sido agotador, me duele todo… - Seo Moon Jo lo miró, sentándose en el borde de la cama y preguntó: - ¿Puedo hacerte un masaje? Si quieres, soy bueno en eso – Jong woo abrió los ojos y dijo: - ¿Tú? ¿hacer masaje? No, no, tú a mi no me tocas, déjame, estoy bien – Seo Moon Jo se acercó a él diciendo: - Venga… amor, no te preocupes, déjame demostrártelo, no seas malo conmigo, sólo es un masaje, te encontrarás mejor – Jong woo lo miró, suspiró y dijo: - Bueno… supongo que me vendrá bien, está bien… pero ten cuidado con lo que haces y dónde tocas… - Seo Moon Jo se colocó y respondió: - Confía en mi… relájate – Jong woo se rio irónicamente diciendo: - Sí como para confiar en un asesino psicópata haciendo un masaje, esto es de locos - Seo Moon Jo empezó a reírse, Jong woo se quitó la camiseta, Seo Moon Jo se mordió el labio, mojándoselo, y dijo: - Uf… bueno vamos allá – Jong woo se relajó, cerrando los ojos, boca abajo.
Seo Moon Jo se sentó encima de su trasero, para poder llegar bien a toda su espalda, empezó a hacerle un masaje con los dedos y las manos.
Jong woo tragó saliva, algo raro pasaba, el roce con la cama provocado por los movimientos de los masajes y el roce de Seo Moon Jo moviéndose para llegar bien a toda su espalda, lo estaban excitando y además esos masajes le estaban gustando, le estaban provocando, intentó ignorarlo, no pensar en nada, dejar la mente en blanco, pero no podía, y sin querer soltó: - Madre de dios… - se agarró con fuerza a las sábanas por lo que estaba sintiendo, Seo Moon Jo al escuchar esa frase, sonrió sin darse cuenta de nada y dijo: - ¿Ves? Te dije que era bueno en los masajes, relájate – Jong woo no le escuchó, en ese momento estaba concentrado en lo que estaba pasando, no quería que se le escapase ningún gemido, pues no quería aceptar que eso en realidad le estaba gustando y para colmo, con esos roces su mente empezó a volar, imaginándose teniendo sexo con Seo Moon Jo después del masaje y eso le producía más morbo, más excitación y más problemas para evitar no gemir.
Jong woo no podía más, sentía que en cualquier momento se iba a correr y él lo notaría, antes de que eso pasara, gritó: - ¡Para… joder… para, por favor! ¡Basta! – Seo Moon Jo se detuvo, frunció el ceño y preguntó: - ¿Qué te pasa? ¿Hice algo mal? Venga, te está yendo bien, estás mejor de la espalda, relájate… - Volvió a continuar el masaje, pero Jong woo se incorporó tirando a Seo Moon Jo a la cama, gritando: - ¡He dicho que pares, joder! ¡Déjame en paz! ¡No quiero que me vuelvas a dar ni un masaje! Me voy al servicio – Seo Moon Jo se quedó en silencio, en la cama, sin comprender nada, mirando cómo Jong woo salía de la habitación, para ir al servicio.
Jong woo llegó al servicio con la cara descompuesta, se alegró de no ver a nadie, por la excitación que llevaba en ese momento. Se miró abajo, tenía una erección, se apoyó en el lavabo, con las manos y agachó la cabeza diciendo: - ¿Cómo es posible? Dios… he estado apunto de correrme… - Se refregó la cara, con las manos intentando procesarlo todo y gritó: - ¡Joder! – Se quedó en silencio durante unos segundos, volviendo a aparecer por su mente su fantasía con Seo Moon Jo, sin querer, Jong woo movió la cabeza, haciendo desaparecer esa imaginación, resopló preguntando: - ¿Por qué me tiene que pasar esto a mí? y encima esta mierda no se baja… - Miró afuera del baño, no había nadie por los pasillos, se metió en una de las cabinas del servicio, tragó saliva y empezó a tocarse, por encima del pantalón del pijama, cerró los ojos apoyándose en la pared y, enseguida su mente volvió a imaginarse cosas, se mojó el labio, tragando saliva y poco a poco, se fue metiendo la mano por dentro del bóxer, empezándosela a mover, imaginándose a Seo Moon Jo con él en la cama, dándole placer mientras le ahorcaba con esas grandes manos, enseguida empezó a gemir sin poderse controlar, subiendo la intensidad de su mano mientras por su mente pasaban mil escenas con él, siguió dándose placer hasta tener un orgasmo muy profundo, corriéndose en su propia mano. Suspiró con los ojos cerrados, quedándose unos minutos descansando en la pared, se subió el pantalón, salió de la cabina vigilando que no hubiese nadie, y se acercó al lavabo a lavarse las manos, negándose y diciendo: - Esto está mal, muy mal… no puede volver a repetirse… ¿qué me está pasando? –
De repente, Seo Moon Jo apareció en el servicio, preguntando: - Pequeño… ¿estás bien? Me has preocupado… - Jong woo lo miró y respondió: - Sí, estoy bien, sólo que… no me vuelvas a dar ni un masaje más – Jong woo salió del servicio, después de secarse las manos, Seo Moon Jo lo siguió preguntándole: - Pero, ¿qué ha pasado? ¿me puedes explicar? – Jong woo sin mirarlo, le dijo: - No tengo por qué darte explicaciones – Seo Moon Jo respondió: - Okey, tranquilo… - Jong woo se fue de allí, Seo Moon Jo volvió al servicio.
Jong woo se dirigió al salón principal, iba distraído por el pasillo cuando su pie tropieza con algo, mira al suelo y ve una navaja, cerrada, abrió los ojos, preguntando: - Pero… ¿qué? – Miró a los lados y vio que se acercaba alguien, se agachó disimulando colocar sus calcetines y rápidamente, se guardó la navaja en el bolsillo, siguiendo su camino como si nada.
Ya en la sala, se sentó en el sofá con algunos inquilinos, entreteniéndose con el televisor.
Seo Moon Jo entró en el salón, y sentándose en el sofá con él, le dijo: - Creí que estabas en la habitación… - Antes de que el chico respondiese, Kim entró en el salón, algo alterada, no sabía a quién dirigirse, miró a Seo Moon Jo y al chico, acercándose a ellos, y le preguntó: - Chicos, ¿habéis encontrado algo… por los pasillos? – Jong woo ni respondió, tragó saliva, sin mirar siquiera a la casera, simulando ver la televisión y, hacer oídos sordos, como si el programa de la televisión le resultase muy interesante, Seo Moon Jo preguntó: - ¿Algo como qué? – La casera respondió, titubeando: - Pues… una cosa… es que se me ha caído al suelo… - Seo Moon Jo se negó y luego miró al chico, que seguía sin querer prestar atención, y respondió: - No hemos visto nada, ¿verdad amor? – Jong woo nervioso, tragó saliva, tosiendo diciendo: - No… no hemos visto nada, no hay nada… - Kim asintió y siguió preguntándoles a los demás inquilinos, al no haber conseguido nada, se alejó de allí.
Jong woo miró para abajo, temblándole las manos, Seo Moon Jo le tocó el brazo y sintió sus temblores, se extrañó y preguntó: - Amor… ¿qué te pasa? Estás temblando… - Jong woo tragó saliva, metiéndose la mano en el bolsillo y sujetando la navaja con fuerza, sin querer sacarla, susurró: - Bueno… es que… yo sí encontré algo… tengo miedo… - Seo Moon Jo lo miró sorprendido y preguntó: - ¿Qué? ¿Qué es lo que encontraste? – El chico sacó su mano temblorosa, se lo enseñó, y dijo: - ¿Qué hago ahora? Tengo miedo… - Seo Moon Jo abrió los ojos, boquiabierto y se lo arrebató con fuerza, escondiéndoselo en el bolsillo diciendo: - Joder… esto era lo que ella buscaba, mis sospechas parecen aún más ciertas… - Jong woo frunció el ceño y preguntó: - ¿Cuáles sospechas? ¿De qué hablas? – Seo Moon Jo se recolocó en el asiento, mirando la televisión, cruzándose de brazos y respondió: - Ya te explicaré… contéstame a una pregunta, ¿por qué razón cogiste eso? Lo podías haber dejado en el suelo… - Seo Moon Jo lo miró, y Jong woo miró hacia abajo sin saber qué responder, no tenía intención de matar a nadie, ni siquiera a Seo Moon Jo porque si lo hacía, él podría revertirlo hacia otra persona, entonces… ¿por qué lo cogió del suelo? No sabía qué responder, sólo se quedó callado, Seo Moon Jo sonrió y se acercó a su oído, susurrándole: - No has podido evitarlo, eres igual que yo… y eso me gusta… todo esto es gracias a mi… - Jong woo lo miró y luego desvió su mirada al suelo, Seo Moon Jo se rio, queriéndolo abrazar, pero él se separó de Seo Moon Jo.
Al caer la noche, cuando todos dormían, Seo Moon Jo estaba despierto, era la hora perfecta para inspeccionar la fábrica. Se acercó a Jong woo y le susurró: - Quiero enseñarte algo, tiene que ser ahora, ven conmigo… - El chico se dio media vuelta, en la cama, tapándose con la manta, y respondió: - Duérmete ya, déjame por favor, en unas horas trabajo, quiero dormir… - Seo Moon Jo sonrió, le dio un beso en la frente sin que él se diese cuenta y lo tapó un poco más.
Se vistió, poniéndose los zapatos, cogió su linterna y se fue de allí.
Llegó a la fábrica abandonada, encendió la linterna y empezó a caminar por todos los rincones.
La fábrica era grande y muy profunda, en algunos sitios se podía notar la humedad e incluso en algunos lugares caían gotas de agua.
Tenía varias salas, algunas más pequeñas y otras, más grandes. En algunas, aún había muebles y objetos, cubiertos de polvo, y telarañas, algunos objetos estaban oxidados.
Parecía no haber nadie, pero de repente, detrás suyo escuchó algo caer como hierro o algún metal pesado, Seo Moon Jo frunció el ceño y miró para atrás, no había nadie, agudizó el oído, retrocediendo sus pasos al escuchar algunos murmullos provenientes de una de las salas.
Cuando llegó a la puerta indicada, de donde provenían los ruidos, la puerta estaba cerrada, apagó la linterna y esperó un poco para acostumbrarse a la inmensa oscuridad, quería pillar de sorpresa a quien estuviese ahí sin necesidad de delatarse por la luz de la linterna.
Giró la manilla de la puerta con sumo cuidado y en silencio, encontrándose tras de sí a una mujer de espaldas, cuyo perfil se le hacía conocido y enseguida supo de quién se trataba, cogió su linterna encendiéndola y dijo: - ¿Kim? ¿Señora Kim? ¿Qué hace usted aquí? – La señora de la pensión se sobresaltó, dándose la vuelta, con cara de susto y a la vez preocupada, diciendo: - Yo… yo escuché ruidos y entré a mirar… ¿y usted? – Seo Moon Jo escuchó unos quejidos inentendibles, pidiendo ayuda, se dirigió con la linterna, preguntando: - ¿Ruidos, eh? ¿Qué esconde, señora Kim? – Vio a un muchacho ensangrentado, en el suelo, atado de manos y pies, con la boca tapada, tendría la edad aproximada de Jong woo, Seo Moon Jo sonrió, dándose la vuelta, pero antes de que pudiese hablar estaba siendo apuntado por Kim, con un cuchillo muy afilado, dispuesta a matarle, diciendo: - Lo siento, no deberías haber venido… - Se fue derecha hacia él para apuñalarlo, pero él tuvo reflejos y la pudo detener, agarrándole la mano, respondiendo: - Kim, Kim, señora Kim, no me amenace que tiene todas las de perder conmigo… no sabe quién soy yo, ten mucho cuidado, se lo advierto… - Ahora fue Kim la que se asustó aún más, retirando el cuchillo y preguntando: - ¿Quién… es usted? – Seo Moon Jo cerró la puerta, vio una silla y se sentó en ella, cruzando las piernas, el chico malherido sin poder hablar, lo seguía con la mirada pidiendo auxilio, Seo Moon Jo lo miró riéndose y dijo: - Lo siento, no vine aquí a salvarte, yo estoy de su lado… - Kim frunció el ceño, preguntando: - ¿Qué? ¿Qué estás diciendo? Yo no te dije nada, ¿quién es usted? – Seo Moon Jo sonrió y dijo: - ¿Por qué cree que le dije si necesitaba ayuda, para deshacerse de alguien, que me avisara? Créeme, soy mucho peor que usted… en la pensión de donde vengo, no quedó nadie vivo y, si quedó, se chamuscó, incendié el edificio. Ya ves lo peligroso que puedo ser… - Kim tragó saliva y preguntó: - Está bien… ¿y qué quiere? – Seo Moon Jo sonrió, levantándose de la silla, acercándose a ella y respondió: - Unirme a ti, pero con una condición… yo mando y aquí se hace lo que yo diga, me debes respeto, y además, conmigo serás más fuerte… - Kim asintió y Seo Moon Jo le estrechó la mano.
Seo Moon Jo preguntó: - ¿Y bien? Necesito una sala expresamente para mí, ¿sabes de alguna? - Kim salió de la sala con él, cerrando la puerta, dirigiéndose a una de las salas, diciéndole: - Se pueden usar las que quieras, pero para tus cosas, ésta es la más grande si necesitas herramientas y hacer cosas en ella… - Abrió la puerta, mientras Seo Moon Jo entraba al lugar inspeccionándolo todo, luego asintió y dijo: - Me parece perfecto – Salió de la sala, Kim se quedó pensando y le preguntó: - ¿Le puedo hacer una pregunta? ¿ese chico… Jong woo, es en realidad su novio? Es muy extraño al igual que usted, no parece realmente su novio… - Seo Moon Jo se rio y respondió: - No, no es mi novio, su mente la manejo yo, pero… procura ponerle una mano encima y se las verá conmigo… me he enamorado de él, a raíz de todo esto. El chico es mío y tienes prohibido tocarlo, de controlarlo ya estoy yo – La señora de la pensión asintió.
Había sido un día largo y, Seo Moon Jo decidió ir a descansar, quería ver a su amor antes de que se marchase a trabajar.
Pasaban los días.
Seo Moon Jo empezó poco a poco a comprar cosas y reorganizar su sala, con sus muebles, armarios, herramientas, armas, etc e incluso compró un pequeño laboratorio, tenía que ser exactamente igual o mejor que su sala del edificio Edén.
Todo lo hacía por la noche, con ayuda de Kim y sin ella, nadie sospechaba nada, ya que donde Kim y Seo Moon Jo tenían sus salas, estaba más profunda de lo que la gente podría imaginar, tuvieron precaución en eso, para no ser descubiertos.
Sin darse cuenta, pasó un mes.
Últimamente, Seo Moon Jo notó que Jong woo tardaba más de lo habitual, en regresar del trabajo, incluso a veces volvía de noche.
