NEVERLAND.

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Este era un niño que tenía un gran problema, no tenía papá, ni hermanos, solo tenía a su madre. Esta señora era muy disfuncional, para empezar era alcohólica, le pegaba, lo maltrataba psicológicamente, lo humillaba, era bastante cruel con él, le decía cosas terribles y lo insultaba.

Obviamente, esta señora tenía grandes problemas mentales más haya de un alcoholismo, y el niño no era malo, era un niño bueno; incluso amaba a su madre a pesar de como era.

El niño vivía en una tortura constante, la madre al darle de comer le aventaba el plato, le hacía bromas bastante crueles como quitarle la silla cuando se iba a sentar; le surgían nuevas formas de maltratar a su hijo y lo hacía, como por ejemplo apagarle los cigarrillos en la palma de su mano.

Una noche, mientras se limpiaba las lágrimas frente al espejo de su baño, agachado y avergonzado, tocan a la puerta de su casa *toc, toc*. El niño corre asustado a su habitación ante la posible mal reacción de su madre; sin embargo, esta no llega, sucede que la señora ya estaba desmayada y tirada en su recámara de las botellas de vino que se había bebido.

El chico asomándose a la ventana nota que quien estaba ahí detrás de la puerta principal era una niña. El inocente y temblando baja las escaleras haciendo el menor ruido posible y entreabre la puerta. Era una tierna niña bastante pálida que tenía algo bastante extraño, tenía una gota de sangre bajando por la comisura del labio, y golpes bastante fuertes en el rostro; tan fuertes que tenía heridas pronunciadas, pero sobre todo lo más destacado que tenía esta pobre niña, era que tenía los ojos completamente negros, le habían dado una golpiza bastante fuerte.

La niña le pregunta si podía pasar la noche ahí, y él con un corazón de oro abre más la puerta para dejarla entrar, este niño bastante humilde le dice que no tiene mucho que ofrecer, pero que puede quedarse en su cama y él iría a dormir al sofá. Le pide de favor que no hiciera nada de ruido y que se fuera lo más temprano posible, ya que si la madre se enteraba iba a ser un grave problema para ambos.

Al día siguiente la madre la despierta tirándole gotas de café hirviendo en la frente; la madre bien furiosa le grita preguntándole por qué estaba la cama llena de tierra, el chico se asusta, pero a la vez se alivia porque la niña ya no estaba en su cama. Él por supuesto recibe una paliza y no dice nada.

Él iba a la escuela por sus propios medios, la madre ni siquiera se podía encargar de ella misma, pero este día no puede ir porque los golpes lo habían dejado muy mal y tenía el ojo hinchado. Luego de tres días ya recuperado, con moretones, pero siendo capaz de asistir a clases, a la salida toma una larga caminata de regreso a su casa, se encuentra con algo que le destroza el corazón. En una tienda de televisores ve en las noticias que están anunciando la muerte de la misma niña a la que le había dado hospedaje hace 3 días.

El asunto debía ser triste, de no ser porque la noticia no era reciente, este fue un asesinato que había ocurrido meses antes. En el noticiero decía que el padre la había golpeado tan fuerte, que la mato. El más que asustado estaba desilusionado, creía que esta niña iba a ser una nueva amiga con la que podría jugar. Hasta se puso a llorar en la ducha asimilando una fantasía rota.

Esa noche se va a acostar más temprano que de costumbre, quería evitar a su madre, estaba deprimido, pero en ese momento, cuando estaba a punto de dormirse, siente como una mano pequeña acaricia su mejilla, y sabe que es la niña porque siente su presencia, aun así cuando se sienta en su cama para observar a su alrededor no ve a nadie... Solo escucha una dulce voz que le dice: no tendrás dolor, no sufrirás nunca más...

Él no se asusta, de hecho lo que siente es extrañamente una sensación de tranquilidad y alivio. Sin pensar en que había sido eso, se acuesta y escucha devuelta esas tiernas palabras... Nunca más, nunca más. Pero antes que se quedara dormido escucha unos gritos desgarradores de su madre, unos gritos de dolor, de terror.

Él se quita las sabanas de encima preocupado y va a ver que está pasando al cuarto de la madre, y ahí encuentra a su madre agarrada de la cama tendida, viendo al techo convulsionando, y había una pequeña figura justo al lado de ella, una pequeña figura metiendo la cabeza en el pecho de su madre. Le había abierto un hueco enorme y como una bestia devoraba la carne y los huesos del pecho; la estaba haciendo pedazos, salpicaba chorros de sangre que caían sobre la cama, las paredes, el suelo y el techo. Toda la habitación estaba repleta de un rojo escarlata. La madre no paraba de gritar y las venas le surcaban la garganta.

De pronto la niña se levanta cuando su madre no da un movimiento más, la niña masticaba lo que debiera ser el corazón de la mujer con el rostro ensangrentado. Esta sonríe y se acerca a él, pero este no se puede mover; estaba templando de miedo y en shock. La pequeña se acerca a su oído y susurra las mismas palabras... Nunca más. El niño se desmaya y cae al suelo.

Al día siguiente, al levantarse los recuerdos todavía estaban frescos, ve toda la habitación limpia, todo acomodado como si no hubiera pasado nada. El pequeño niño creía en su inocencia que todo había sido tan solo una pesadilla. Pero, ¿qué sucede?, que este pequeño jamás volvió a ver a su madre nunca más...

Voices in the dark.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora