1 de octubre.
Nunca había hecho pellas en toda mi vida y estar a las 8.45 un lunes en skatepark. No sabía porque me habías traído allí, me imaginaba que habías planeado algo bonito pero me equivocaba. Como siempre que suponía que me querías.
Nunca había estado en un lugar parecido, paredes llenas de grafitis, acrobacias por todas partes y "When I was your man" de Bruno Mars sonando de fondo. Habría vuelto a ese lugar porque era una pasada pero, ya sabes, me acordaría de ti, cabrón, y ya sabes solo eres pasado.
Te movías ágil por la pista mientras yo observaba asombrada. Pero al cabo de una hora me pareció tan rayante que siguieras patinando que me planteé volver a clase y llegar justo para historia, pero debiste darte cuenta de mi poco entusiasmo porque te acercaste a mi y dijiste:
-¿Que tal estás nena, vamos a tomar algo?-
Asentí. Me sonrojé al notar tu mirada posada en mi y me fastidió que pensaras que me aburría verte patinar.
Eché a andar detrás tuya pero en seguida te paraste, me agarraste por la cintura y me llevaste hasta tu lado para que anduviésemos juntos, me cogiste de la mano y me diste un empujoncito cariñoso. Te agachaste hacia mí y justo en ese instante me regalaste tu primer -te quiero-, un te quiero roto, falso y olvidado que en aquel momento me pareció tan bonito que ni siquiera te lo podría describir. Y te besé, lenta y profundamente. Me pareció la mejor manera de decir: -yo también tonto-
Todo iba perfecto, bueno, hasta que nos cruzamos con ellos...
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Te quiero vacíos.
RomanceNo puedo decirte exactamente que falló, tampoco explicarte como me perdí en esos ojos verdes tan puros. Siempre pensé que eras mi todo, pero alguien muy sabio me enseñó que nunca debes dejar que alguien sea tu todo, porque si se va, no te quedará ab...