IV

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Un día Brenda me invitó a una fiesta y quedé de pasar por ella a su casa. Llegué pero mi tía me dijo que Brenda todavía no regresaba del dentista y ella tenía que salir, así que me quedé solo en la casa. Subí a la habitación de mi prima para revisar sus zapatos. Me gustaban mucho unos flats color plata, unas zapatillas cafés de correa y unas sandalias negras que siempre usaba. Tomé un flat plateado y me lo llevé a la nariz, aspiré lo más hondo que pude, imaginando que estaba oliendo los pies de Brenda. Cogí los flats que usaba para ir a la escuela, unos negros con moño, y me los llevé a la nariz, hice lo mismo con las zapatillas cafés. Como estaba muy caliente me saqué la polla y comencé a jalármela mientras olía y lamía por dentro los flats, las zapatillas, las sandalias... al tiempo que imaginaba que eran las plantas pálidas de mi prima y terminé corriéndome dentro de sus flats de colegiala.
Recuerdo que Brenda llegó a la casa y se metió a la ducha, mientras yo aproveché para meter a mi auto los flats plateados y unas zapatillas negras de aguja jeje.
Brenda estaba linda con un vestido negro ajustado, su cabello perfectamente alaciado y en sus lindos pies unas zapatillas rojas de correa. Alzó la pierna hacia atrás mirando su pie y dijo.
—Quería ponerme unas negras pero no las encontré...
—¿A sí?—. Respondí
—Sí pero en fin, vámonos.
Cuando terminó la fiesta la llevé a su casa, después de un rato se quitó las zapatillas y subió los pies en el tablero, pude ver que las zapatillas habían dejado marcas en el dorso de sus pies. Comenzó a sobarse y a quejarse un poco.
—¿Todo bien?—. Pregunté
—Me lastiman estas chingaderas, te digo que quería ponerme unas negras que están muy cómodas pero no las encontré.
—Ya casi llegamos, no te preocupes—. Respondí. 

Los pies de mi prima BrendaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora