capitulo 10

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que tengo novio, ni siquiera se han de acordar que dentro de unos meses cumpliré 15, dejare de ser una ¨niña¨, aunque tal vez hace mucho que ya no lo sea, porque el dolor que he atravesado toda mi vida me ha hecho ser más madura, a pesar de tener 14 años.

Le dije a Alejandro que lo pensaría que no le podía dar una respuesta en ese momento, porque era tan fuerte lo que me pasaba que de la noche a la mañana no iba a hablar con mi madre como si nada, que de repente no me convertiría así de rápido en la hija que le cuenta todo lo que le pasa a su madre, ni mi madre se convertiría en esa clase de madre que todos deseamos, en esa madre que a pesar de lo que sea te apoye, te escuche y te diga que ella estará ahí para ti, es mas Alejandro se había más cercano a mí que mis propios padres.

No sabía qué hacer, la idea de contarle mis problemas a mi madre era muy mala por que desde hace mucho ni me acordaba de su voz, desde hace mucho que ya ni me preocupaba por hablarle, ni ella por ser amable conmigo, gracias a ese bendito trabajo yo no tenía madre, ella me había dado la vida, pero no me había dado el afecto que toda madre le da a sus hijos a pesar de todo.

Yo lloraba y recordaba cuando era niña y por ser el día de las madres invitaban a todas las madres, y todas mis amiguitas llevaban a sus madres, ellas las abrazaban y se veía tan lindo como las trataban, yo era la única que no tenía a su madre ese día, la única a la cual su madre no le demostraba afecto, pero como siempre Anie  era mi confort, ella y Margaret su madre, ellas dos se portaban tan bien conmigo que la verdad ellas eran más mi familia que mi madre y mi padre, recuerdo que de niña siempre jugaba con Anie, ella era como mi hermanita, la que nunca tuve pero siempre quise tener, yo era hija única y a pesar de que mi padre ya tenía otra familia, su nueva esposa no lo había podido dar hijos todavía, tal vez por ese simple hecho de que yo era su hija única me deberían haber amado mas, o valorarme, pero no, mi padre creo que se enojaba conmigo por ser su hija, por soñar que algún día me volvería a abrazar y a decirme te quiero, tal vez por eso se enojaba conmigo, la verdad creo que ningún niño o niña se merece el tipo de infancia que tuve, de nada me servía tener tantas muñecas, tantos juguetes, si no tenia familia, no tenia su amor, lo que realmente valora un niño, o al menos lo que realmente valoro yo ahora.

Ya no podía mas, ya no lo soportaba, a pesar de que la psicóloga me había dicho que ya no lo haga, lo iba a hacer cuando de pronto sonó mi celular, era Alejandro:

-Hola princesa.

-Hola Ale.

-Princesa solo te llamaba para platicar un poco mas contigo y para decirte que no estás sola, que aquí me tienes a mí a tu macho.

siempre a tu ladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora