ᴡᴏʀᴅ ᴄᴏᴜɴᴛᴇʀ⇢ 1360 ᴘʟᴏᴛ⇢ Kunigami se ha sentido agotado, sin energía,hasta que descubre que una sucubo es la culpable de ello. ᴡᴀʀɴɪɴɢ⇢ soft to hard dom! Kunigami, needy sex, creampie.
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[ RENSUKE ]
—¿Qué?
Chigiri me observó algo preocupado por mi desempeño, tanto físico como psicológico.
—Pregunté si estás bien.
—Claro, solo me desvelé estudiando los últimos días. Luego de los exámenes voy a estar mejor.
Cómo culparlo, las ojeras consumían mis ojos, y hacía un mes que no dormía bien. A veces despertaba por la noche con paranoia, otras veces con la verga tan dura que no lograba bajarla en horas.
Los días eran una tortura, estudiar, asistir a clases, entrenar con el sueño de tres horas y pasar el resto de la noche intentando sacarme la calentura de la piel.
—Bueno, puedes contarme cualquier problema que tengas, solo llámame. Nos vemos luego.
Miré de reojo a Chigiri, no necesitaba esclarecer que soy muy malo mintiendo, y él demasiado astuto. Sin embargo, agradezco que no me hostigó para que dijera la verdad.
Solté un bufido al ver el atardecer desvanecerse en el horizonte, y me dirigí a la entrada del edificio. Hace un tiempo, me relajaba ver el sol ocultarse, significaba llegar a casa y dormir, recargar el 100% que había dejado en cada actividad hecha. Pero ahora una sombra roja me acecha. He escuchado susurros de una voz femenina cada vez que despierto vulnerable, con el corazón desbordante y la polla erecta. Y, la verdad, estoy enloqueciendo.
Al cerrar la puerta del departamento detrás mío, un aroma empalagoso y aturdidor llenó mis fosas nasales mareándome. Dejé caer mi morral al suelo, y quedé perplejo ante la vista de la sala. Sobre el sillón se recostaba una chica... o eso creo, su piel era roja, y, aún más raro, tenía dos pequeños cuernos que sobresalían entre mechones de pelo, y una cola cuya punta terminaba en forma de flecha. Parecía salida de konosube.
Aparté la vista en cuanto, por accidente, mis ojos se encontraron con sus prominentes pechos desnudos. Las ideas en mi cabeza se esfumaron, y la realidad es que no sabía cómo proceder sobre la situación.
Ella estaba inconsciente, así que intenté retirarme hasta entrar en razón. Quizá decirle a Chigiri, Isagi o... no había importancia en ello, primero debía salir. Pero, en cuanto di un paso atrás, ella abrió los ojos y se irguió viéndome.
Los músculos se me paralizaron, la ansiedad consumía el momento, mientras mis ojos no se atrevían a apartarse, incluso ni a pestañear. Con lentitud, ella gateó por el sofá acercándose un poco más, cautelosa de no hacer movimiento que me asustara... me sentía un ratón acechado por un felino, a pesar que mi físico fuese tres veces el de esa pequeña criatura.