Una de las veces, cuando llegó Jong woo ya anochecido, Seo Moon Jo le preguntó, mientras él se disponía a cambiarse: - ¿Tanto trabajas, últimamente? – Jong woo respondió: - Yo salgo a mi hora de siempre, pero me doy una vuelta por ahí, después del trabajo… - Seo Moon Jo frunció el ceño y preguntó: - ¿Tú solo, o vas acompañado? ¿no será con esa tal Alexis? – Jong woo lo miró y respondió: - Pues sí, mira, estoy con ella, somos pareja, no te lo he querido decir porque no te importa, es mi novia, y… ten mucho cuidado con ella, ni te atrevas a hacerle daño – Seo Moon Jo se señaló a sí mismo diciendo: - ¿Yo…? Si yo soy muy bueno, pero aún así te sigo recordando, tú me perteneces, eres mío… si tú haces cosas raras es porque yo te controlo… - Jong woo respondió mirándolo: - Déjate de tonterías, no te atrevas a tocarle ni un pelo – Seo Moon Jo dijo, estirándose en la cama: - En todo caso lo harías tú, ¡yo controlo tu mente… eres mío! – Jong woo respondió: - ¡Dios, qué agobio! ¡Déjame en paz! ¡y deja en paz a Alexis! – Seo Moon Jo asintió. Se levantó y preguntó: - Voy a cenar… ¿vienes? – El chico asintió y bajaron a cenar.
Pasó algún tiempo.
Jong woo y Alexis se encontraban paseando por un parque, hablando abrazados, mientras Seo Moon Jo andaba en una esquina, escondido, espiándolos y siguiéndolos.
En ese instante, la parejita se detuvo en un estanque donde había muchos peces, había un cartel en el estanque en el que ponía que, estaba prohibido bañarse o meter la mano, ya que en el estanque había peces algo peligrosos. Seo Moon Jo sonrió de oreja a oreja, al ver a la chica asomarse al estanque, Jong woo estaba detrás de Alexis sujetándola por la cintura y como si de un acto reflejo se tratase, cambió su mirada y sus facciones, empujando a Alexis dejándola caer al agua, y directamente se alejó de allí sin ayudarla y sin mirar atrás, desapareciendo de allí.
Seo Moon Jo se empezó a reír, salió de su escondite, acercándose al estanque viendo a Alexis: - Señorita, ¿qué hace ahí? – La ayudó a sacarla del estanque, y luego preguntó: - ¿Qué le ha pasado? ¡ay! Usted es la del bar que vende sushi, ¿no? – Alexis salió con ayuda de él, remangándose la ropa, que estaba chorreando, y asintió, respondiendo: - Sí, soy yo, no sé lo que ha pasado, estaba con mi novio, y alguien me empujó, aunque no creo que fuese mi novio, pero no sé por dónde se fue… ¿lo ha visto? – Seo Moon Jo frunció el ceño y dijo: - ¿Su novio? Así que Jong woo y usted están juntos, ¿no? siento por lo que ha pasado… - Alexis lo miró diciendo: - ¿Cómo sabe que Jong woo y yo estamos saliendo? No he dicho su nombre, ¿te lo dijo él? – Seo Moon Jo sonrió y dijo: - Oh no, él no me dijo nada, no me cuenta esas cosas, sólo… lo deduje por la forma en que se miraban el primer día… y supuse que a lo mejor era Jong woo… - Alexis dijo: - Supones bien… ay, mi ropa está toda mojada, y vivo bastante lejos de aquí, no sé qué hacer, me voy a resfriar… - Seo Moon Jo respondió: - Si quiere, la pensión donde vivo está cerca, quizá la casera de la pensión te pueda prestar algo de ropa y, ya de paso, a lo mejor alguien te puede llevar en coche… - Alexis se negó diciendo: - No, déjalo, da igual… no quiero ser una molestia – Seo Moon Jo respondió, sonriendo: - Venga vamos, no es molestia ninguna, no te preocupes – Los dos se dirigieron a la pensión, pero Seo Moon Jo fue más listo y la llevó por el camino que daba a la otra parte de la fábrica abandonada. Al llegar a la fábrica abandonada, Seo Moon Jo se detuvo, fingiendo haber escuchado algo y preguntó: - ¿Oíste eso? – Alexis miró y respondió: - No, no escuché nada… - Seo Moon Jo se asomó a la puerta diciendo: - Proviene de ahí, ¿qué será? ¿me permite ir a investigar? Es que escuché algo, nunca se suele escuchar nada, ¿me puede esperar un segundo? – Alexis levantó una ceja, algo encogida por la ropa mojada diciendo: - No, no te preocupes, ve a mirar, sólo no te tardes, tengo frío… - Seo Moon Jo asintió y entró en la fábrica abandonada, llegando hasta su sala. Abrió la puerta, diciendo: - Esta chica es tonta… - Se sentó en una de sus sillas, esperando y haciendo tiempo para que la chica entrara por si sola.
Alexis, cansada de esperar, se asomó preguntando: - ¿Señor? ¿Hola? Me estoy congelando… - Alexis puso un pie en la fábrica, con mucho cuidado de no tropezar y empezó a caminar, buscándolo por todos lados, diciendo: - Señor… ¿dónde está? ¿sigue ahí? ¿Hola? ¿Hay alguien? – A medida que avanzaba, la fábrica se volvía cada vez más oscura, hasta tal punto en que no podía ver nada, no se daba cuenta que Seo Moon Jo estaba justo detrás de ella preparado para golpearle con un hierro muy pesado, la chica cayó al suelo al instante, con una brecha en la cabeza llena de sangre. Seo Moon Jo la cogió de los pies y se la llevó a una de las salas, atándola de manos y pies en una columna, colocó sus dedos en su muñeca para averiguar si tenía pulso, efectivamente no había señal de vida, se la había cargado radicalmente, sonrió de oreja a oreja y susurró: - ¡Jong woo es mío! – Luego, cerró la puerta, se fue a su otra sala, lavándose las manos. Cerró también la puerta y se largó de allí, dirigiéndose a la pensión como si nada hubiese pasado.
Entró en la pensión, vio a la señora Kim en el mostrador, le sonrió y se dirigió a la habitación.
Cuando entró en el dormitorio, se encontró con Jong woo, el cual no se acordaba ni que había estado con Alexis, el chico lo miró y preguntó: - ¿Dónde estabas? Llegué de trabajar y no te encontré aquí… - Seo Moon Jo se tumbó en la cama bostezando y respondió: - Se me está acabando el dinero… tengo que buscar algo de trabajo, ¿no crees? ¿o me vas a prestar dinero tú? – Jong woo frunció el ceño y dijo: - Eso tienes que hacer, buscar un trabajo tú, no te pienso prestar nada, el dinero lo estoy ganando yo trabajando, aporta tú también algo en vez de estar tumbado en la cama todo el tiempo – Seo Moon Jo respondió: - Eso hago… oye, ¿y Alexis? Yo pensé que estarías con ella… - Jong woo se negó diciendo: - No lo sé, le dije de quedar luego, pero me dijo que tenía cosas qué hacer, ya hablaré con ella mañana – Seo Moon Jo hizo el amago de reírse y luego irónicamente dijo: - Ah, qué pena… bueno, ¿hacemos algo juntos, esta tarde? ¿te apetece salir, pequeño? – Jong woo se estiró en la cama y respondió: - En realidad no, hemos tenido un día agotador… prefiero descansar… voy a dormir un poco, ¿te importa? – Seo Moon Jo sonrió, negándose y le dijo: - Duerme lo que quieras, pequeño… descansa – Le tapó con la manta y lo acarició, el chico se removió diciéndole: - No me toques… déjame en paz… - Seo Moon Jo sonrió. Apagó la luz y salió de la habitación.
Pasó 1 año desde lo de aquello.
1 año viviendo en la pensión, 1 año y aún nadie sospechaba nada.
Seo Moon Jo le explicó el secreto de la señora Kim, le enseñó la fábrica abandonada y su sala de operaciones, con el tiempo Jong woo se dio cuenta de que Seo Moon Jo volvió a controlar su mente para poder matar a Alexis, sin embargo, esto no le causó tanta furia en él, ya no… y justamente Jong woo sabía el por qué. Sus sentimientos hacia Seo Moon Jo estaban cambiando, y aun así él se negaba a aceptarlo. Sus sentimientos empezaron a cambiar a raíz de que Seo Moon Jo le dio ese extraño e incómodo masaje.
Uno de los días, Jong woo estaba trabajando mientras que Seo Moon Jo se aburría en la habitación, se había vuelto a comprar su pelotita de tenis para poder entretenerse, y estaba jugueteando con ella, lanzándola a la pared y cogiéndola, resopló y miró su móvil, diciendo: - Todavía queda para que venga mi amor… que aburrimiento… - Se tumbó en la cama y esta vez iba golpeando el techo con la pelota, cayéndosele varias veces al suelo, hasta que una de las veces la pelota se le coló debajo de la cama.
Seo Moon Jo se levantó, agachándose y mirando debajo de la cama, cogió la pelota y vio en el suelo, en el lado de Jong woo, un pequeño cuaderno negro. Seo Moon Jo frunció el ceño, se levantó y se fue hacia el otro lado de la cama, cogió la libreta y empezó a ojearla, Jong woo parecía que seguía escribiendo sus historias de crímenes, lo iba a dejar en el escritorio, pero, algo llamó su atención. En la otra parte del cuaderno, era como un diario escrito por Jong woo. Seo Moon Jo empezó a leer.
Jong woo decía que tenía un problema muy grande, se estaba enamorando de Seo Moon Jo por cómo lo trataba, por cómo lo cuidaba, y las cosas lindas que le decía, se daba cuenta cuando lo arropaba y le daba un beso en la frente, y eso le gustaba pero tenía miedo y se hacía el duro con él porque no quería aceptar que se estaba enamorando de él ya que podría tener el síndrome de Estocolmo, ese que se enamora de su propio secuestrador, aunque él no era realmente su secuestrador, sólo era un puto asesino psicópata, intentaba concienciarse de ello. Cada vez le costaba más hacerse el duro con él ya que no podía resistirse y, que el día del masaje le estaba excitando mucho por eso quiso detenerlo. Sabe que es un asesino, un asesino psicópata, no podría decir nada ni ponerse contra él, ya que en realidad él mismo también es un asesino, gracias o desgraciadamente a Seo Moon Jo. Jamás había pensado enamorarse de un hombre y menos enamorarse de un hombre que gobierna su mente y encima asesino. Ya no lo odiaba, no quería matarlo, porque se sentía bien con él, se sentía seguro, pero a veces le daba hasta cosa comportarse de esa forma con él, pero él jamás se podría enterar que en realidad lo amaba, porque entonces pensaría y sabría que ha ganado la batalla, que sí que lo ama, pero nunca le daría el placer de saberlo.
Seo Moon Jo se quedó sin palabras, tragó saliva carraspeando, se había puesto nervioso y eso era raro en él, cerró el cuaderno y preguntó: - Pero… ¿Cuándo escribió esto? Si no quería que lo viese, ¿por qué se lo dejó aquí? ¿Quizás se le cayó de su mochila? – De repente, escuchó las llaves entrando en la cerradura, Jong woo había venido más temprano de lo habitual, Seo Moon Jo se guardó el cuaderno debajo de su sudadera, Jong woo abrió la puerta, encontrándose con Seo Moon Jo, el chico preguntó: - ¿No tienes nada qué hacer? Siempre estás aquí… ¿no querías buscar trabajo? – Seo Moon Jo respondió: - Me da una pereza… mejor prefiero quedarme esperándote, si trabajo no te puedo ver… - Jong woo empezó a rebuscar entre sus cosas, un poco nervioso, miró debajo de la cama, miró en su armario, entre la ropa, Jong woo lo miró diciendo: - Eso es lo que quiero, no verte – Seo Moon Jo lo seguía con la mirada, sabía lo que estaba buscando, sonrió y preguntó: - ¿Seguro que no quieres verme? ¿Aún me odias? – El chico frunció el ceño diciendo: - ¿Qué mierdas estás diciendo? Claro que te odio, te odio mucho… déjame en paz, estoy buscando una cosa, que se me ha perdido… - Seo Moon Jo sonrió, sacó el cuaderno negro y preguntó: - ¿Buscabas esto, lindo? – Jong woo se giró, casi le da un infarto cuando vio su cuaderno en manos de Seo Moon Jo, fue para él para cogerlo, diciendo: - ¿Cómo tienes eso? ¿Qué haces con eso? ¡Devuélvemelo! – Seo Moon Jo levantó su brazo con el cuaderno, riéndose, y dijo: - ¿Por qué tendría que dártelo? – Jong woo respondió: - ¿Qué te crees? ¡Es mío, es privado! – Seo Moon Jo frunció el ceño diciendo: - ¿Privado, unas historias sobre crímenes? Tienes talento, ¿por qué ocultarlo? – El chico se quedó sin palabras y preguntó: - ¿Lo has leído… entero? – Seo Moon Jo mintió, respondiendo: - No, sólo leí algunas páginas… hasta que llegaste tú – Seo Moon Jo se lo devolvió y dijo: - Ten mucho cuidado donde dejas tus cosas, alguien podría leerlas, pequeño – Jong woo respondió, negándose: - No es interesante mis historias de crímenes… - Seo Moon Jo sonrió diciendo: - Eso no, pero… otras cosas… sí son muy interesantes para el que las lea… - Jong woo preguntó: - ¿A qué te refieres? Estás muy extraño… - Seo Moon Jo se rio diciendo: - ¿Tú también te sientes extraño, verdad? – El corazón del chico le palpitaba con fuerza, ¿qué insinuaba? ¿habría leído el diario? Fuese como fuese le ignoró, pero Seo Moon Jo veía que con cada insinuación Jong woo se ponía más nervioso y no quería ni mirarle a los ojos.
Jong woo se sentó en la cama para quitarse los zapatos, diciendo: - Menos mal que es fin de semana, mañana no trabajo… - Seo Moon Jo se le ocurrió una idea muy brillante, pensaba descubrir la verdad sí o sí, fuese como fuese.
Seo Moon Jo dijo: - Ah es verdad, ¿tienes planes para esta noche? ¿salimos a tomar alguna copa? ¿no pensarás quedarte encerrado todo el fin de semana? – Jong woo se quedó pensando y luego dijo: - La verdad es que me apetece dar una vuelta y en compañía… y no tengo a nadie, tengo ganas de divertirme un poco – Seo Moon Jo sonrió diciendo: - Estás con la persona correcta, venga, vamos a comer fuera, nos lo pasaremos bien – Jong woo se empezó a reír. Los dos se arreglaron y salieron de allí.
Por el camino, Seo Moon Jo le cogió de la mano a Jong woo, pero él se la retiró algo nervioso, sin decir nada.
Llegaron a un restaurante, y se sentaron en una mesa, un poco alejados de los demás, uno de los meseros se acercó y Seo Moon Jo pidió dos botellas de vino, del mejor vino que tuviesen y después de mirar el menú, pidieron el almuerzo.
Cuando se alejó, Jong woo preguntó, riéndose: - ¿Dos botellas? Nos vamos a emborrachar… - Seo Moon Jo se empezó a reír diciendo: - ¿Algún problema? Además, tengo que celebrar que mi chico ha aceptado pasar el fin de semana conmigo… - Jong woo se rio y dijo: - Tampoco te pases, no soy tu chico – Seo Moon Jo sonrió para decirle algo, pero el mesero vino con el pedido.
Empezaron a comer mientras hablaban, acabándose la primera botella, al terminar de comer. Jong woo no estaba muy acostumbrado a beber y estaba ya algo ebrio, Seo Moon Jo se mordió el labio y luego, preguntó: - Oh… ¿no me dirás que ya estás muy borracho? Nos queda una botella todavía… hay que acabársela… - Jong woo abrió la botella, y quería bebérsela de la botella, Seo Moon Jo se excitó con eso pero vio que estaba dando el cante, ya que la gente estaba mirándolo, tragó saliva y le quitó la botella diciendo: - Amoor, bebe con moderación, por favor, estamos en un restaurante… - Sirvió la botella de vino en las copas, mientras lo miraba, y de vez en cuando el chico desviaba la mirada. Se dispusieron a beber, copa tras copa, y mientras echaba lo poco que quedaba en la botella en las copas, Seo Moon Jo empezó a decir mirándolo: - ¿Sabes? Hay una frase que se suele decir mucho… y es que los borrachos y los niños siempre dicen la verdad, tú y yo ahora mismo estamos borrachos, quiero preguntarte algo… ¿estás enamorado de mí? ¿Me amas? – Jong woo se empezó a reír y bebiéndose la última copa, respondió: - ¡Sí, estoy enamorado de ti, te amo! ¿puedes creerlo? ¡Estoy enamorado de un puto asesino psicópata! – Todo el mundo se quedó mirando y Seo Moon Jo carraspeó, bajando su mirada, pensando que no era buena idea haberlo emborrachado fuera de la pensión. Seo Moon Jo sonrió y dijo: - Eso me halaga… pero baja el tono de voz… no sabes lo que dices… estás borracho, no soy ningún asesino… - Jong woo estaba fuera de control de lo ebrio que estaba, miró a Seo Moon Jo y le dijo: - ¿Por qué ya no me besas? Ese beso que me diste en la pensión Edén… ¿sabes? Me das miedo pero, a la vez me gustas mucho, no puedo remediarlo, no me puedo resistir a ti… - Seo Moon Jo se estaba poniendo muy nervioso, sabía que decía la verdad, lo veía en sus ojos, le gustaba todo lo que estaba diciendo, pero estaba dando el espectáculo delante de la gente. Se levantó de la silla y fue a pagar la cuenta, a lo que el chico lo siguió, diciéndole: - ¿Adónde vas? No te escapes de mí, como bien dices, soy tuyo y tú… eres mío… - Se agarró a su chaqueta porque estuvo apunto de caerse, pero Seo Moon Jo lo agarró del brazo, y dijo: - Anda, venga vámonos, no era buena idea venir aquí… - Lo cogió de la cintura, agarrándolo y se fueron del restaurante.
No se lo quiso llevar a la pensión porque ahí no tendrían intimidad ninguna y, quería disfrutar con él, hablar con él, reírse, mirarlo, etc y pensó en llevárselo a la fábrica abandonada, por lo menos ahí tendrían algo de privacidad y podían estar solos si Jong woo necesitaba desahogarse con su borrachera.
Entró con Seo Moon Jo en la fábrica, mientras el chico hablaba y hablaba, se estaba yendo más de la lengua.
Llegaron a la sala principal de él.
En esa sala, tenía su pequeño rinconcito de descanso un sofá de tres plazas, una mesa, una pequeña televisión y un frigorífico.
Cerró la puerta con llave y tumbó a Jong woo en el sofá y le quitó los zapatos, diciéndole: - Ponte cómodo, haz lo que quieras, estamos los dos solos – Él se sentó en el sofá, mientras Jong woo se incorporó, acercándose a él, diciendo: - Eso me gusta… siempre me gustó, los dos solos… solos tú y yo… - Seo Moon Jo lo miró y empezó a reírse, mordiéndose el labio, se acercó a él y preguntó: - ¿Así que me amas, no? ¿desde cuándo llevas deseando que te bese de nuevo? Creía que me odiabas… - Jong woo lo miró fijamente y agarró la corbata de Seo Moon Jo, tirando hacia él diciéndole: - ¡Me vuelves jodidamente loco… Moon Jo! – Se soltó de la corbata, riéndose, tirándose al sofá, Seo Moon Jo lo miró, mojándose el labio, lo había puesto nervioso haciendo ese gesto de la corbata, tragó saliva, se acercó más a él y empezó a besarle muy lentamente, haciéndole callar su risa, mientras se iba subiendo poco a poco encima de él.
Le fue dando suaves besos hasta llegar a su cuello, donde se concentró en besarlo, pasarle la lengua, morderle la oreja, volviendo a su boca para besarlo más agitadamente, susurrándole: - Y luego el malo soy yo… - Seo Moon Jo empezó a rozarse mientras lo besaba, por lo que el chico empezó a gemir, Seo Moon Jo le quitó la camiseta y fue besando su cuerpo, susurrando: - Me gustas demasiado, Jong woo… ahora sí eres mío y eso me gusta… me encanta… - Seo Moon Jo también estaba muy excitado, tenía ganas de más, siguió bajando besándolo llevado por la excitación, pero cuando llegó al pantalón se detuvo y miró al chico, estaba borracho sí pero tener sexo con él en su estado significaría aprovecharse de él y no quería, empezó a sentirse mal por lo que estaba haciendo con el chico, Jong woo al ver que se había parado, preguntó: - ¿Por qué te detienes? ¡Vamos fóllame! ¡Seo Moon Jo fóllame! – Seo Moon Jo tragó saliva y se negó, incorporándose, diciendo: - No, no voy a seguir, estás borracho, mañana me vas a odiar igualmente cuando lo recuerdes todo… no quiero que el alcohol sea lo que conlleve a esto… ponte la camiseta, nos vamos a la pensión – Le tiró la camiseta, levantándose del sofá y lo esperó, mirando para otro lado.
Jong woo se levantó, se puso la camiseta y dijo: - Moon Jo… ¡eres un aguafiestas! – Seo Moon Jo respondió, sin mirarlo: - Y tú estás borracho, no sabes lo que dices… no debería haberte emborrachado para saber la verdad… vámonos, venga – Jong woo empezó a decir, ignorándolo y sacándole la lengua: - Blah, blah, blah… - Seo Moon Jo suspiró, negándose y lo agarró de la cintura sujetándolo, mientras salía de allí, cerrando la puerta.
Al llegar a la pensión, Kim los vio y se acercó diciendo: - ¡Por dios! Pero… ¿qué ha pasado? – Seo Moon Jo respondió: - Lo emborraché, pero… mi jugada salió mal… en fin, me voy a la habitación – Kim se acercó para ayudarle y dijo: - Creo que necesita una ducha de agua fría, ven vamos al baño, si no la cogorza no se le va a quitar – Seo Moon Jo asintió.
Llegaron al baño y lo metieron en la ducha, con la ropa puesta y todo, Seo Moon Jo abrió el grifo del agua fría diciendo: - ¡Despéjate! ¡Despierta Jong woo, por favor! – Jong woo al sentir el agua fría, dio un respingo, mojándose por completo todo el cuerpo y la ropa, mientras empezaba a tiritar de frío.
Seo Moon Jo fue al dormitorio y cogió ropa limpia y seca, llevándosela al servicio.
Una vez ya de nuevo allí, le dijo a Kim que ya podía él, que los dejara solos. Kim se alejó.
Seo Moon Jo cerró el grifo y lo sacó, llevándoselo a un banco del baño, abrazándolo, poniéndole una toalla, encima diciendo: - Lo siento, amor… lo siento… sé que estás enamorado de mi y lo que dijiste sé que es cierto, pero no quiero que sea el alcohol lo que provoque lo nuestro… perdóname… - Jong woo recuperaba poco a poco su normalidad, y empezó a decir: - ¿Qué… qué dices? – Seo Moon Jo empezó a secarlo, sonrió y dijo: - Nada, tranquilo, estabas muy borracho, te he tenido que dar una ducha fría… venga vamos a vestirte… - Jong woo se sentía algo mareado, pero con cuidado se iba secando y vistiéndose con ayuda de Seo Moon Jo.
Una vez ya seco, Seo Moon Jo abrazó al chico y se fue del servicio al dormitorio. Lo acostó en la cama, lo arropó con la manta, dándole un beso en la frente, diciéndole: - Descansa un poco, pequeño, perdón por lo de hoy… te quiero… - Se cambió de ropa, ya que la de él también estaba algo mojada, y salió de la habitación, dejando descansar al chico.
Se acercó a Kim, apoyándose en el mostrador, refregándose los ojos y suspirando, la señora de la pensión le preguntó: - ¿Todo bien? – Seo Moon Jo asintió respondiendo: - Sí, está dormido… creo que me pasé… - Kim sonrió diciendo: - Bueno, no te preocupes, todo el mundo se recupera después de una buena borrachera… - Seo Moon Jo miró para abajo y movió los dedos, con nerviosismo mientras decía: - Bueno… eso no es lo que me preocupa… lo malo es que empiece a recordar… - Kim se quedó boquiabierta y preguntó: - ¿Qué has hecho ya? ¿Qué fue lo qué pasó? – Seo Moon Jo suspiró y respondió: - Lo emborraché para que me confesara sus sentimientos hacia mí, ya sabe que los borrachos y los niños siempre dicen la verdad, y lo soltó todo… acabamos liados en la fábrica, pero no quise llegar a más… ya sería aprovecharme de su estado… - Kim lo miró seria y dijo: - Hizo bien en parar… pero bueno al menos ya sabe lo que siente por usted, eso es bueno… - Seo Moon Jo asintió, la cabeza le daba vueltas, se tocó la cabeza, diciendo: - Kim… si no le importa, me echaré un rato en el sofá de la sala de estar, yo también estoy borracho, pero quiero que Jong woo descanse, ¿vale? – La señora de la pensión, asintió y le dio una manta, para que se tapase. Cogió la manta y se dirigió a la sala de estar, a dormirse un rato en el sofá.
Se hizo de noche, Jong woo se despertó solo en el dormitorio, se refregó los ojos, con un dolor de cabeza horrible, preguntando: - ¿Dónde estoy? Ah… estoy en la pensión… ¿por qué me duele la cabeza? ¿qué pasó hoy? – A tientas, buscó el interruptor de la lamparita, la mesita de noche y la encendió, miró para el lado, Seo Moon Jo no estaba, frunció el ceño y se incorporó, quedándose sentado mirando al limbo, intentando recordar algo del por qué le dolía tanto la cabeza. No conseguía recordar nada. Salió del dormitorio, buscando a Seo Moon Jo, no estaba por los pasillos, de lejos vio a la señora de la pensión haciendo cosas, se acercó a ella y preguntó: - Señora Kim… ¿ha visto a Seo Moon Jo? – Kim sonrió al verlo, y le preguntó: - ¿Cómo se encuentra? Me alegro que esté mejor de la borrachera… - Jong woo frunció el ceño y preguntó: - ¿Borrachera? Yo no bebo… no sé de lo que habla… sólo le pregunto si vio a Seo Moon Jo, ¿sabe dónde está? – La señora de la pensión, respondió: - Okey, Seo Moon Jo está durmiendo en el sofá de la sala de estar, no quería molestarlo, quiso dejarlo descansar… - Jong woo asintió y a duras penas se dirigió a la sala de estar, diciendo: - No entiendo nada, ¿de qué borrachera habla? ¿por qué no quería molestarme Seo Moon Jo? ¿qué está pasando? – Entró en la sala de estar, viéndolo profundamente dormido en el sofá, incluso roncaba, el chico se quedó en silencio, y sonrió mirándolo.
Seo Moon Jo dormía plácidamente, tenía un mechón de pelo, pegado en su cara, Jong woo se mordió el labio y acercó su mano para retirarle el mechón de su cara, su dedo rozó su cara pero él no detuvo su mano acarició su mejilla con el dedo hasta llegar a su barbilla, y mientras lo miraba, se fue acercando a su boca para besarlo, pero en ese momento Seo Moon Jo se despertó y Jong woo se separó carraspeando, mirando para otro lado, Seo Moon Jo sonrió y preguntó: - ¿Qué intentabas hacer? – Jong woo respondió: - Nada, te iba a despertar, pero te has despertado antes… tengo varias preguntas… ¿qué es lo qué ha pasado hoy? Dice Kim algo de una borrachera… - Seo Moon Jo sonrió explicándole, incorporándose, mientras Jong woo se sentaba en el sofá: - Amor, tranquilo, es fin de semana, salimos y bebimos mucho… eso es todo… no pasó nada más, no te preocupes – Jong woo asintió, echándose en el respaldar del sofá, Seo Moon Jo lo miró y probó suerte, diciendo: - Pequeño, ¿te puedo hacer una pregunta? – Jong woo asintió, con los ojos cerrados, Seo Moon Jo preguntó, mirándole: - ¿Te puedo… besar? – Jong woo abrió los ojos y respondió: - ¿Qué? ¿A qué viene eso? ¡Claro que no! ¡No empieces con tus tonterías! – Seo Moon Jo chasqueó la lengua y susurró en voz baja: - Tenía que probar… - Jong woo preguntó: - ¿Decías algo? – Seo Moon Jo respondió, negándose: - No, nada… - Los dos se quedaron en silencio.
A los tres días, Jong woo fue recordando poco a poco lo que pasó en la tarde del viernes. Se acordó de todas las palabras que le dijo, que eran todas ciertas, e incluso se acordó del momento en la fábrica abandonada, los besos, la excitación, etc.
Se tapó la cara con las manos, diciendo: - Mierda, mierda… ¿cómo es posible? Puto alcohol, puta borrachera, puto asesino psicópata… ¿qué me hiciste? –
Allí estaba él, de pie, en medio de su trabajo, hablando solo recordando cada escena de lo ocurrido.
La encargada del bar, lo vio ahí parado sin hacer nada y con el bar lleno de gente, le dio una palmada en el hombro, diciéndole: - ¿Qué haces? ¡Espabila! – Jong woo volvió en sí, pidiendo disculpas y se puso a trabajar, no muy concentrado.
Al terminar el trabajo, salió del local aun metido en sus pensamientos, de regreso a la pensión.
Suspiró y dijo: - Quiera o no, estoy enamorado de él… quizás debería aceptarlo y decírselo… y es que a veces me arrepiento de lo duro que soy con él por las cosas que le digo y él simplemente lo ignora y sigue siendo tierno, romántico, protector conmigo sin importarle que lo odie, pero… joder… es que ya no lo odio, lo amo, no puedo dejar de pensar en él, creo o no sé es un hombre realmente adictivo, me vuelve loco, me gusta demasiado… - Seo Moon Jo se encontró con Jong woo y, llevaba un rato detrás de él, pero no quiso decirle nada por todo lo que estaba escuchando, sonrió, mordiéndose el labio, se acercó a él como quien no escuchó nada, le tocó el hombro y le preguntó: - Amor… ¿con quién hablas? – Jong woo se sobresaltó al escuchar la voz de él detrás suya, y sonrojándose porque no sabía si lo había escuchado, miró para atrás y le respondió: - ¿Yo? Eem… no hablaba con nadie, ¿tú… de dónde vienes? – Seo Moon Jo lo adelantó, caminando para adelante y le preguntó: - ¿Ahora te interesa de donde vengo? – Jong woo se fue detrás de él, llegando a su lado y respondió: - No, no me interesa lo más mínimo, puedes hacer lo que te dé la gana, sólo que… no te esperaba que estuvieses detrás de mi… - Seo Moon Jo sonrió.
