Stucky Stories | One Shots

Shut Up!

Summary: Steve no deja de burlarse de Bucky y a él se le ocurre una manera poco usual para callarlo.

Pre-serum Steve + Pre-serum Bucky.

Inspirado en la canción Treacherous de Taylor Swift <3

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Es una tarde tranquila y lluviosa cuando Steve —de 15 años— y Bucky —de 16— se encuentran jugando memoria con unas cartas que Steve había hecho con ayuda de su madre.

No es que Bucky no fuera bueno en los juegos de mesa, pero era la única cosa en la que Steve siempre conseguía ganarle. El menor tenía práctica y Sarah se había encargado de ponerlo a razonar con actividades desde muy pequeño.

Sin embargo, a veces Steve soñaba con patear la pelota tan lejos como Bucky lo hacía, correr largas distancias, jugar bajo la lluvia o la nieve, lograr ganar una pelea, entre otras cosas para las que Bucky destacaba mucho.

Y es por eso que cuando Bucky perdió por sexta vez consecutiva, Steve no pudo evitar soltar una pequeña risa al ver el talón de Aquiles de su mejor amigo.

— ¡Ya basta, estás haciendo trampa! —reclamó Bucky apuntando al rubio.

— ¡No es cierto! —levantó las manos con inocencia— ¿Cómo podría hacer trampa? Eres tú que no admites que perdiste.

—Eso no es cierto. —aclaró frunciendo el ceño y los labios con cierta frustración.

— ¡Claro que si! Desde ayer no dejas de acusarme por eso cuando tú has visto como revuelvo las cartas.

—Entonces déjame revolverlas a mi ahora. Es mi turno y te demostraré que haces trampa. —dijo tomando el mazo de cartas entre sus manos y comenzando a revolverlas a lo largo de la alfombra de la sala.

—Pff, como quieras.

Pasaron 30 minutos y Steve y Bucky seguían inmersos en su juego. Las cejas de Bucky se fruncían mientras la punta de su lengua sobresalía de sus labios al voltear una carta de las últimas que quedaban.

Cuando estuvo por levantar otra, su mano tembló ligeramente por el nerviosismo y cerró los ojos con miedo de haberse equivocado y al abrirlos... confirmó su presentimiento.

— ¡Noo! Vamos, Steve. Déjame tener otro turno, por favor.

—Buckyy... —exclamó harto— me toca.

Con un tenue puchero en sus labios, Bucky dejó la carta volteada sobre la alfombra y Steve procedió a encontrar los dos pares faltantes asegurándole la victoria y demostrándole a Bucky que no había sido un tramposo.

— ¡Sii! ¿Ves? ¡Te dije! No hice trampa. —exclamó señalando al castaño.

—Steve.

El rubio se carcajeó con una mano sobre el estómago y aunque Bucky adoraba reír con su mejor amigo, esa risa no le estaba gustando del todo.

—Es que debiste ver tu cara cuando levantaste la equivocada. Dios, y luego creías que yo podía hacer trampa.

El castaño cruzó los brazos y fulminó a Steve con la mirada.

—Steve, basta.

—Y luego tu puchero —se carcajeó más fuerte— fue genial. De verdad que si lo hubieras visto estarías igual que yo.

— ¡Cállate! —advirtió Bucky alzando la voz.

—Cuando Winnie sepa de esto va a-

De repente la risa de Steve se vió interrumpida de la manera más rápida y extraña: los labios de Bucky estaban presionados sobre los suyos de manera brusca pero no dolorosa. Los ojos de Bucky estaban fuertemente apretados y sus manos se encontraban apretando el cuello de la camisa del rubio.