Para hacer esta historia, me he basado en personajes históricos y hechos que han pasado en Latinoamérica, con un estilo como a mediados del siglo XIX, con inspiración de dos films italianos del Zorro, pero así es mi estilo, nada más.
I
Hace tiempo, la región denominada Nuevo Aragón se ha independizado de la corona de España, aquellos descendientes del famoso don Diego de la Vega habían roto las ataduras con el país y pudieron tener su propio gobierno.
Su último descendiente, don Adriano de la Vega y Pulido, un veinteañero aventurero y pícaro, volvía de sus estudios en la ciudad de Caracas, donde se había formado con los mejores docentes para obtener los mejores conocimientos. Acompañado de su fiel sirviente, un joven de piel negra llamado Serafín, estaba llegando a su pueblo natal y continuar con su vida; aunque los estudios no fueron tan importantes para este veinteañero:
-Ya que he vuelto de mis estudios, quisiera conocer el amor, aunque como poseo conocimientos para la esgrima me ayudaran para defender mi honor y el de mi familia.
-Eso si amo, más vale que Nuevo Aragón siga como cuando salimos-dijo el negro.
-Paciencia amigo-contesta-, si llegan a tocar a mi familia, se las verán conmigo, y les enseñare quien es don Adriano.
La diligencia trató de no ir por la ciudad, sino que se dirigió directamente hacia la casa de Adriano, por no ir por ese camino, el joven estaba sospechando algo:
-¿Por qué no fuimos por la ciudad?-preguntó.
-Me parece que hay problemas, amo-dijo su sirviente.
-Creo que algo no anda bien aquí.
Al final del viaje, el veinteañero fue recibido en brazos de su tío de nombre Jorge que también era su padrino:
-Me alegra que hayas vuelto, ahijado.
-Qué bueno es volver a casa-respondió.
-Lástima que tus padres no están aquí para verte recibido de tus estudios.
-Sí, fue una noticia triste cuando me entere hace años.
-Creo que estás cansado por el viaje al igual que tu acompañante, así que dejaré que te cambies porque tenemos cosas que charlar.
Luego de desempacar y de cambiarse de ropa con la ayuda de su criado Serafín, Adriano se dirigió hacia la sala de estar, donde don Jorge lo esperaba sentado en la mesa.
Al llegar, tomó asiento y comenzó la conversación:
-Listo tío, ahora puedes decirme lo que está sucediendo.
-Está sucediendo lo mismo que hace años, ahora que estamos viviendo en una república independiente, estamos gobernados por un tirano, los impuestos son muy altos y los que no lo paguen son metidos a la cárcel, cualquiera que hiciera algo en contra de la autoridad es ejecutado, los indígenas son oprimidos y obligados a pagar tributo y los que no lo hagan serán sojuzgados, y lo peor es que el capitán Hilarión Almada hace lo que quiera, y a veces dice cumplir órdenes del gobernador Torres, que algunos sabemos que es corrupto.
-Me impresiona oír eso, tío, y no sé qué hacer.
-Debemos combatir y derrocar a ese tirano, y si esto continúa terminaremos mal.
-Voy a pensar de cómo hacer algo, ahora estoy muy cansado.
-Ve y descansa, y espero que tengas una buena idea.
Esa tarde, salió de paseo en su coche en compañía de Serafín y fue a explorar el lugar y los civiles tenían las caras tristes por lo que estaba pasando:
-Están todos tristes, amo-dijo su criado.
-Mi padrino tenía razón-contestó Adriano.
De repente vio a una joven hermosa, de cabello negro y bien prolijo. Ella lo miró con simpatía y el pretendió conocerla, así que bajó del coche y se presentó ante ella:
-Me presento, soy don Adriano de la Vega y Pulido, y acabo de venir de Caracas de mis estudios.
-Mucho gusto, soy Ana Mejía y yo he oído hablar de ti, eres descendiente de los De la Vega, tu abuelo condujo a la independencia de Nuevo Aragón.
-Ahora veo que lo conoces, es un personaje muy querido.
-Y de lo que me acuerdo es que hubo un héroe que lucho por el pueblo y contra la tiranía, era el Zorro.
-Me acuerdo, un héroe a quien nadie podría atrapar.
-Lo que más me entristece es el gobierno actual, ese gobernador Torres y su mano derecha el capitán Almada son unos malvados, deberían darles su merecido.
-Tranquila, te digo que esto pronto acabara y podremos casarnos, si tú quieres.
-Ay, ahora tengo que irme, hasta luego-de despidió ruborizada y cerrando con un beso de mejilla.
Además vio a un escuadrón de soldados que iban llevando a un hombre con la espalda ensangrentada por azotes:
-Esos malditos-dijo el negro en voz baja.
-Debemos volver a casa-responde Adriano.
Al llegar, encontró un traje especial: era todo de negro, capa, antifaz y sombrero circular. Y de pronto el joven se acordó de que era las vestimentas que usaba el Zorro para hacer justicia.
Y el joven le dijo a su criado:
-Para hacer justicia, vestiré como el Zorro, mi padrino no debe saberlo así para no correr peligro; cuando cometan un acto de injusticia, el Zorro aparecerá.
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El Zorro ataca de nuevo
FanfictionSecuela de la Mítica aventura, ambientada en el ficticio Nuevo Aragón.