Chaewon si se había acordado, la rubia supuso que no había sido la única que se acostumbró a la rutina.—Bueno... la maestra de la primera jornada se ausentó debido a un problema médico, y a mi me avisaron tan solo unos minutos antes de que iniciaran las clases, no tuve opción. —Explicó la rubia, estaba tan nerviosa pero pretender que no lo estaba la ponía más nerviosa.
—¿Y no había otra maestra que pudiera cubrirla? —Preguntó con genuina curiosidad, como si la hubiese extrañado.
—No creo, el jardín es bastante pequeño, no tiene tantas maestras. —A la rubia le pareció curioso que la contraria le preguntara si no podía haber sido otra persona, así que dejando la vergüenza de lado solo le pregunto: —¿Por qué? ¿Me extrañaste acaso?
La pelinegra se atoró con su propia saliva. No es que la extrañara, solo que Yunjin iba tan seguido que fue imposible no darse cuenta de su ausencia.
—¿Qué? —Rió Chaewon. —No es eso, solo que como vas todos los días me di cuenta inmediatamente cuando la chica americano no llegó por su bebida. —Intentó convencer a la rubia, y parece que había funcionado. Sin embargo, Chaewon sabía que la verdad es que desde el primer día que Yunjin fue por un americano la pelinegra no podía dejar de prestarle atención, su cabello rubio, su figura, su rostro, sus ojos, todo le parecía jodidamente atractivo en la rubia.
—¿Chica americano? —El corazón de Yunjin no tenia intenciones de latir a una velocidad normal, y se le estaba haciendo un trabajo difícil mantenerse serena. —¿Y ese apodo?
— Si... ósea, vas todos los días por un americano, te lo puse inconscientemente, duh. —La pelinegra sonrió una vez más, siendo interrumpida por un bostezo de la pequeña Eunseo, que llevaba ya un buen rato medio dormida. —Bueno, parece que alguien necesita ir a la cama. —Chaewon tomó entre sus brazos a su pequeña hermana y se acercó un poco más a la rubia. —Nuevamente muchas gracias Yunjin, te debo la vida.
— No es nada Chaewon, estoy segura de que lo haría cualquier persona, cuida bien de Eunseo, es una niña muy dulce.
—Pero tu no eres cualquier persona Yunjin. —Dijo la pelinegra, arrepintiéndose con totalidad de lo que salió de su boca, solo buscaba irse. —Nos vemos mañana, no faltes.
Y ahí quedó Yunjin, confundida pero con una felicidad enorme. Felicidad que había causado que sus mejillas se enrojecieran, pero no le importaba. Esa noche Yunjin se decidió a tomar cartas en el asunto, si en tan solo dos días ya había hablado más con Chaewon comparado con las conversaciones que habían tenido durante dos años, será por algo ¿No?
[...]
Yunjin se levantó con más ánimo, más del que siempre sentía, sobre todo en un día domingo. Tomó desayuno y se dirigió a la ducha, no sin antes separar la ropa que usaría. Así que una vez que ya estaba lista, asegurándose que su billetera si estuviera con ella, fijó rumbo hacia la cafetería.
Una vez que ya se encontraba ahí se dio cuenta que no tenía la menor idea de lo que le diría, su idea era pagarle por el americano de ayer y por el americano de hoy, ¿Pero que diferencia haría eso? Ninguna.
Sólo se tú misma Yunjin, no seas ridícula.
—Buenos días ¿En que la puedo ayudar? —Preguntó Chaewon con esa típica sonrisa que la caracterizaba, sonrisa que hizo que Yunjin inconscientemente se la devolviera.
—Buenos días, quisiera un americano porfavor. —Pidió la rubia, pensando en que decirle mientras preparaba su orden. —Y me gustaría pagar también por el de ayer.
—Ni lo pienses Yunjin, luego de lo que ocurrió ayer lo mínimo sería darte un año de americano gratis.
—Tú ni lo pienses Chaewon, déjame pagártelo, por favor. —Pidió la menor, recibiendo un movimiento de desaprobación por parte de la barista. —Oye me pondré triste si no te lo pago.
—Tendrás que vivir con la pena. —Dijo mientras terminaba de preparar el pedido de la rubia. —Acá está el americano para la chica americano.
—Bueno, si tanto insistes en no aceptar mi dinero, cosa que no te conviene como empresaria. —Dijo alzando una ceja. —Déjame invitarte un café.
A Chaewon le pareció tierno que le invitara un café, siendo ella dueña de una cafetería. También le pareció que la rubia el día de hoy estaba más atractiva de lo común, así que solo se dejó llevar.
—¿De mi propia cafetería, Yunjin? — Tenía razón, Yunjin no lo había pensado de esa forma, ¿Quién invitaría a una barista a tomar un café? Estando todo el día rodeada de esa bebida. —Sé más original, te daré una segunda chance.
Yunjin sonrió nerviosa, sentía como el ambiente se ponía más caluroso y sólo pudo agachar su cabeza del nerviosismo. Chaewon se dio cuenta de la reacción que había tenido Yunjin, la pelinegra no era para nada tonta, sabía muy bien que la menor sentía alguna especie de atracción hacia ella, por lo que se acercó y la tomó del mentón, levantando su rostro y así provocando que ambas hicieran contacto visual.
—Vamos a otra parte, Yunjin.
La rubia sentía como sus mejillas ardían, por lo que supuso que habían adoptado el típico color carmesí del sonrojo. Era frustrante mostrarse de esa forma hacía la mayor, Yunjin era una persona extrovertida, sin embargo, parece que lo era con todos excepto con la barista.
Largó un suspiro y asintiendo con su cabeza preguntó: —¿Tienes un lápiz? —Chaewon rápidamente le trajo lo que la menor le pidió, por un momento ambas habían olvidado que estaban en una cafetería, y que la dueña estaba coqueteando desvergonzadamente con una cliente.
Yunjin tomó el lápiz y a la vez también tomó la mano de la contraria, anotando su número telefónico en esta, seguido con una pequeña carita feliz y un corazón. —Ahí está, mandame un mensaje cuando termines tu turno, te diré donde iremos a comer. — Chaewon sonrió inevitablemente. —Ahora encárgate de los demás clientes, que sin querer hice cola.
—Claro, yo te mando mensaje. — Yunjin se sintió como en el paraíso, no podía dejar de sonreír.
—Cuídate, ten un buen día Chaewon. —Se despidió la rubia, recibiendo por parte de la pelinegra una sonrisa acompañada de un guiño.

ESTÁS LEYENDO
Every Day. | Purinz
RomanceUna historia donde Yunjin le repite las mismas seis palabras cada mañana durante un año a la barista de su cafetería favorita. "Buenos días, quisiera un americano porfavor" Historia original.