CUARTO CRECIENTE

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Un grito femenino salió de su garganta cuando lo vio. Pero no importaba sus gritos, ella estaba sola en casa y de nada serviría así que Jeff se acercó lentamente a ella.

-No por favor, no me hagas daño- pero Jeff todavía no había sacado el cuchillo, ella sólo había gritado tras ver su rostro, podía verlo en sus ojos llenos de terror y de asco. Ella apartó las sábanas de una patada y trató de correr por la casa pero no tenía sentido, Jeff se había encargado de cada parte de la casa y la chica no podía escapar. Por alguna razón miró al reloj, como si tuviese otras cosas también en mente pero movió la cabeza y fue tras la chica. Fue sencillo por sus sonoros sollozos, se encontraba en el sótano y él sacó el cuchillo.

-Go to sleep...

Ni bien dijo esas palabras la vio en su mente, diciéndose a sí misma, go to sleep. No pudo evitarlo y se quedó quieto, lo que le permitió a la chica patearlo y correr. Ella ya había llamado a la policía y ahora las sirenas estaban cerca. Maldijo una vez más y con su increíble velocidad atrapó a la chica e incrustó su cuchillo una y otra vez en el cuello, casi con desesperación, tantas veces hasta que escuchó los golpeteos en la puerta.

-Policía, ¡abran la puerta!

No tenía tiempo para dibujarle una sonrisa, pero al fin y al cabo esa chica era horrible, por lo que simplemente se marchó por el camino por el que llegó.

Caminó por la oscuridad, encontrándose con el lago y se puso a lavar su cuchillo, quitando la sucia sangre de esa mujer.

-Jeff...- dijo una voz masculina detrás de él.

-¿Qué quieres Jack?- preguntó sin ver.

El hombre vistiendo una máscara azul que, encapuchado de la cabeza hasta los pies cuyas marcas en los ojos parecían botar sangre aunque era de un color negro. En una de sus manos tenía un riñón y en la otra un cuchillo de mantequilla. También tenía como si fuera un juego la gorra de uno de los policías. Parecía que se había ido de carroñero con el resto de las víctimas que Jeff evitó. A decir verdad a Jeff no le agradaba. Él era un fantasma como Sally pero diferente, Jeff no entendía si mataba por placer como él, causar traumas en el cerebro como lo hacía Slenderman o si quería hacer un bien en el mundo como Sally. Aunque a decir verdad a Jeff no le agradaba nadie en un principio. Siempre estuvo solo pues nadie comprendía su belleza. Encontró un ser raro en el bosque que se veía muy fuerte y tenía un gran deseo por mandarlo a dormir, pero para Slenderman Jeff era un chiquillo nomás. Su trato con él no era muy unido, se podría decir que simplemente reconocían la fuerza del otro y pues Sally, ella fue acogida por Slenderman y era como toda una pequeña, aunque cuando se encontraba con hombres que lastimaban a niñas como fue ella, podía convertirse en un verdadero demonio lo que a Jeff le agradaba. Eyeless Jack también tenía una relación con Slenderman, se podría decir que Slenderman era conocido y respetado por todos, no muy seguro si era por su fuerza o porque se veía como el mayor entre todos. Pero la relación de Eyeless Jack y Jeff the killer no era muy cercana, ni siquiera Jeff tenía ganas de enviarlo a dormir. Era un tipo raro al igual que Ben Drowned.

-¿Qué estás haciendo?

-Estoy preparando la sopa, cariño, alista la mesa y llama a los niños- respondió Jeff sarcástico.

Sin embargo Eyeless Jack parecía no tener personalidad, eso le recordaba a alguien..., hablaba muy poco y era un tipo muy triste.

-Está empezando a correrse un rumor, Jeff está enamorado de una chica.

-Ah!?- gruñó- ¿quién diablos empezó eso?

Él levantó los hombros, volviéndose.

-Eso no importa ya.

I don't want to go to sleep yetDonde viven las historias. Descúbrelo ahora