Llegaron a la pensión.
Pasaban los días y Jong woo sentía que no podía aguantar más, o se declaraba o reventaba por dentro, sabía que Seo Moon Jo había descubierto sus sentimientos a través del alcohol, pero tenía que decírselo de una vez por todas sin necesidad de estar borracho, aunque no sabía lo que podría suceder una vez que se lo hubiese dicho.
Pasaron dos meses.
Como cada mañana, la alarma del móvil despierta a Jong woo para ir a trabajar, pero Seo Moon Jo lo retiene, entre sus brazos, abrazándolo y atrapándolo, para que no se vaya. Jong woo suspira, quedándose mirándolo, todas las mañanas hacía lo mismo, nunca quería que se marchase, - Moon Jo, me tengo que ir a trabajar, suéltame, siempre igual – Le dijo Jong woo, intentando separarse de él, Seo Moon Jo chasqueó la lengua y, acercándose más a él, le respondió: - No… no te vayas… - Jong woo miró al techo, por él se quedaría pero tenía que ir a trabajar, volvió a mirarlo viendo que se había vuelto a quedar dormido, se fue levantando con cuidado hasta salir de la cama y arropó a Seo Moon Jo. Se vistió, cogió sus llaves y se fue a trabajar.
Dos horas después, Seo Moon Jo se despierta refunfuñando, por no tener a su lado al chico.
Se incorporó, refregándose los ojos, se vistió, y bajó a desayunar. Tenia toda la mañana por delante y estaba aburrido, así que cuando terminó de desayunar, pensó en ir a buscar algo de trabajo así se mantenía ocupado en la mañana.
Alrededor de las 13.30 horas de la tarde, Jong woo tenía descanso para comer, ya que tenía turno doble al haber faltado una compañera en el trabajo.
Jong woo miró la hora al salir del bar, yéndose a la pensión, quería ver a Seo Moon Jo, almorzar con él y hablar con él, no podía ocultarlo por más tiempo, tenía que decírselo sí o sí, lo necesitaba y sabía que era el momento, ya que estuvo toda la mañana pensando en él y en querer verlo.
Llegó a la pensión, acercándose a la puerta, algo nervioso, le temblaba todo el cuerpo, cogió las llaves, tragó saliva y abrió la puerta, dándose cuenta que Seo Moon Jo no estaba, cerró la puerta, preguntando: - ¡Joder! ¿y ahora dónde está el psicópata éste? – Esperó un poco en la habitación, sentado en la cama, mirando la puerta, el tiempo pasaba y él no llegaba, el chico miró su reloj, se le estaba haciendo tarde, y aun tenía que comer para volver al segundo turno, justamente ahora que estaba deseando verlo y atreverse antes de arrepentirse y Seo Moon Jo no aparecía.
Cogió una hoja de su cuaderno negro y empezó a escribir, pensándolo detenidamente: - Moon Jo soy Jong woo, estuve aquí esperándote para almorzar, porque quería hablar seriamente contigo, estaba deseando verte y atreverme a decirte que sí, que estoy enamorado de ti, que al final has conseguido lo que querías… tú ganas… no puedo dejar de pensar en ti, no me canso de mirarte, de quererte besar la boca, no me puedo quitar de la cabeza el momento que tuvimos en la fábrica abandonada, todas las cosas que te dije eran ciertas, me vuelves loco, y te pido perdón por haberme hecho el duro contigo, no quería aceptar estar enamorado de un asesino, aunque de todas maneras igualmente yo también lo soy por ti. Sé que me arrepentiré luego de todo esto, pero lo que sí sé es que me vuelves jodidamente loco, eres demasiado atractivo, demasiado adictivo, demasiado peligroso y eso me hace enloquecer y pensar más en ti, sin poderte quitar de mi cabeza. Te amo Seo Moon Jo, te amo. Hablamos luego. – Jong woo suspiró, lo colocó en la mesita de noche, se fue hacia la puerta para marcharse, pero antes de abrir la puerta, miró a la carta, regresó cogiendo la carta y resoplando dijo: - No puedo, no puedo… uf dios… - Iba a romper la carta pero se detuvo volviéndola a dejar en su sitio y, antes de volver a arrepentirse, salió corriendo de la habitación.
Salió de la pensión, sin darse cuenta que lo estaban siguiendo.
De repente, alguien le cubrió la cabeza, dándole un golpe por detrás dejándolo inconsciente en el suelo, siendo arrastrado por dos personas hacia una furgoneta.
Al cabo de dos horas, Seo Moon Jo regresó a la pensión, había encontrado trabajo en una oficina, no le hacía mucha gracia pero necesitaba dinero para poder seguir adelante ya que se le estaba acabando.
Entró en la habitación, viendo la carta encima de su mesita de noche, frunció el ceño, cerrando la puerta, preguntando: - ¿Y esto? ¿Dónde estará Jong woo? – Cogió la carta y se sentó en la cama.
La empezó a leer, sonriendo por cada palabra que le decía en la carta y poniéndose aún más nervioso, mordiéndose el labio con su mirada concentrada en esas palabras, terminó de leerla, sonriendo y dijo: - Pero bueno, ¿dónde se metió este chico? No me puede dejar así… necesito verlo, ¿dónde estarás, mi bello amor? – Se colocó el pelo sonriendo, estaba nervioso, muy feliz, por fin había conseguido su amor, no podía creérselo, en estos momentos quería gritar, saltar, llorar de felicidad, abrazarlo y comérselo a besos.
Pensó en ir a buscarlo al trabajo, seguro que estaría allí.
Cuando entró preguntó por él y la encargada le respondió que se fue a comer y no había vuelto, tendría que haber regresado a su puesto hace una hora y no fue así, que no tenían ni idea de dónde estaba.
Salió del bar, extrañado, quedándose en mitad de la calle, sin saber qué hacer o adónde ir, preguntándose: - Amor… ¿dónde estás? ¿por qué me haces esto? – El teléfono de Seo Moon Jo empezó a sonar, vio que era un número privado, él respondió a la llamada: - ¿Sí? – A lo que pudo escuchar la voz de Jong woo gritando y sollozando: - ¡Moon Jo… ayúdame, por favor… ayúdame! – Seo Moon Jo frunció el ceño preguntando: - Oye… ¿a qué juegas? Me dices que me amas y ¿me dejas así? ¿dónde estás? ¿estás llorando? ¿qué está pasando, amor? – Una voz desconocida para él, le respondió: - Si quiere ver a su enamorado vivo, nos tiene que entregar un millón de dólares. Si no acude a la cita con el dinero, recibirá a su enamorado por trozos. Haremos el intercambio en esta dirección. Más le vale aparecer con el dinero si quiere vivo al muchacho. Adiós – El desconocido colgó la llamada, escuchándosele a Jong woo llorar sin dejar de nombrar a Seo Moon Jo.
Seo Moon Jo entró en pánico, no tenía un millón de dólares, pero si sabía quién podría ser la causante del secuestro de Jong woo.
Regresó a la pensión, lleno de rabia y dando golpes, gritando: - ¡Señora Kim! ¿Dónde cojones está? ¡Señora Kim! - Kim salió asustada, diciendo: - ¿Qué ha pasado? ¿Qué son esos griteríos? – Seo Moon Jo respondió: - ¿Se cree que soy imbécil? ¡Le dije que Jong woo es mío, que yo me encargaba de él! ¡Juro que como le hagas daño, lo vas a pagar muy caro, señora Kim! ¡Devuélvame al chico! – Kim salió del mostrador, intentando tranquilizar a Seo Moon Jo diciendo: - Cálmese señor, yo no hice nada, no sé de lo que está hablando, no tengo ni idea de donde estará el chico, no lo sé… - Seo Moon Jo sacó la navaja, acercándose a ella, y agarrándola le dijo: - ¡O me devuelve al chico o le rajo el estómago aquí mismo! ¡Usted no sabe de lo que soy capaz! ¿Dónde está Jong woo? ¡Habla! – La señora de la pensión tragó saliva, asustada y respondió: - Está… está en la fábrica, en la fábrica abandonada… allí está… se lo juro… - Seo Moon Jo se guardó la navaja y se fue corriendo a la fábrica abandonada.
Recorrió todos los lugares y todas las salas de la fábrica y no había ningún rastro del chico, comprendió que Kim le había mentido, le dio una patada a una roca, gritando: - ¡Joder! – Empezó a llorar desconsoladamente, diciendo: - Jong woo… ¿dónde estás? No tengo un millón de dólares, no sé qué hacer… te necesito en mi vida… ¿dónde estás, pequeño? – Secándose las lágrimas, miró al suelo, vio las rocas y se le ocurrió una idea.
Fue a comprar una bolsa grande, estilo deportista de tela, regresó a la fábrica y empezó a meter algunas rocas dentro de la bolsa.
Entró dentro de la sala y en su pequeño laboratorio empezó a fabricar una bomba. Miró la hora, calculando el tiempo y la distancia que había hasta la dirección que le dijeron, activó la bomba con el tiempo exacto calculado, la metió con cuidado en la bolsa y la cerró, diciendo: - Espero que esto sirva… - Cogió la bolsa y se dirigió al lugar indicado.
En unos minutos, llegó al lugar, era un establecimiento de un supermercado abandonado.
Por una de las esquinas, apareció un hombre desconocido, más o menos de su edad o un poco más joven, lo miró riéndose y diciendo: - Veo que al gran asesino le importa mucho su chico… ¿traes el dinero? – Seo Moon Jo asintió, dejando la bolsa en el suelo, y respondió: - Primero el chico… - El hombre asintió, mirando a un lado y haciendo una señal, apareció la señora Kim agarrando a Jong woo, atado de manos, lleno de heridas y golpes, ensangrentado, con la boca tapada y llorando. Seo Moon Jo casi se muere al ver a su amor en ese estado, y gritó: - ¡Señora Kim! ¡Hija de puta! ¡Lo pagará muy caro, lo juro! ¡Suelta a Jong woo! – El hombre respondió: - Veo que ya conoce a mi tía, soy su sobrino, ella está de mi lado, nunca fue socio de usted ya que está en mi bando… - Kim cogió una pistola y apuntando a Jong woo dijo: - ¡Pasa el dinero ya o mataré a tu querido novio! – El chico empezó a temblar, llorando y gritando, sin dejar de mirar a Seo Moon Jo, le estaba doliendo mucho verlo así, él era un asesino, él hacía esas cosas, pero en este caso se trataba del chico al que amaba con toda su alma desde que se conocieron en el edificio Edén, y ahora tenía que salvarlo a toda costa. Seo Moon Jo gritó: - ¡Primero el chico! ¡Ya! – El hombre asintió y dijo: - Tú pasas el dinero y yo te entrego al chico… - Seo Moon Jo asintió, se agachó y con cuidado empujó la bolsa hacia ellos, Kim soltó a Jong woo y éste se fue corriendo hacia él, Seo Moon Jo lo agarró, agudizando el oído, escuchando el tic tac de la bomba, ya mismo iba a explotar. Seo Moon Jo agarró del brazo a Jong woo y le gritó: - ¡Corre! ¡Vámonos de aquí! – El chico sin entender nada, corriendo tras él, preguntó: - ¿Qué es lo que pasa? ya tienen el dinero – Seo Moon Jo gritó: - ¡No hay dinero, metí una bomba, tenemos que salir de aquí! ¡Corre! – La bomba explotó, derrumbando todo el establecimiento, dándole tiempo de escapar a los dos, cayendo al suelo, de la explosión.
Jong woo se incorporó en el suelo, quedándose atónito, mirando el establecimiento destruido por completo, luego miró a Seo Moon Jo y desvió la mirada, Seo Moon Jo se levantó, acercándose al chico, ayudándolo a levantarse.
Jong woo se abrazó a él, de todo el miedo que pasó y el daño que le hicieron, abrazarse a él era lo más reconfortante y lo más seguro para el chico.
Mientras caminaban abrazados, Seo Moon Jo acarició el cabello del chico y dándole un beso en la cabeza le dijo: - Tranquilo mi amor, ya estás a salvo conmigo – Llegaron hasta la fábrica abandonada.
Seo Moon Jo cogió al chico en brazos y se lo llevó hasta la sala.
Lo echó en el sofá, quitándole la camiseta y procediendo a curarle las heridas, mientras Jong woo no dejaba de mirarle fijamente, Seo Moon Jo sonrió, curándole una de las heridas, diciendo: - No me mires así… sé que estás deseándome… pero no podemos hacer nada, estás herido, amor… - Jong woo tragó saliva, sonrojándose y mirando para abajo, respondió: - ¿Qué? Si no dije nada… - Seo Moon Jo lo miró y dijo: - Leí tu carta… gracias por tener el valor de decírmelo… - Jong woo sonrió, asintiendo, sonrojándose.
Terminó de curarle, se levantó a guardar las cosas y lavarse las manos, Jong woo lo seguía con la mirada, hasta quedarse dormido en el sofá.
Se hizo de noche, Jong woo se despertó, buscando a Seo Moon Jo con la mirada, lo vio de espaldas, haciendo cosas en la repisa de uno de los muebles. Sonrió y con cuidado, se levantó del sofá acercándose a él.
Cuando lo tuvo enfrente, lo abrazó por detrás, cogiéndolo de la cintura y apoyando su cabeza en la espalda, cerrando los ojos, susurrando: - Gracias por salvarme, gracias por amarme, y por hacerme sentir seguro junto a ti, te amo… - Seo Moon Jo sonrió, mordiéndose el labio, se dio la vuelta y lo abrazó diciéndole: - Lo haría una y mil veces más, pequeño – Cerró los ojos y lo besó.
Jong woo se quedó agarrado a él, mirándolo y pensativo, le preguntó: - Moon Jo… ¿qué haremos ahora? No tenemos adónde ir y la pensión cerrará… - Seo Moon Jo se quedó pensando y luego, cogiéndole las manos, sonriendo, le dijo: - No tiene por qué cerrar… tú y yo nos encargaremos de ella… - Jong woo se empezó a reír, sentándose en el sofá, diciendo: - ¡Madre mía, un puto asesino psicópata controlando un edificio parecido al Edén! ¡Esto es de locos! – Seo Moon Jo sonrió, mojándose el labio y empezó a besarlo, tumbándolo en el sofá, respondiendo: - Estamos los dos locos, pequeño, esta experiencia será increíble… la pensión es nuestra, querido… hay mucho por hacer y muchos crímenes que cometer – Jong se rio levemente, mirando su boca y mojándose el labio, diciendo: - Estás muy loco… - Seo Moon Jo se acercó más a su boca, mirándolo y le susurró: - Y eso a ti te encanta… - Se subió encima de él, besándolo y haciéndole el amor, haciéndole suyo para siempre. Ahora gobierna su mente y su corazón.
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STRANGERS FROM HELL (Final Alternativo)
Hayran KurguPara leer esta historia, se tiene que haber visto primero la serie Strangers From Hell, porque hay spoilers y si se lee sin ver la serie, no se va a entender nada. Admito que me quedé con ganas de más cuando vi la serie y... ¿por qué no hacerla más...