Dos

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Un año atrás

Esa sería la cereza del pastel, lo había planeado muy bien y debía ser una completa sorpresa. Ni siquiera le había contado a su mejor amigo, considerando que también era amigo de su prometida.

Sakura había sido su amor por mucho tiempo, ella había ocupado su mente desde que tenía 15 años. No podía creer que luego de tanto luchar y luchar por un poco de su atención, quince años luego de conocerla, ella había aceptado al fin casarse con él. Su relación había crecido poco a poco, habían sido amigos y él la conocía más que nadie. Sabía lo que le gustaba y lo que le hacía enojar. Ella era su media naranja, madura y trabajadora. Era una mujer independiente y hermosa.

Naruto sentía que nadie podía compararse con ella.

Y finalmente Sakura lo vio...

— Hijo... ¿Estás seguro de hacer esto?

Naruto giro el rostro y le sonrió a su suegra, ella lo llamaba de ese modo desde antes que tuviera un relación con Sakura. Le gustaba, sus padres habían muerto cuando Naruto tenía 17, y ellos fueron importantes en esos momentos. Naruto la consideraba una segunda madre, nunca remplazaría a la suya, pero era bastante cercano el sentimiento que tenía.

— Ella lo amará —, murmuró para luego ponerse el dedo índice en los labios para pedirle silenció.

La mujer sonrió y asintió mientras Naruto se volvía y lentamente ponía la llave en la puerta del departamento de Sakura.

Su suegra llevaba un pequeño cachorro en una de sus manos y en la otra un pequeño pastel, un perrito que él había adoptado y decidido que sería para ambos. Él sostenía en su mano izquierda el hilo con globos inflados con helio por el cumpleaños de su prometida.

Giro lentamente la llave, intentando no hacer ni un ruido, e hizo una mueca cuando escuchó el click de la puerta destrabada. Espero unos segundos, por si Sakura podría haber escuchado. Le sonrió a su suegra cuando no hubo ruido desde dentro del departamento. Ella también sonrió y trato de calmar al pequeño cachorro cuando esté gimió suavemente.

Con movimientos sumamente suaves, él giró el picaporte, logrando hacer la menor cantidad de sonido. Sólo abrió una rendija y miró hacia adentro.

El apartamento estaba silencioso, pero las luces estaban encendidas, así que terminó de abrir la puerta. Pasó, con pasos medidos y lentos, aunque la alfombra tomó cualquier sonido que podrían haber hecho los pasos de ambos. Cerró la puerta con la misma suavidad con la que la había abierto.

Cuando se volvió, su suegra ya estaba cerca de la puerta de la sala, sabía que ella era tan ansiosa como su hija, así que no se preocupó en detenerla. Es todo caso, se detuvo para ver cómo la madre de Sakura sorprendía a su hija. Él escucho un ruido en la sala, así que sabía que ella estaba allí.

Ese día sería especial, lo sabía...

Lo que no sabía era cuánto de especial...

Continuará...

Detrás del EspejoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora